No hay relación con Dios fuera de la gratuidad. A veces cuando necesitamos algo espiritual o una gracia, decimos: “Bueno, voy a ayunar ahora, voy a hacer penitencia, voy a hacer una novena…”. Está bien, pero ten cuidado: esto no es para “pagar” la gracia, para “comprar” la gracia; esto es para ampliar tu corazón para que la gracia pueda venir. La gracia es gratuita. En nuestra vida espiritual siempre tenemos el peligro de resbalar en el pago, siempre, incluso hablando con el Señor, como si quisiéramos darle un soborno al Señor. No! Sirvan y den gratis lo que han recibido gratis. Que nuestra vida de santidad sea este ensanchamiento del corazón, porque la gratuidad de Dios, las gracias de Dios que están ahí, gratuitas, que Él quiere dar, lleguen a nuestro corazón. (Santa Marta 11 de junio de 2019)
Vatican News – 11 de Junio 2020