Un pequeño recuerdo del encendido de la primera vela del ramo de Adviento.
Antífona : A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado. Que no se burlen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti, no quedan defraudados. (Sal 24,1-3).
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guianos con la verdad de tu doctrina. Tu eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. (Sal 24)