Algunos partidarios de Antipas, instigados por los fariseos y posiblemente acompañados por algún poderoso recaudador de impuestos van a encontrarlo. Le tienden una trampa muy astutamente pensada: “ Maestro ¿es lícito pagar impuestos al César o no?”. Si responde negativamente, le podrán acusar de rebelión contra Roma. Si legitima el pago de tributos, quedará desprestigiado ante aquellos pobres campesinos que viven oprimidos por los impuestos, y a los que él ama y defiende con valentía. La respuesta de Jesús quedó resumida así: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Como buen judío, Jesús sabe que a Dios “le pertenece la tierra y todo lo que contiene (salmo 24). ¿Qué puede ser del César que no sea de Dios? Acaso los súbditos del emperador, ¿no son hijos e hijas de Dios? Jesús les recuerda algo que nadie le ha preguntado: “Den a Dios lo que es de Dios”…. pero, no le den a ningún César lo que sólo es de Dios: la vida de sus hijos. Como ha repetido tantas veces a sus seguidores: los pobres son de Dios, y el reino de Dios les pertenece. No se puede sacrificar, la vida y la dignidad de las personas a ningún poder, como pretenden hoy algunas ideologías terriblemente injustas e inhumanas, en las que Dios brilla por su ausencia.
CANTAREMOS:
- El Señor nos llama y nos reúne ………………………………………… 272
- Te vengo a ofrecer
- Vaso nuevo ……………………………………………………………………….. 221
- Tan cerca de mi …………………………………………………………………. 193
- Alabaré …………………………………………………………………………….. 17