Evangelio: Lucas (24,46-53): Resurrección-Exaltación
Como ya no se celebra la Ascensión del Señor en el “jueves” precedente a este domingo, su liturgia se traslada a lo que debería ser el VII Domingo de Pascua. Los textos de este día, pues, están determinados por esta fiesta del Señor. Es Lucas, tanto en el Evangelio como en los Hechos de los Apóstoles, el único autor que habla de este misterio en todo el Nuevo Testamento. Sin embargo, las diferencias sobre el particular de ciertos aspectos y símbolos en el mismo evangelista sorprenden a quien se detiene un momento a contrastar el final del evangelio (Lc 24,46-53) y el comienzo de los Hechos (1,1-11), que son las lecturas fundamentales de la fiesta de este día. En realidad, los discursos no son opuestos, pero resalta, en concreto, que la Ascensión se posponga “cuarenta días”, en los Hechos de los Apóstoles, mientras que en el Evangelio todo parece suceder en el mismo día de la Pascua. Esto último es lo más determinante ya que la Ascensión no implica un grado más o un misterio distinto de la Pascua. Es lo mismo que la Resurrección, si ésta se concibe como la “exaltación” de Jesús a la derecha de Dios.
Debemos reconocer que no es fácil el uso de los textos de hoy y el significado de los mismos para la predicación actual.
¿Qué es lo que pretende Lucas? Simplemente establecer un período determinado, simbólico, de cuarenta días (no contables en espacio y en tiempo), en que lo determinante es lo que se refiere a hablarles del Reino de Dios y a prepararlos para la venida del Espíritu Santo. En ese sentido, en lo esencial, las dos lecturas que se hacen hoy del acontecimiento coinciden: Jesús instruye a sus discípulos de nuevo, confirmándolos en su fe todavía frágil, demasiado tradicional respecto al proyecto salvífico de Dios, para estar alerta. El tiempo Pascual extraordinario, nos quiere decir Lucas, está tocando a su fin y el Resucitado no puede estar llevándolos de la mano como hasta ahora. Deben abrirse al Espíritu porque les espera una gran tarea en todo el mundo, hasta los confines de la tierra.