Día: 4 de septiembre de 2014

Cantaremos. Domingo XXIII del Tiempo Ordinario /A

Mateo nos pone este domingo frente a la enseñanza de Jesús sobre la corrección fraterna. Comprendida en el buen sentido, no es otra cosa que trabajar por la sana edificación de la comunidad, intentando vivir a los ojos de los hermanos tal y como debemos vivir en la presencia de Dios.

Jesús nos da normas sencillas sobre cómo debemos actuar:  si un hermano o hermana actúan de forma "no santa", si tienen un comportamiento que daña no sólo su compromiso cristiano personal, sino que influye negativamente en otro o en otros, el primer deber de conciencia es orar por el hermano, luego hablar a solas directamente. Hay que escuchar al otro…. Si no hay resultados positivos y la conducta evidentemente está causando escándalo en muchos o pocos, entonces convoca a otros miembros comprometidos para buscar resultados de conversión.

Agotados estos esfuerzos, no queda más remedio que exponerlo a la comunidad o a la autoridad. Una manzana podrida daña a las cercanas y en poco tiempo una conducta inconveniente y hasta escandalosa termina siendo norma tolerada para conducir el final a consecuencias muy lamentables!

Nuestra Iglesia ha sido y sigue siendo protagonista de graves escándalos, muchos de los cuales podrían haberse evitado….Nada repele tanto de la Iglesia Católica como la incongruencia entre lo que predica y lo que practica. La vista gorda y la tolerancia silenciosa nos hacen mucho más reos de complicidad que protagonistas de tolerante fraternidad.  Termina Mateo hablando del perdón  y de la oración.  La oración en común es agradable a Dios. Oremos para obtener la gracia de ser testimonios vivos de la fe que confesamos.

Cantaremos:

      • Que alegría cuando me dijeron………………………………….151
        • Ten piedad – Gloria – Aleluya
        • Antífona
        • Santo – Padre nuestro – La Paz
        • Cordero de Dios
        • Si yo no tengo amor
      • Tan cerca de mi……………………………………………………..193
      • Tomado de la mano ……………………………………………….191

7 de Septiembre. Domingo XXIII del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 18,15-20)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos. »