Mes: enero 2017

Cantaremos – 29 de Enero . IV Domingo del Tiempo Ordinario /A

En el Sermón de la Montaña, Cristo desborda su corazón revelándonos los misterios del Reino. Nos comunica una chispa de la sabiduría de Dios y nos da la clave de la felicidad. Sólo que con nuestra mentalidad todo lo queremos al instante, de todo pretendemos la respuesta inmediata, todo debe producirnos ganancia, placer y éxito inmediato. Queremos los frutos sin el trabajo de la siembra y de la cosecha. Sin embargo, en la montaña, Jesús nos habla de manera diferente. Nos dice que luchemos hoy para triunfar mañana…que nos neguemos hoy para recibir los frutos después.

Allí Jesús va perfeccionando mandamiento por mandamiento, pues si la Ley de Moisés trataba de hacer bueno al hombre, el Señor quiere algo más: nos pide ser perfectos como su Padre Celestial es perfecto. Estas enseñanzas de Jesús, son algo más que un simple código de ética. Expresan más bien una manera de ser, y la conciencia de esta manera de ser, estalla en las Bienaventuranzas. El Señor nos trazó un programa de vida proponiéndonos una fortaleza que sólo con su gracia es posible. Desde la Montaña nos dejó en claro que el reino de los cielos no se consigue por palancas e influencias…cada uno debe trabajar y ganarse su cosecha.

CANTAREMOS:

      • Vienen con alegría ……………………………………….. 219
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este es el momento ……………………………………..   73
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Otras bienaventuranzas ……………………………….   126
      • Al atardecer de la vida …………………………………      3
      • Si me falta el amor ………………………………………  178

29 de Enero – Mateo (5,1-12): Elegir el mundo de las bienaventuranzas como identidad cristiana

III.4. En definitiva, el evangelio de Mateo (5,1-12), concretamente las bienaventuranzas, es la expresión de la mentalidad de Jesús de cómo debemos entender la llegada del Reino de Dios. ¿Son una utopía que propone Jesús, sin visos de realidad? Esa sería la respuesta fácil. No obstante, las utopías (lo que está fuera de los normal), no se proponen para soñar sino para vivir con ellas y desde ellas. La ética de las bienaventuranzas, pues, requiere nuestra praxis. Jesús habla así, no solamente porque soñaba, sino porque las vivía desde su propia experiencia personal y desde ahí sentía la fuerza de Dios y del evangelio con el que se había comprometido. Lo importante es su mensaje, que no puede ser distinto de algo así: Jesús piensa y vive desde el mundo de los pobres, y piensa y vive desde ese mundo para liberarlos. Así debemos entender la primera aproximación al mensaje de hoy. Esa es una realidad social, pero a la vez es una realidad teológica. Es en el mundo de los pobres, de los que lloran, de los limpios de corazón, de los perseguidos por la justicia, de los que hacen la paz, donde Dios se revela. Y lógicamente, Dios no quiere ni puede revelarse en el mundo de los ricos, del poder, de la ignominia. El Reino que Jesús anuncia es así de escandaloso. No dice que tenemos que ser pobres y debemos vivir su miseria eternamente. Quiere decir, sencillamente, que si con alguien está Dios inequívocamente es en el mundo de aquellos que los poderosos han maltratado, perseguido, calumniado y empobrecido. Y por ello ¿dónde debemos estar los cristianos? En el mundo del no-poder, que es el de las bienaventuranzas.

III.5. Podemos añadir algo que nos parece muy pedagógico e imprescindible y que tiene que ver con la praxis misma de las bienaventuranzas. J. Mateos traducía la primera bienaventuranza de la siguiente forma “los que eligen ser pobres porque esos tienen a Dios por rey” y así lo plasma en su edición del NT. Lo justificaba (cf El Evangelio de Mateo. Lectura comentada, Cristiandad, Madrid, 1981) muy acertadamente, porque, en definitiva, no se puede ser “pobre de espíritu” o “en el espíritu” buscando simplemente una interioridad, sino que la opción por la pobreza frente a la riqueza es un reto frente a este mundo de competencia y de injusticia. Pero deberíamos decir, ya un poco fuera de la literalidad del texto y de la posibilidad de la traducción, que esta “opción” de “elegir” debe ser la tónica de todas las bienaventuranzas de Mateo. Y esto es lo que los cristianos deben “elegir” para ser solidarios con los que viven esas situaciones reales. Porque las bienaventuranzas de Jesús se inspiran en la situación inhumana que viven muchos hijos de Dios y es en ese mundo de las bienaventuranzas donde Dios se siente el Dios vivo, el Dios de verdad. Por eso los seguidores de Jesús debemos “elegir”, como opción radical, ese mundo de las bienaventuranzas para que la fuerza liberadora del evangelio cambie ese mundo.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

29 de Enero – IV Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según san Mateo (Mt 5,1-12)

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:

“Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los sufridos,
porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

El Señor, por su cuenta, os dará una señal…

Reflexión para el tercer Domingo de Adviento

El Señor, por su cuenta, os dará una señal…Señales… Me sobrecojo, en este final de Adviento, ante una guerra cruel a la vuelta de la esquina. De años y muertos, que arrastra una cadena cuyo origen me desborda. Más violencia. Corrupción. Apatía y desesperanza. Falta de compromiso, que también identifico en mí. Nadie levanta la voz para romper con un fuerte grito de rebeldía tanto silencio cómplice. Siempre igual. Y Tú te empeñas en seguir diciendo que hay señales, que las sigues poniendo. Tus señales…

Os dará una señal… La quiero ver en los medios que pregonan las informaciones de última hora, en los analistas que diseccionan el presente para explicar lo que va a llegar, o en los líderes espontáneos que surgen por doquier. En la tele, en el cielo, o en Internet. Donde se publica lo importante… Pero voy perdiendo la esperanza de que llegue algo nuevo, y me dejo llevar por la decepción de los demás.

Hay señales… Ya están puestas. Y quizás porque siempre estuvieron ahí desde que Tú las dejaste, me he acostumbrado a no verlas. La señal, que por naturaleza pasa desapercibida, necesita que aprenda su lenguaje. Siempre más profundo, más fino, más sugerente y silencioso. Porque la señal es sólo una puerta que me abre, si acierto con la llave, a una realidad en la que Tú estás en todo… Hay señales, pistas de esperanza, a veces escondidas en la vida diaria, que me empujan a dar pasos, siguiendo un camino alternativo hacia ti…

Leer más

Cantaremos–III Domingo del Tiempo Ordinario /A

Poneos de acuerdo y no andéis divididos, porque ¿cuántos bautismos habéis recibido?

Un solo bautismo y un solo Señor. Estamos en la semana de la Unidad de los Cristianos. La palabra de Dios de la primera carta a los Corintios que leemos en la segunda lectura de la misa de hoy  pone al rojo vivo las discordias que hay entre nosotros, los discípulos de Jesús, los cristianos, los que nos reclamamos de aquél que quiere todos seamos Uno. Para ello es necesaria la conversión. No basta con una simple vuelta a la unidad. Hemos de romper con el pasado, hemos de cambiar de orientación, conducirnos con otros criterios. San Pablo pone el dedo en la llaga cuando pregunta a los Corintios ¿en nombre de quién han sido bautizados? ¿cuántos bautismos habéis recibido para estar enfrentados?

No hay que evitar la palabra conversión para hablar hoy de vuelta a la unidad. Al contrario, conversión es quizás la palabra más adecuada. Porque tenemos que romper con muchas ataduras, con  malas costumbres muy arraigadas, con falsas interpretaciones, con cómodas formas de vivir, con modos seculares de organizar la vida eclesial, con prácticas que anteponen los intereses propios y del grupo al anuncio del Evangelio. La ruptura eclesial rompe también con el Evangelio. Por eso tenemos que convertirnos, desentendernos de muchas cosas, con las que estamos familiarizados y tal vez disfrutamos,  para poder volver a la unidad querida por Cristo, “con un mismo pensar y sentir”, como pide san Pablo a los Corintios.

Fr. Esteban Pérez Degado

Convento de Santo Domingo – Torrent (Valencia)

CANTAREMOS:

      • Que alegría cuando me dijeron …………………………………. 151
      • Te ofrecemos Señor ………………………………………………….. 186
      • Hay un barco olvidado en la playa
      • Pescador ……………………………………………………………………. 127
      • Tomado de la mano ………………………………………………….. 191

22 de Enero – III Domingo de Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 4,12-23)

Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías:

Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”.

Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron.

Andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.

Cantaremos – Bautizo del Señor

Antes de comenzar su vida pública, Jesús tiene una experiencia maravillosa que trasformará radicalmente su vida. En el momento en que él humildemente se somete al bautismo predicado por Juan, Jesús experimenta de manera especialísima la Paternidad divina de  Dios, y se siente plenamente habitado por su Espíritu divino. Inmerso en el Misterio Trinitario, Jesús se dispone a anunciar con su vida y su mensaje  la Buena Noticia de Salvación.  ¡Es Dios mismo quien viene a salvar al hombre!

Esa fuerza del Espíritu continúa viva en la Iglesia, en medio de un mundo convulso y desorientado por la pluralidad  de ideas y de doctrinas que no siempre siempre son afines al reino de Dios proclamado por Jesús. El Señor nos dejó su mensaje bien definido, nos habló de las dificultades que encontraremos y nos dio las señales para identificarlo. Sólo caminando a la luz de su Evangelio la Iglesia podrá permanecer como luz sobre el candelero, como sal que da sabor y como levadura que fermenta.

La buena Noticia, el Evangelio de Jesús, es una maravillosa Novedad para todos.  Y lo será siempre y cuando no perdamos de vista la luz del Espíritu que el Señor prometió a sus seguidores. Al comienzo de un nuevo año, continuemos la marcha por los caminos evangelizadores de un Canto litúrgico que llega a todos como mensaje pero que toca los corazones para moverlos a una respuesta de una vida más cristiana y siempre renovada por la acción del Espíritu.

Julie Meucci

 

CANTAREMOS:

      • El Señor es mi fuerza ………………………………………….  80
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te vengo a ofrecer
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Señor tu eres nuestra luz …………………………………… 171
      • Por Tí Señor ………………………………………………………… 134
      • Alabaré ………………………………………………………………. 117

15 de Enero – II Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Juan (Jn 1,29-34)

En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: “Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel”.

Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.

8 de Enero – Cantaremos . Epifanía del Señor

El relato de los magos ha sido visto por los Padres de la Iglesia como ejemplo de unos hombres que, aun viviendo en las tinieblas del paganismo, han sido capaces de responder fielmente a la luz que los llamaba a la fe. Son hombres que, con su actuación, nos invitan a escuchar toda llamada que nos urge a caminar de manera fiel hacia Cristo.
Nuestra vida transcurre con frecuencia en la corteza de la existencia. Trabajos, contactos, problemas, encuentros, ocupaciones diversas, nos llevan y traen, y la vida se nos va pasando llenando cada instante con algo que hemos de hacer, decir, ver o planear.

Corremos así el riesgo de perder nuestra propia identidad, convertirnos en una cosa más entre otras y vivir sin saber ya en qué dirección caminar. ¿Hay una luz capaz de orientar nuestra existencia? ¿Hay una respuesta a nuestros anhelos y aspiraciones más profundas? Desde la fe cristiana, esa respuesta existe. Esa luz brilla ya en ese Niño nacido en Belén.
Lo importante es tomar conciencia de que vivimos en tinieblas, de que hemos perdido el sentido fundamental de la vida. Quien reconoce esto no se encuentra lejos de iniciar la búsqueda del camino acertado.  Ojalá en medio de nuestro vivir diario no perdamos nunca la capacidad de estar abiertos a toda luz que pueda iluminar nuestra existencia, a toda llamada que pueda dar profundidad a nuestra vida.

CANTAREMOS :

      • Dios camina con su pueblo ……………………………… 239
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya
      • Amanecerá el Señor
      • Oh luz de Dios ………………………………………………. 267
        • Santo – Padre nuestro
        • La paz Cordero de Dios
      • Oh Emmanuel ………………………………………………. 266
        • La Buena Nueva
      • Corre Caballito …………………………………………….. 232