13 de Octubre. XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario/C

Cerca de Samaría se le presentan a Jesús 10 leprosos pidiendo ser curados. Todos fueron sanados, pero sólo uno vuelve a dar las gracias. Jesús les había dicho que se presentaran a los sacerdotes para que les autorizaran su reintegro a la sociedad. Pero sólo uno, precisamente el extranjero, volvió glorificando a Dios, consciente de que había recibido un beneficio y que para él comenzaba una vida nueva, gracias a la acción salvadora de Jesús.

Aparentemente la proporción de los agradecidos parece exagerada, pero refleja el comportamiento de los creyentes que asumen posiciones falsas ante la Ley y ante un Dios creado a su medida. Sorprende que la gratitud llega de quien menos se esperaba: de un samaritano. Sólo él vuelve alabando a Dios, se echa a los pies de Jesús reconociendo en Él a su Salvador. Los otros nueve representan a la mayoría del pueblo elegido -de los creyentes- que no son capaces de percibir la acción de Dios. Por eso no hay gestos de alabanza. No hay gratitud.

El dolor y la enfermedad son en la existencia humana, una puerta abierta hacia Dios. Si no está abierta aún, pensemos que puede estarlo. Jesús ejerce una misión cuya fuente es Dios. Toda su actividad es revelación que conduce el hombre a Dios. ¡A recibirlo y agradecerle!

CANTAREMOS:

  • Reunidos en el nombre del Señor…………………..159
    • Señor ten piedad-Gloria-Aleluya
    • Antífona
  • Este es el momento……………………………………73
    • Santo-Padre nuestro-La Paz
    • Cordero de Dios
  • Quién es ese…………………………………………..145
  • Señor, Tu eres nuestra luz…………………………..171
  • Gracias , Señor………………………………………..279