Día: 31 de julio de 2016

“Y después, de regreso, a seguir porque esto no se termina el domingo” .Papa Francisco

Palabras del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas

Al final de esta celebración, deseo unirme a todos ustedes en el agradecimiento a Dios, Padre de infinita misericordia, porque nos ha concedido vivir esta Jornada Mundial de la Juventud. Doy las gracias al Cardenal Dziwisz y al Cardenal Ryłko – infatigable trabajador para esta jornada – y también por las oraciones con las cuales han preparado este evento; y doy las gracias a todos aquellos que han colaborado para su buen desarrollo. Y un inmenso «gracias» a ustedes, queridos jóvenes. Han llenado Cracovia con el entusiasmo contagioso de su fe. San Juan Pablo II ha disfrutado desde el cielo, y los ayudará a llevar por todo el mundo la alegría del Evangelio.

En estos días hemos experimentado la belleza de la fraternidad universal en Cristo, centro y esperanza de nuestra vida. Hemos escuchado su voz, la voz del Buen Pastor, vivo en medio de nosotros. Él ha hablado al corazón de cada uno de ustedes: los ha renovado con su amor, les ha hecho sentir la luz de su perdón, la fuerza de su gracia. Les ha hecho experimentar la realidad de la oración. Ha sido una «oxigenación» espiritual para que puedan vivir y caminar en la misericordia una vez que hayan regresado a sus países y a sus comunidades.

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Cantaremos–XVIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

¡Inseguridad y volatilidad de la vida humana!

Vaciedad sin sentido, dice el Predicador, vaciedad sin sentido; todo es vaciedad… La expresión “vanidad de vanidades” es un superlativo; forma inclusión* con Qo 12,8 y constituye el marco natural de todo el libro y su estribillo más repetido. El hébel hebreo designa la vaciedad, la inconsistencia, el sin sentido. El autor somete a crítica a todos los valores antiguos que se consideraban como una bendición: sabiduría, trabajo, salud, riqueza, hacienda, fama, religiosidad, justicia, etc. y concluye que ahí no está la felicidad del hombre. El género literario utilizado es el de diatriba*. El autor de este libro singular dentro de la Sagrada Escritura se mueve entre dos polos importantes: la comprobación reflexiva de la experiencia humana, por una parte; y la profunda fe en Dios por otra. La dialéctica entre estos dos polos explicaría el estilo de diatriba que adopta para componer su obra. La experiencia humana demuestra, con desconcertante tozudez, que está destinada a la muerte. Y la muerte se presenta como un despojo total. Y esto deja al descubierto la dura realidad de que la vida humana es muy frágil, efímera y amenazada constantemente. En el proceso pedagógico de la revelación, el autor invita a tomar en serio la experiencia humana con sus limitaciones y carencias y con sus riquezas, ya que el autor concede ciertas ventajas a la sabiduría, al trabajo diligente, a la riqueza provechosa o a la religiosidad moderada. No consigue la solución definitiva, porque todavía no es el momento. ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo y de los afanes con que trabaja bajo el sol? Ante la comprobación desoladora de la realidad, el autor de este libro afirma que el hombre puede disfrutar moderadamente de los bienes que posee, pero siempre bajo la mirada de Dios. En el último capítulo podemos leer: Conclusión del discurso: Todo está oído. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque en esto consiste ser hombre. Pues Dios juzgará todas las acciones, incluso las ocultas, para ver si son buenas o malas (Qo 12). La reflexión realizada a lo largo de la misma está dirigida por un valor superior, es decir, el temor de Dios.

CANTAREMOS:

      • Cantando la alegría de vivir ………………………………. 53
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • En la patena
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Con nosotros está ……………………………………………. 45
      • Como el siervo ………………………………………………..  54
      • Si me falta el amor …………………………………………. 178