Día: 25 de julio de 2015

Cantaremos. XVII Domingo del Tiempo Ordinario /B

El Señor era un hombre muy práctico. Su amor se manifestaba en mil detalles de la vida ordinaria. Cuando hablaba del reino de Dios no parecía estar pensando en cosas etéreas…. se preocupaba de los enfermos, de los perturbados por espíritus malignos…..  por eso no pasó por alto el cansancio de sus discípulos y tampoco el hambre de la multitud que le seguía.  Aquella gente necesitaba alimento y Jesús fue el primer en pensar en ellos.  Los discípulos quedan desconcertados cuando el Señor les dice: "Denle ustedes de comer".!….No eran ricos, y el alimento para aquella multitud era impagable.

El acontecimiento de la multiplicación de los panes, fue sin duda un hecho que quedó en la memoria de los contemporáneos de Jesús y que perduró por mucho tiempo. La preocupación de Jesús por las necesidades de la gente se hacía patente en todo momento. El amor a Dios no se sustituye con el amor al prójimo, pero el amor al prójimo implica a su vez, en cada ser humano,  una actitud de servicio y de ayuda al hombre, no sólo por amor de Dios que es lo que le da la dimensión cristiana, sino por el hombre mismo. Jesús nos enseña con este espléndido prodigio, que al que tiene hambre y no tiene, hay que darle de comer, al que tiene sed hay que darle de beber… El hambre es la máxima expresión de la carencia y de la necesidad del hombre….y es posible, que en algún momento, de alguna manera, todos hayamos padecido el hambre…!

En ocasiones, el Evangelio parece muy sencillo y en otros momentos extremadamente difícil. Los discípulos del Señor, luego de aquella vivencia, entienden que estar a disposición del hambriento implica poner aquello que puede mitigar el hambre del necesitado. Para que ésto se de, antes debe suceder el milagro de curar nuestra ceguera, de vencer nuestra indiferencia. ¿Cómo puede pensar en la necesidad de los otros, aquél que nunca se sacia porque el hambre de las propias ambiciones jamás le deja satisfecho? – La tierra es de todos. Es el regalo del Padre para la vida digna de todos sus hijos. Sin embargo, los que se toman el en encargo de "distribuir", se atribuyen también el poder de almacenar para sí, lo que por justicia corresponde a muchos….

CANTAREMOS:

      • Reunidos en nombre del Señor ………………………………………. 159
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te ofrecemos Señor ………………………………….…………………. 186
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Tu pones lo demás ………………………………………………………. 190
      • Somos un pueblo que camina ……………………………………….. 174
      • Ya no temo …………………………………………………………………. 223

26 de Julio. XVII Domingo del tiempo Ordinario /B

Evangelio según san Juan (Jn 6,1-15)

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe:
–¿Cómo compraremos pan para que coman éstos ? (Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba , pues él bien sabía lo que iba a hacer).
Felipe le contestó:
– Ni doscientos denarios bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan.
Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro le dijo:
–Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados, pero, ¿qué es eso para tanta gente?
Jesús le respondió:
–Díganle a la gente que se siente.
En aquel lugar había mucha hierba. Todos se sentaron ahí y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
En seguida Jesús tomó los panes, y después de dar gracias a Dios ,se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron.
Después de que todos  se saciaron, dijo a sus discípulos:
–Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien.
Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastas. .
Entonces la gente , al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía:
–Este es, en verdad, el profeta que tenía que había de venir al mundo.
Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.

El reconocimiento del poder local en Laudato Si.

Carlos Romero

Artículo escrito para POLITIKA UCAB por Carlos Romero Mendoza – 23 de julio de 2014

El calendario va acercando la fecha de la Conferencia de París sobre el Cambio Climático prevista para finales de este año 2015, múltiples conversaciones, negociaciones y consultas se están realizando en un esfuerzo por construir consensos que se traduzcan en compromisos globales a través de los cuales se concrete la responsabilidad de cada país en la lucha contra el cambio climático.

Debate Ciudadano 2Mientras la dinámica mundial sigue su curso, la Encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la Casa Común, reconoce el importante papel que puede jugar el poder local en la tarea de lograr grandes aportes en la preservación del ambiente. Las instancias locales representan una mejor oportunidad para lograr mayor responsabilidad ambiental, porque es en ese ámbito, donde se lograría desarrollar con mayor efectividad un fuerte sentido comunitario, una mayor capacidad de cuidado y una creatividad más generosa; además, es allí donde se puede alcanzar un entrañable amor a la propia tierra, así como se piensa en lo que se deja a los hijos y nietos.

Laudato Si encuentra en la legislación municipal el instrumento jurídico y político que permitiría alcanzar una mayor eficacia en las políticas ambientales, principalmente en la medida que sobre esas mismas políticas, se logre construir acuerdos de cooperación con poblaciones vecinas para sostenerlas y desarrollarlas.

Debate Ciudadano 3La Encíclica reconoce que la acción política local puede orientarse a la modificación del consumo, al desarrollo de una economía de residuos y de reciclaje, a la protec­ción de especies y a la programación de una agri­cultura diversificada con rotación de cultivos. Es posible alentar el mejoramiento agrícola de regio­nes pobres mediante inversiones en infraestructu­ras rurales, en la organización del mercado local o nacional, en sistemas de riego, en el desarrollo de técnicas agrícolas sostenibles. Se pueden facilitar formas de cooperación o de organización comu­nitaria que defiendan los intereses de los pequeños productores y preserven los ecosistemas locales de la depredación.

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