Evangelio según San Mateo (Mt 11,25-30)
En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.
Jesús opta decididamente por los cansados y agobiados.
Después de su oración, Jesús hace una autorevelación: Él ha optado por los cansados y agobiados. Los coloca en primer lugar de sus preferencias. Con un gran amor, tránsido de de compasión, les dirige una invitación: “Vengan a mí”. Les hace una promesa, que en labios de Jesús es una realidad: “Yo los aliviaré” (Mt 11,28)
La misión de Jesús consiste en aliviar a los maltratados por la enfermedad, a los que sufren exclusión humana y social, a aquellos que los responsables del mundo abruman con duras cargas económicas, políticas y sociales; y no les ayudan ni con la punta de un dedo a soportar carga.
Jesús nos invita a sus discípulos a aprender de él. Nosotros somos ahora quienes tenemos que ayudar a los cansados, agobiados y maltratados a llevar su carga. Maltratados, humillados, agobiados siguen existiendo en el mundo. Muchos hablan de ellos, los manipulan, se suben sobre sus doloridos hombros para encumbrarse en el poder. Después los abandonan a su suerte.
Jesús nos invita a cargar con su yugo.No es el yugo de la opresión, de la explotación, de la humillación. En primer lugar, hay que echar de encima de los hombros cualquier instrumento de opresión. En segundo lugar, el yugo que ofrece Jasús es suave y llevadero, se basa en el amor y en la misericordia.
P.Antonio Danoz.Pan diario de la palabra.Julio 2011.pag. 24