¡El misterio del Padre–Dios!
En este Domingo, ya próximos a la celebración litúrgica del acontecimiento pascual, conviene insistir en ese modo de ser del Padre celestial, de nuestro Abbá, como nos enseñó Jesús a llamarle. Al hombre moderno, que se siente tan solo y tan falto de comunión, es necesario repetir una vez más que Dios está ahí, esperándolo; que nunca manipula su libertad; que Dios tiene otros comportamientos. Pero también conviene insistir a quienes frecuentan nuestras iglesias, que Dios no es su propiedad privada y exclusiva. Que Dios es desconcertante. Que Dios les puede escandalizar en su modo de actuar. Si aceptamos de verdad que una de las causas del ateísmo moderno es la falta de testimonio coherente de los creyentes, yo pienso que en este Domingo habría que subrayar fuertemente la segunda parte de la parábola, la principal: es necesario que los hijos «buenos» sepan entrar en la fiesta a la vuelta del hijo díscolo y desorientado. Que es necesario estar en disposición para acoger de nuevo y sin condiciones al drogadicto, al transeúnte crónico, al alejado de la familia, a tantos hombres y mujeres que caminan por el mundo rotos y sin esperanza.
Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)
CANTAREMOS:
- Vienen con alegría …………………………………………….219
- Ten piedad – Gloria, Honor a Ti
- Te vengo a ofrecer
- Santo – Padre nuestro
- La Paz Cordero de Dios
- Perdón Señor …………………………………………………..133
- Vaso nuevo ……………………………………………………..221
- Ya no temo ……………………………………………………..223