Sin lugar a dudas, la vida, las palabras y las obras del Señor debieron sorprender y sacudir la fe y la religiosidad de sus paisanos. En toda la región se hablaba del Profeta de Nazaret y su fama se extendía por todas partes. Pero a él no le interesaba la fama…quería saber qué había comprendido la gente de su mensaje, si entendían los signos que realizaba. Pero sobre todo, a Jesús le interesaba qué pensaban sus discípulos. “¿Quién dice la gente que soy yo?…¿Que dicen ustedes”… Pedro de inmediato responde por todos: “Tú eres el Cristo, el Mesías de Dios”.
Llevamos más de 20 siglos de historia de Jesús y del cristianismo y con frecuencia el mundo no valora el misterio escondido tras la personalidad divino-humana del Señor, así como ignora la infinitas dimensiones de su Obra redentora.
También a nosotros nos interpela hoy el Evangelio con la misma llamada a la Conversión y al seguimiento del Señor. El verdadero discípulo tiene que asumir como propio el proyecto del Maestro: Negarse a sí mismo, dejando de lado los propios intereses y deseos. ¡Es un camino en ocasiones muy difícil, que sólo es posible realizar dentro de los límites insospechados del Amor y de la gracia de Dios.
CANTAREMOS:
- Reunidos en el nombre del Señor ………………………………. 159
- Señor ten piedad – Gloria
- Aleluya – Antífona
- Te ofrecemos Señor ………………………………………………… 186
- Santo – Padre nuestro
- La Paz – Cordero de Dios
- Señor Dios nuestro ………………………………………………….. 169
- Quién es ese ………………………………………………………….. 165
- Nadie hay tan grande como Tú