Cantaremos. 14 de Julio, XV Domingo del Tiempo Ordinario /C

“Anda, haz tú lo mismo”

“La conocida parábola del buen samaritano parece recordarnos de un modo nuevo la advertencia que Dios hace por boca de Moisés a su pueblo: no os estoy pidiendo imposibles, mirad en vuestro corazón y lo hallaréis, porque allí también estoy Yo. Hoy Jesús nos invita a hacernos prójimos de los demás, a abrir nuestra existencia al otro.
El rostro misericordioso de Dios puede manifestarse en cualquier hombre de buena voluntad, en cualquiera que quiera vivir en plenitud su propia humanidad. Nuestra sociedad debería poner al menos tanto interés en contar el compromiso solidario que realmente se da por parte de tantas y tantas personas, como pone en narrar el dolor, la inhumanidad y el sufrimiento que otros siembran. De lo contrario, corremos el riesgo de que se acabe fijando en nuestras conciencias una horrible parábola del buen samaritano sin buen samaritano. Una suerte de cruz sin resurrección que puede llevarnos a caer en la tentación de las autojustificaciones contra las que las lecturas de hoy nos advierten.”(1)

“El amor que Cristo nos propone, no es ese que dice amar, pero excluye al que piensa diferente; persigue al que tiene otros ideales y le niega lo que por justicia le corresponde. El Amor que Cristo propone es el que sencillamente está orientado a la solidadaridad y al respeto del otro, cualquiera que sea.
La parábola es una crítica directa para aquellos que dicen amar y pasan de largo ante las necesidades de los otros, repartiendo sólo privilegios interesados y dejando de lado a la mayoría de excluídos. Ser cristianos es ser un buen samaritano que camina por la vida acercándose al hermano necesitado. Nos urge tener a Dios como Amigo. Sólo entonces tendremos fuerzas para amar y perdonar al enemigo y podremos ser un buen samaritano también con el perseguidor.” (2)
(1) D. Ignacio Antón O.P.
Fraternidad de Atocha (Madrid)
(2) Julie Meucci Martinez.

CANTAREMOS: