Mes: febrero 2017

1º de Marzo – Miércoles de cenizas.

Miércoles de ceniza.

La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:“Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”

  • “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”
  • “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.

Origen de la costumbre
Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un “hábito penitencial”. Esto representaba su voluntad de convertirse.
Desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. 

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.

CANTAREMOS:

      • Somos un pueblo que camina ……………………………………. 174
        • Misericordia Señor ,hemos pecado
        • Gloria y honor a Ti, Señor Jesús
      • Perdona a tu pueblo Señor ………………………………………… 129
      • Te ofrecemos Señor …………………………………………………..  186
        • Santo
        • Padre nuestro – La Paz – Cordero de Dios
      • Perdón Señor …………………………………………………………….. 133
      • El Pueblo de Dios ……………………………………………………….   67
      • Dame un nuevo corazón ……………………………………………    64

(Se omite el acto penitencial, que se sustituye por la imposición de la ceniza, después de la homilía.)

1º de Marzo–Miércoles de cenizas.

Evangelio segun san Mateo (Mt 6,1-16.16-18)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.

VIII Domingo del Tiempo Ordinario/A – Reflexiones.

Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia

Con este domingo concluimos la primera parte del Tiempo Ordinario. La segunda parte la retomaremos otra vez una vez pasados los domingos de Pascua y las fiestas de la Trinidad y del Corpus.

También concluimos el Sermón de la Montaña que en distintos fragmentos hemos ido proclamando a lo largo de estas semanas. Ha sido San Mateo quien, a partir del tercer domingo de este Tiempo, nos ha ido presentando el ministerio de Jesús en su comienzo en Cafarnaúm haciendo la invitación de: “¡Convertíos!, porque está cerca el Reino de Dios”. Luego, en el cuarto domingo se proclaman las Bienaventuranzas del ese Reino y prosigue varias perícopas del Sermón del Monte.

Este domingo nos viene a poner delante de nosotros en qué Dios creemos. ¿En el que es nuestro Padre que nos quiere como una madre?, o ¿en el Ídolo inmediato del dinero, de lo temporal y, por tanto, lo perecedero? San Pablo vendrá en nuestra ayuda para decirnos lo importante es que seamos fieles, como administradores de los misterios de Dios y nos invita también a que nos dejemos juzgar por la providencia de nuestro Dios que nos ama con gran ternura. La Cuaresma, que vamos a iniciar, nos ayudara a reconocer todo esto y a poderlo celebrar en la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

Fr. Manuel Gutiérrez Bandera
Virgen del Camino (León)

Cantaremos–VII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Desde hace veinte siglos Jesús señaló cuál es el mayor obstáculo para la convivencia humana y lo resumió en una frase tajante: “No pueden servir a Dios y al dinero“. La veracidad profunda de sus palabras van al meollo de su doctrina. Su Evangelio nos da la clave para hacer de este mundo un enclave del reino de Dios: Dios no puede reinar, ni ser Padre de todos sin exigir justicia para todos.  Es evidente que aquellos que son dominados por el ansia de acumular riquezas y poder, no pueden trabajar por una economía sana, no pueden construir un mundo realmente fraterno y humano ya que sólo van sembrando a su paso un mundo de miserias, donde el número de excluidos crece incontroladamente, abandonados al hambre, la miseria y la muerte. La conclusión es que, un cristiano sin sensibilidad por el hermano necesitado, no es más que una caricatura…

El Señor nos invita además a no perder la paz pensando en qué comeremos o en qué beberemos….Nos invita a una sana confianza en la Providencia amorosa de Dios que da de comer a las aves del cielo y viste de inigualable hermosura a los lirios del campo, lo cual no excluye nuestra responsabilidad y previsión….´Nos invita a captar la presencia salvadora de Dios haciéndonos pensar, que en realidad, la vida es mucho más de lo que se ve….

Las paradojas parecen inseparables al llamado del Señor… Y es que a veces nos dejamos seducir por el oropel de doctrinas paralelas que se visten de evangelio, de cantos de sirenas que denuncian por un lado, mientras por otro son los principales artífices del mal. La indignación que nos embarga en algunos momentos se convierte en címbalo que suena y campana que retiñe cuando guardamos silencio y no hacemos nada ante el grito urgente de hermanos asfixiados por una economía de opresión. ¡Ya no hay vergüenza ante las imágenes de niños desnutridos, de neonatos sin derecho a la vida, de niños y perros rebuscando en la basura, de ancianos abandonados a lo peor….! Siempre surge fácil la disculpa y hasta nuestra pose de víctimas…. ¡Quién pudiera saber cómo son las cosas para el Señor!……

Julie Meucci.

CANTAREMOS:

      • Reunidos en el nombre del Señor ………………………………….. 159
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te ofrecemos Señor ………………………………………………………… 186
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Otras bienaventuranzas ………………………………………………….. 126
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………………….. 193
      • Viva Cristo ……………………………………………………………………….  218

26 de Febrero–VIII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo ( Mt 6,24-34)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.

Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?

¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?

No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.

19 de Febrero. Comentario a la homilía.

Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto

En qué se nota que somos cristianos? Las creencias, si son auténticas, se traducen en una determinada conducta. Pero una determinada conducta no garantiza de por sí la autenticidad de ciertas creencias. Sabemos bien que Jesucristo subordinó toda norma religiosa al mandamiento del amor, de modo que no tiene sentido cumplir un precepto, por heroico que este sea, si no se hace por amor.

En nuestro itinerario hacia la Cuaresma continuamos escuchando el sermón de la Montaña, que hoy nos habla de no responder al mal con mal y de amar a los enemigos. Jesús lleva a plenitud los mandamientos del Antiguo Testamento introduciéndolos en la lógica de la caridad. Advierte Santo Tomás de Aquino de que la ley nueva es más exigente en lo interior, pero más liviana en lo exterior, que la ley antigua. El problema es que en ocasiones los cristianos hemos acogido con facilidad la parte liviana, pero nos hemos olvidado de la exigente.

A los cristianos debería notársenos que lo somos en que verdaderamente tratamos de orientar nuestra vida desde la exigencia del amor porque confiamos en que el desbordante amor de Dios manifestado en Cristo nos hace capaces de ello.

D. Ignacio Antón O.P.
Fraternidad de Atocha (Madrid)

19 de Febrero – VII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según san Mateo (Mt 5,38-48)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda.

Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.

La alternativa de Jesús a la Ley

Evangelio (Mateo 5,17-37): La alternativa de Jesús a la ley

Con el evangelio de hoy nos introducimos en la dinámica de las antítesis, que quieren poner de manifiesto la justicia cristiana frente a la justicia del judaísmo que Jesús combate con la pretensión de dejar muchas cosas obsoletas. El próximo domingo culminará este conjunto, uno de los más difíciles del Sermón de la Montaña. Estamos ante una de las partes más significativas del Sermón de la Montaña, que tiene su correspondencia en el Sermón del Llano de Lucas (6,20-49). Sabemos que Jesús no pronuncia este conjunto así, sino que es una composición de la “escuela judeo-cristiana” con que se designa, a veces, el resultado final de la redacción de nuestro evangelio de Mateo. Son distintas fuentes las que le suministran, pero hay que resaltar muy especialmente la fuente de “dichos” (los logia, del famoso documento o evangelio Q). En el caso que nos ocupa nos encontramos con un material muy específico como son las famosas “antítesis”, de las que en este caso se nos ofrecen cuatro. Estas de hoy no las encontraremos en el texto de Lucas, por lo que se piensa en un material que no podemos identificar. En este evangelio, pues se apunta claramente a la praxis cristiana, tal como lo necesita o lo entiende la misma comunidad mateana, que no puede desprenderse de su “judaísmo”, aunque éste sea ya un judaísmo verdaderamente cristiano.

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VI Domingo del Tiempo Ordinario. Comentario bíblico.

“No he venido a abolir, sino a dar plenitud”

Creo que conviene siempre, al iniciar una celebración litúrgica, situarse en posición apropiada y tener en cuenta el gran misterio en el que se pretende participar. Para ello hay que dar todo el relieve a la presencia del Señor (Palabra/Sacramento) actualizando su acción salvífica. En la Const. Sacrosantum Concilium del Vaticano II se nos precisa la potencia de su Acción: “Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en la Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica… presente en el sacrificio de la Misa… en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia las Sagradas Escrituras, es El quien habla… y en la Comunidad congregada”; y es así como podemos precisar lo que ahí se celebra: “la liturgia como ejercicio del sacerdocio de Cristo” Ciertamente esta reflexión sirve para todas las celebraciones, hecha, claro está, según momento y participantes.

Una palabra más para subrayar la actitud del Pueblo allí reunido: participativa, mentalidad abierta, espíritu de búsqueda, fidelidad al hallazgo… Ya Isaías nos dejó un mensaje en el nombre de Dios: “Y ¿en quién voy a fijarme? En el humilde y abatido que se estremece ante mi Palabra” (66,2).

Estamos ahora en el principio del año litúrgico en el que abundan las enseñanzas de Jesús sin un orden temático, pero sí con la profundidad enteramente nueva del gran Maestro/Pedagogo instruyendo a sus discípulos y a todo el que se encontraba con El. Estamos en el ciclo A y es el evangelista San Mateo el que nos va llevando al feliz encuentro, como le pasó a él.

Después de los capítulos del Nacimiento 1 y 2, nos lleva al encuentro con Juan Bautista (su predicación, el anuncio del Mesías, el Bautismo de Jesús, las tentaciones…) y a la predicación de Jesús (en Galilea, Nazaret, llamado a los 4 primeros discípulos…) y curaciones. Comienza con la predicación profunda: las Bienaventuranzas, los valores de los auténticos discípulos –sal y luz- y la ley, que es la propuesta de hoy.

Fray Francisco Mª. García O.P.
Casa de Ntra. Sra. de Montesclaros