Día: 20 de agosto de 2016

El paso de la muerte a la vida es una “Puerta estrecha”, dice Jesús en el Evangelio

Palabras del Papa ( 5 minutos) mp3

Cuando Jesús enseñaba por los pueblos, una persona de la muchedumbre le preguntó “¿Señor, es verdad que son pocos los que se salvan?”. Entonces Jesús habló de una “Puerta”: “Traten de entrar por la puerta estrecha … ustedes, desde afuera, golpearán la puerta pero él responderá ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’ (Cfr. Lucas 13,22-30).

Me preguntó y te preguntó ¿cuál es el paso de la muerte a la vida para vos y para mí hoy?

En el Año de la Misericordia la “Puerta santa”, es símbolo del pecado a la Vida plena de los hijos de Dios. Y Francisco, comparó la Puerta santa con la puerta de la ciudad de Naím del Evangelio (cfr. Lucas 7, 11-17), donde Jesús encontró a la viuda que salía al cementerio con su hijo único muerto, se compadeció y se lo resucitó. “Al pasar por la Puerta de la Misericordia, recordemos el episodio del Evangelio, sucedido en la puerta de Naím… -dijo el Papa en la catequesis del 10 de agosto de 2016-, cruzando el umbral realizamos nuestra peregrinación hacia la misericordia de Dios que, como al joven muerto, repite a todos: “Yo te lo ordeno, levántate” Al cruzar la Puerta Santa, tratemos de sentir en nuestro corazón esta palabra: “Levántate”. La palabra poderosa de Jesús puede levantarnos y obrar también en nosotros el paso de la muerte a la vida”.

Quizá la Puerta estrecha de hoy para vos y para mí es pasar la Puerta santa de la diócesis, después de un buen examen de conciencia, una confesión sacramental sincera, cumplir la penitencia y vivir el propósito de enmienda en el amor a Dios y al prójimo como a nosotros mismos. @jesuitaGuillo

Cantaremos – XXI Domingo del Tiempo Ordinario /C

En el camino hacia Jerusalén, Jesús va, no como un peregrino más….  El evangelista Lucas dice que va recorriendo aldeas  predicando el reino de Dios. Enseña que Dios es un Padre bueno que ofrece su salvación a todos.  Sin embargo, algunos critican su mensaje, sobre todo, viendo su acogida a publicanos y prostitutas.  Sospechan que Jesús está siendo un demagogo ofreciendo la salvación a todos por igual… incitando tal vez a una vida relajada moralmente y a una moral tan elástica que da para todo!

De pronto, un desconocido le pregunta por el número de los que se salvarán. Y Jesús da una respuesta que disipa toda duda: “Esfuércense en entrar por la puerta estrecha”…. La salvación no es un premio por igual para justos y pecadores….Es importante vivir la vida responsablemente, respondiendo con los hechos a ese Padre bueno. No es suficiente con llamarse “hijos de Abraham”, ni haber encontrado en el camino al Mesías…. Su código de justicia es muy claro: “Sean compasivos como el Padre; no juzguen y no serán juzgados”……

“Entrar por la puerta estrecha” significa hacer como Jesús: tomar la cruz de cada día y vivir como él, buscando ante todo, el reino de Dios y su justicia.  Ciertamente, no es un camino fácil…hay circunstancias en la vida que hacen este camino muy difícil y tendremos que aprender con el esfuerzo de cada día a responder a sus exigencias…. Jesucristo es una puerta siempre abierta. Nadie la puede cerrar. Sólo nosotros si nos cerramos a su perdón.

CANTAREMOS:

      • Reunidos en el nombre del Señor 
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • Te vengo a ofrecer
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Como el siervo al agua va
      • Por Ti Señor
      • Llegará la Libertad

21 de Agosto – XXI Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 13,22-30)

n aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

Jesús le respondió: “Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’.

Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera.

Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”.