Día: 26 de agosto de 2011

Polémica sobre la Pontificia Universidad Católica de Perú.

Polémica sobre la Pontificia Universidad Católica de Perú

La Iglesia insta a que adecúe su estatuto a la “Ex Corde Ecclesiae”

LIMA, miércoles 24 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Cipriani y otras autoridades de la Iglesia han instado a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) a que se adecúe a las normas vaticanas.

La Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede dictaminó, al examinar los estatutos de este centro académico de la Iglesia que debía introducir cambios para adaptarlos a la constitución Ex Corde Ecclesiae. El asunto ha despertado polémica en este país, con la resistencia del rector y algunos profesores, y se ha querido politizar.

La Asamblea Universitaria de la PUCP tiene la facultad de designar una terna de candidatos para el cargo de rector y el gran canciller, que es el arzobispo de Lima, elige a uno de ellos. Esta norma es la que cuestiona el actual equipo de gobierno del centro académico. Para ellos, sólo a la Asamblea compete esta facultad.

El cardenal Cipriani, en declaraciones a los medios, dejó entrever que las autoridades de la PUCP estarían buscando politizar el asunto mediante el ministro de Justicia Francisco Eguiguren para torcer un fallo judicial que ya ha sido favorable a la norma eclesial.

“Hay que decirlo, porque el actual ministro de Justicia proviene de sus canteras. ¿Qué pretenden? ¿Utilizar el poder político para cambiar un fallo judicial?”, se preguntó. Y luego agregó: “¿Quieren dejar de ser católica y pontificia? Que lo dejen con sus consecuencias”, subrayó.

El cardenal explicó que la PUCP nació en un contexto de emergencia del pensamiento liberal alejado de la fe, a principios del siglo XX, ante el que la Iglesia quiso dar una alternativa fundando una universidad propia, tomando en cuenta el Concilio Plenario Latinoamericano de 1899.

La PUCP se fundó en 1917, previa aprobación eclesiástica con el carácter de “persona moral pública de Derecho Eclesiástico”, cuyos bienes, cualquiera fuera la forma en que los adquiriera, constituyen bienes eclesiásticos, según la normativa canónica vigente en el momento de su fundación.

Esta vinculación a la autoridad eclesiástica de la PUCP se vio bendecida cuando el papa Pío XII, en 1942, previa solicitud de la PUCP, decretó su erección pontificia, y se instituyó en 1943 el oficio de gran canciller de la misma en el arzobispo de Lima.

Cuando la PUCP, en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, se consolidó como universidad de ámbito nacional, sigue el cardenal, “no se diluyó en absoluto su vinculación con la Iglesia; prueba de ello es que el artículo cuarto de su Estatuto de 1956 precisó: ‘La Universidad Católica del Perú se rige por los presentes Estatutos, en entera conformidad con las leyes de la Iglesia y las del Estado Peruano, con absoluto acatamiento de las resoluciones de la Santa Sede, de la cual depende’”.

El 15 de agosto de 1990, el papa Juan Pablo II promulgó la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae, disponiendo que toda universidad católica en el mundo adecuara su estatuto a ella.

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Comentario al Evangelio dominical

Evangelio del domingo: Cargar con la cruz

Por monseñor Julián Ruiz Martorell

HUESCA, viernes, 26 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al pasaje evangélico de este domingo, 28 de agosto, XXII del tiempo ordinario (Mateo 16, 21-27), redactado por monseñor Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y de Jaca.

* * *

Pedro tiene claro que Jesús es el Mesías, el Salvador del mundo, el Hijo de Dios; pero no puede comprender que el Mesías tenga que recorrer los caminos del sufrimiento y el dolor. Por eso reacciona con fuerza, cuando Jesús empezó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados y que tenía que ser ejecutado. Pedro tuvo el atrevimiento de apartar a Jesús del grupo de los discípulos. Nos lo podemos imaginar llevándolo a un lugar donde nadie los pudiera escuchar, para, a continuación, comenzar a corregir a Jesús, a increparlo (dice el evangelio): — ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.

La respuesta de Jesús es contundente: — Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.Jesús ha sido enviado por el Padre al mundo, para hacer presente el amor de Dios al que nace y al que muere, al que ríe y al que llora, al que trabaja y al que sueña. Y para cumplir esta misión ha de nacer y morir, reír y llorar, trabajar y soñar. Por otra parte, Jesús ha venido a mostrarnos el camino que nos conduce a Dios, a nuestra propia felicidad. El nos enseñó que ese camino se llama amor, se llama verdad, se llama justicia. Y cuando amamos, a veces sufrimos, cuando tratamos de defender la verdad y la justicia, en muchas ocasiones, toca pasarlo mal. Si Jesús se hubiera retirado al acercarse la cruz no hubiera cumplido su misión, nos hubiera mostrado el camino de la cobardía, de la mentira, del egoísmo.

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28 de Agosto. Domingo XXII del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 16, 21-27)

En aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalem para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: ” No lo permita Dios, señor. Eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo:” ¡Apartate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”

Luego Jesús dijo a sus discipulos:”El que quiera venir conmigo que renuncie a si mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañia de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras”.

Este domingo cantaremos

Esta es nuestra gran tentación :confesar solemnemente a Jesús como “Hijo del Dios vivo” y luego pretender seguirle sin cargar con la cruz. Queremos seguir a Jesús sin que nos pase lo que a él le pasó….
Quien se decide a ir detrás de él, termina casi siempre envuelto en tensiones y conflictos. Los cristianos no podemos ir delante de Jesús, sino detrás de él.

CANTAREMOS:

El Señor es mi fuerza 80
Aleluya-Antífona- Aleluya
Este es el momento 73
Donde hay caridad y amor 65
El Señor ha resucitado 71