Ten piedad , OH Dios
Con la parábola del fariseo y el publicano, Jesús nos pone frente a un cúmulo de reflexiones, dejando en claro su profundo conocimiento del hombre. No es sólo una crítica a los fariseos de entonces, sino un llamado a todo aquél que teniéndose por justo señala con dureza a los demás.
La oración del fariseo es un espejo de su actitud interior. Era cumplidor de la Ley, pero a la letra de su ley le faltaba espíritu. Por eso era arrogante. Al publicano en cambio le duele ser un pecador y sólo acierta a decir: ¡Oh Dios, ten compasión de mi! . Entre estos dos retratos nos encontramos todos. Algunos habitualmente, otros ocasionalmente… Es posible que en algún momento hasta nos hayamos atrevido a pensar: ¡Oh Dios, te doy gracias porque no soy como aquél fariseo!
Esta parábola es como un bisturí… nos abre el corazón y el alma y nos enseña a no vivir seguros de nuestra inocencia. Tal vez la autocrítica nos convierta en sencillos publicanos, dolidos pecadores, pero mucho más cerca del perdón y de la compasión de Dios!
CANTAREMOS:
- Reunidos en el nombre del Señor……………………………………………….191
- Señor ten piedad-Gloria-Aleluya
- Antífona
- Te ofrecemos Señor…………………………………………………………….……186
- Santo-Padre nuestro-La paz
- Cordero de Dios
- Señor Dios nuestro………………………………………………………..…………169
- Tan cerca de mi……………………………………………………………………….193
- Tomado de la mano………………………………………………………………….191