El punto de partida en la historia de Israel, fue el “paso del Dios libertador”, el que lo sacó de la esclavitud de Egipto y lo llevó a la tierra prometida de la libertad. Pero antes tuvo que pasar por la tentación y el desierto, que fueron por decirlo así, sus compañeros de viaje.
La liturgia nos propone a nosotros, nuevo Pueblo de Dios, recorrer durante cuarenta días el mismo camino Pascual que vivió Jesús. Los evangelistas dan comienzo al relato de la vida pública de Jesús, cuyo destino final es la Pascua (Pasíon, muerte y Resurrección) , colocándolo en el territorio del desierto y las tentaciones. El Tentador se presenta ante el Señor para llevarlo sutilmente al campo donde comienza la destrucción y el aniquilamiento: la duda, “Si tú eres el Hijo de Dios….” Estas palabras ambiguas y provocadoras nos recuerdan la primera tentación en el paraiso terrenal…. La duda es el claroscuro que lo falsifica todo y es más peligrosa que la mentira. La ambiguedad es para el espiritu que se encuentra al borde de cualquier posibilidad humana más peligrosa que un ataque directo.
El relato de la tentaciones no fue un capítulo cerrado en la vida de Jesús, como tampoco lo es para su Iglesia. Ser una Iglesia fiel al Señor, hoy, supone la clara conciencia de la las tentaciones más peligrosas que pueden desviarla de su proyecto de vida. Así lo advierte Lucas, al terminar este relato: “el demonio se marchó hasta otra ocasión”. Es decir, que las tentaciones volverán una y otra vez… Seremos acosados por el hambre, y ya sabemos que el ser humano vive de pan, pero no sólo de él. No faltará las tentación del poder y la gloria del mundo, la que encandila y a veces termina encegueciendo al hombre.
“Impulsado por el Espíritu, Jesús se va al desierto”. Cuarenta días significa un lapso de tiempo largo, si se tiene en cuenta el ritmo de la vida humana; en estos cuarenta días, la liturgia nos invita a la oración, a la reflexión y un cambio de vida. Debemos escoger la forma en que acompañaremos al Señor en el recorrido a su misterio pascual. La tentaciones sólo se desvanecen ante la verdadera libertad interior, alimentada con el Pan de su Palabra, el evangelio del Señor.
CANTAREMOS:
- Juntos como hermanos……………………………………….111
- Señor ten piedad-Tu palabra me da vida
- Confio en tí Señor-Tu palabra es eterna
- Una espiga………………………………………………………..205
- Santo-Padre nuestro-La Paz
- Cordero de Dios
- Este es el ayuno………………………………………………….86
- Con nosotros está……………………………………………….45
- Dame un nuevo corazón……………………………………….64