Día: 3 de diciembre de 2022

4 de Diciembre 2022. Comentario Bíblico.

Iniciado ya el tiempo de Adviento, dos personajes importantes nos salen al encuentro en la liturgia de este segundo domingo. De un lado Isaías y de otro Juan el Bautista. Cada uno nos ofrece un mensaje diferente pero complementario. En el primero descubrimos una llamada a la esperanza, en el segundo una invitación a la conversión. En un mundo desgarrado por la guerra, el odio y la violencia, hoy más que nunca es necesario volver el corazón a Dios. Un Dios que a pesar de todo sigue creyendo en el ser humano, aunque nosotros demos continuamente muestras de nos olvidamos de Él.

Para los creyentes no puede haber esperanza para la humanidad si no volvemos nuestro corazón a Dios, escuchando la voz de su Hijo hecho carne por nosotros.

Fr. Francisco José Collantes Iglesias O.P.
Real Convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera (Cádiz)

4 Diciembre 2022. II Domingo de Adviento.

Evangelio según san Mateo (Mt 3, 1-12)

En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.

Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.

Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.

Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.