El Evangelio de Jesús arranca de la tradición judía, pero no de la enseñanza oficial de los escribas, sino de su profunda experiencia de Dios. Su predicación se centra en lo que Él llama “el reino de Dios”. La conducta que asume, contrastante con el cúmulo de normas establecidas socialmente en su tiempo, no fue adoptada de manera arbitraria, sino que su intención era la de hacer ver a todos -recaudadores, pecadores, mendigos hambrientos, gente marginada- que el reino de Dios está abierto a todos, sin excluir a nadie. Por esto, vivir junto a Jesús, era una fiesta. Eso era lo que se percibía en sus comidas, donde todos se sentían amigos….
Jesús se declara Rey ante Pilato y ante la aristocracia del templo, y eso era imperdonable. De nada le sirvió añadir: pero, “mi reino no es de este mundo”…. “Un rebelde contra Roma es siempre un rebelde, aunque su predicación hable de Dios. Además, dice Jesús: “Yo para esto nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”. El que vive sinceramente no cae en el fanatismo, no impone su verdad, no utiliza la Verdad de Dios en provecho personal; pero como su Maestro, tampoco soporta las manipulaciones y las injusticias.
CANTAREMOS:
- Entrada:
- Tu Reino es vida……………………………..189
- Señor ten piedad-Gloria-Aleluya
- Antífona
- Ofertorio:
- Señor del Universo…………………………..170
- Santo-Padre nuestro-La Paz
- Cordero de Dios
- Comunión:
- Señor Dios nuestro…………………………..169
- Quién es ese………………………………….145
- Despedida:
- Solo amor……………………………………..166