La imagen del pastor está cargada de simbolismo religioso en la tradición bíblica. El pastor simboliza al jefe que gobierna y que dirige al pueblo. Su principal tarea es vigilar, guiar y proteger al rebaño. Dios es «el pastor de Israel» porque conduce al pueblo, vela por él y lo protege. Ese es también hoy su principal significado cuando se habla en la Iglesia de los pastores que «guían al pueblo».
Cuando la primera comunidad de cristianos hablaba de Jesús, lo hacía con la intención de comunicar a todos el inmenso interés de Jesús por la vida de las personas. Nadie como aquél incansable Profeta de Nazaret fue capaz de entregar su vida incansablemente por el bien de todos los pobres, enfermos y necesitados que encontraba en su camino.
En estos tiempos tan difíciles, nos resulta urgente volver a Dios, escuchar la voz del Maestro que nos enseña el camino. Pero, ¿de qué manera hacerlo? Es muy importante empezar por conocerlo: nadie ama lo que no conoce. La mejor manera de iniciar este proceso está en los Evangelios, en el Nuevo Testamento. Leer, meditar, solo o acompañados, buscando la manera no sólo de ampliar conocimientos, sino de profundizar en el sentido de sus Palabras… El Dios de todos es ante todo el Dios es ante todo el Dios que llena de vida nuestra intimidad, la profundidad de nuestro ser. No es posible creerse y profesarse “creyente” cuando Dios es el habitual ausente de la propia vida.
No basta hablar de temas de “religión”, discutir sobre temas de la Biblia…Lo importante es encontrar el sentido de Dios en la propia vida. Aprender a vivir en Dios, a escuchar su voz que no siempre llega bajo las mismas circunstancias…. Hay que escucharlo cuando todo está bien y también aprender a escuchar su voz cuando la vida se presenta dura, inclemente y cargada de dificultades…!
CANTAREMOS:
- Jesús, nuestra Pascua
- Te vengo a ofrecer
- Resucitó, Aleluya
- Te conocimos al partir el Pan …………………………. 194
- Alabaré …………………………………………………………… 17