¡El Paráclito, Espíritu de la Verdad, es el Intérprete de Jesús!
Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena… Os dará la interpretación de lo que está por venir. En el discurso de despedida se recogen algunos pequeños bloques de enseñanzas de Jesús sobre el Paráclito. En todos ellos se descubren algunos elementos importantes: en primer lugar, la diferenciación entre los dos en su ser y actuar (es el otro Paráclito); en segundo lugar, su armónica comunión en la actuación a favor de los hombres; en tercer lugar, la continuidad entre los dos. De este modo el Espíritu recibe la misión de guiar a la comunidad de los discípulos y, posteriormente, a toda la Iglesia, hacia la verdad plena. Esta comprensión de la verdad plena, obra del Espíritu, no consiste en añadir cosas que faltaran a la enseñanza de Jesús, sino en una comprensión más completa, íntima y personalizada. En definitiva, la Verdad es Jesús mismo en persona. El Espíritu nos conduce hacia la comprensión de la propia persona de Jesús. Pero además recibe la misión de interpretar todo lo que ha de suceder o lo que ha de venir. Esta expresión indica los acontecimientos centrales de la salvación. El Espíritu nos proporciona también la comprensión y asimilación de su muerte (aparentemente escandalosa) y su resurrección (misteriosamente desbordante para el hombre). Estos dos acontecimientos son los centrales en la ejecución del plan de Dios. Y esto es lo que había de venir, con el complemento necesario de su Vuelta gloriosa al final de los tiempos. Hoy también necesita la Iglesia esta acción del Espíritu al servicio de la causa de Jesús.
Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)
CANTAREMOS:
- Que alegría cuando me dijeron
- Señor ten piedad – Gloria
- Antífona – Aleluya
- Este pan y vino Señor
- Santo – Padre nuestro
- La Paz – Cordero de Dios
- Al partir el Pan
- Tan cerca de mi
- Tomado de la mano