Jesús emplea un lenguaje duro para desenmascarar la falsa religiosidad de los escribas. No soporta en ellos el exibicionismo y el afán de ser tratados con especial reverencia y consideración. Eso de usar el manto propio de la oración fuera del templo o el sentarse en el primer banco de la sinagoga, es un recurso más para impresionar. Ellos no forman comunidad, pues su deseo es colocarse por encima de todos. Si a esas manifestaciones de hipocresía y de orgullo unían el escandaloso robo de los bienes de las viudas, con el pretexto de largos rezos, entendemos entonces por qué la indignación de Jesús era grande.
También le hace ver a los discípulos el gesto de la pobre viuda; en ella está el corazón del Evangelio: la generosidad, la sencillez, el amor y verdad. No alaba “la cantidad”, sino la “actitud”. Ella”dio todo lo que tenía”, cumplimiento así, a perfección, el Primer mandamiento, exactamente lo contrario de lo que hacían los escribas llenos de vanidad y codicia. El humilde gesto de la viuda es para nosotros el modelo, de cuál debe ser nuestra disposición en la oración y en todo acto litúrgico, en nuestra relación con Dios y con la comunidad. Sólo puede saborear el Evangelio quien se entrega sin reservas…y el que no lo hace, todavía no ha dado el primer paso en la vida cristiana.
El Evangelio de hoy nos pone por delante dos conductas opuestas: la de los escribas, personas ambiciosas, exibicionistas y avaras, hipócritas y manipuladoras, capaces de utilizar hasta la misma religión para obtener privilegios en provecho propio. Y la de la viuda pobre, como símbolo de la generosidad,la entrega, la sencillez y el desprendimento.
CANTAREMOS:
-
ENTRADA
-
Gracias Señor…………………………….101
-
Señor ten piedad-Gloria
-
-
OFERTORIO
-
Este pan y vino……………………………91
-
Santo-Padre nuestro-La Paz
-
Cordero de Dios
-
-
COMUNIÓN
-
Toma mi vida nueva…………………….280
-
Señor Dios nuestro………………………169
-
-
SALIDA
-
Que detalle………………………………..148
-