Día: 12 de noviembre de 2022

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario. Comentario.

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

Introducción.

En este domingo XXXIII del tiempo Ordinario, queridos internautas. Las lecturas nos orientan al camino de la verdad. Como bien proclama la lectura de Malaquías 3, 19-20, si tratamos a nuestros cercanos con hostilidad, con engaños, mentiras… no seremos hijos del Padre misericordioso y no caminaremos en la luz.

La 2 a los Tesalonicenses de Pablo nos interpela a todos y a cada uno de nosotros a que seamos honrados y trabajadores por el reino, que nuestros pensamientos estén siempre puros, obrando y dando ejemplo. Y este ejemplo no hace falta divulgarlo (o anunciarlo) a los cuatro vientos, sino en lo secreto.

El Evangelio de Lucas es considerado como mensaje apocalíptico, en vez de meternos miedo, nos recuerda que tenemos que buscar siempre el bien del reino. Buscar el bien del reino es hacer caso a la primera lectura de Malaquías 3, 19-20 y la 2T 3, 7-12 de Pablo, obrar con el bien, tratando a nuestros hermanos con amor, y que nuestro trabajo lo encaminemos para la edificación del nuevo reino que Jesús vino a restaurar. Se vale Dios de ti y de mí para que se le reconozca en la tierra como el Dios de la vida y de la luz. Eres el elegido para que el reino funcione con amor.

Fr. Salvador Becoba Raso O.P.
Convento de Santo Tomás de Aquino (Sevilla)

13 de Noviembre. XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario.

Evangelio según san Lucas (Lc  21,5-19)

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.

Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.

Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.

Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.