Día: 17 de febrero de 2019

IIª Lectura: Iª Corintios (15,12.16-20): Sin resurrección no hay futuro

II.1. La carta de Pablo a los Corintios, segunda lectura de este domingo, continúa después el “credo” de la resurrección (vv. 1-11) con sus consecuencias para todos los hombres. Si no hay resurrección de Jesucristo no hay perdón de los pecados y no habrá vida eterna. Entonces ¿qué nos espera?, ¿la nada?, ¿el caos? Algunos niegan la resurrección de los muertos, no la ven necesaria. Por lo tanto tampoco sería la de Cristo (v.12). Con eso el cristianismo pierde su sentido y Pablo lo hace ver con claridad meridiana. Porque la lógica se impone: si los muertos no resucitan, tampoco  Cristo debía haber resucitado.

II.2. Pero si Cristo no ha resucitado la fe de los cristianos no tiene sentido; la lógica sigue imponiéndose frente a los que se permiten esas afirmaciones. Y si ponemos en Cristo nuestra esperanza únicamente para esta vida, somos los más tontos de todos los hombres. Estamos en el centro del debate: si no hay resurrección ¿para qué ser cristianos? ¿Para vivir con un sentido ético en esta vida? No sería totalmente negativo, pero se empobrecería sobremanera el sentido de la fe y de la vida cristiana. Y se arruinaría una dimensión fundamental del cristianismo: ofrecer vida verdadera, vida eterna a los hombres. La resurrección de Jesucristo es el paradigma de la oferta verdadera de Dios a los hombres.

II.3. Cristo no ha venido a otra cosa sino a “resucitarnos” en el mejor sentido de la palabra. No solamente a resucitarnos moralmente (que así ha sido), sino para que resucitemos como Él. Es verdad que la acción de la resurrección recae directamente en Dios. Pero de alguna manera, como apunta Sto. Tomas, la resurrección de Jesús es la causa de nuestra resurrección (S. T. q. 56). Habría que precisar algunos aspectos de las afirmaciones teológicas de Tomás de Aquino, porque la antropología actual y la hermenéutica lo requieren. Su resurrección, poder de Dios, es la fuerza transformadora de nuestra historia de pecado y de muerte. Pero si no hay resurrección de los muertos tampoco podríamos hablar del valor eficiente de la resurrección de Jesús para todos los hombres ¡no habría futuro para nadie! ¡ni siquiera para Dios!, porque nadie lo buscaría y nadie diría su nombre. Pero la resurrección de Jesucristo nos ha revelado que sí hay futuro para todos, para Dios y para nosotros.

Comentario Bíblico . Lucas (6,20-26): Las opciones del Reino

III.1. Hoy la liturgia, y muy concretamente el evangelio, nos ofrece uno de los textos más impresionantes de la historia de la humanidad, por el que muchos han dado su vida y por el que otros han detestado al cristianismo y a Jesús de Nazaret. El texto de las bienaventuranzas de Lucas es escueto, dialéctico, radical. Pero en el fondo se trata simplemente de describir dos ámbitos bien precisos: el de los desgraciados de este mundo y el de los bien situados en este mundo a costa de los otros. Lucas nos ofrece las bienaventuranzas en el contexto del sermón de la llanura (Lc 6,17), cuando toda la gente acude a Jesús para escuchar su palabra; no es un discurso en la sinagoga, en un lugar sagrado, sino al aire libre, donde se vive, donde se trabaja, donde se sufre.

III.5. La luz no es lo que se ve, pero es aquello que produce el milagro para que veamos. Y las bienaventuranzas de Jesús son la luz de su predicación del Reino. Con las bienaventuranzas se hará posible ver a Dios; desde el mundo de las lamentaciones nunca encontraremos al Dios verdadero, aunque Él no rechace a nadie. El mundo de las bienaventuranzas nos impulsa a confiar en un Dios que ha resucitado a Jesús de entre los muertos y, por eso mismo, a cada uno de nosotros nos resucita y resucitará. Pero a ese Dios ya sabemos dónde debemos buscarlo: no en la ignominia del poder de este mundo, sino en el mundo de los pobres, de los que lloran, de los afligidos y de los que son perseguidos a causa de la justicia: ahí es donde está el Dios de vida, el Dios de la resurrección. Y esto es así, porque Dios ha hecho su opción, y un Dios con corazón solamente puede aparecer donde está la vida y el amor.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

17 de Febrero – Evangelio .VI Domingo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas(Lc 6,17. 20-26)

En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón.

Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo:
"Dichosos ustedes los pobres,
porque de ustedes es el Reino de Dios.
Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre,
porque serán saciados.
Dichosos ustedes los que lloran ahora,
porque al fin reirán.

Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.

Pero, ¡ay de ustedes, los ricos,
porque ya tienen ahora su consuelo!
¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora,
porque después tendrán hambre!
¡Ay de ustedes, los que ríen ahora,
porque llorarán de pena!
¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe,
porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!"