El Padre Andrzej Majewski ante la inminente JMJ de Cracovia
(RV).- La Jornada Mundial de la Juventud vuelve a Polonia, tras la celebrada hace un cuarto de siglo ya, en 1991 en Częstochowa, con San Juan Pablo II. Mientras la primera, fuera del Vaticano – la segunda edición – recordamos, fue en Buenos Aires, en 1987, en la ciudad de la que el Papa Francisco ha sido su Arzobispo…
En efecto en 1986 el Papa Juan Pablo II anunciaba que la segunda edición internacional de la Jornada Mundial de la Juventud fuera del Roma sería en Buenos Aires, el Domingo de Ramos de 1987. Entonces más de un millón de jóvenes procedentes de los cinco continentes se dieron cita en la Avenida 9 de julio de la capital argentina para participar en aquellas jornadas inolvidables.
Teniendo en cuenta que faltan pocos días ya para el viaje del Papa Francisco a Cracovia con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en la ciudad, no sólo del amado Papa Karol Wojtyla, Santo Patrono de las JMJ, sino también de Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia, muy conocida también en América Latina, hemos conversado con el sacerdote jesuita polaco Andrzej Majewski, Director de los Programas de Radio Vaticano, acerca de las expectativas que se viven en Polonia ante un evento tan significativo para la juventud católica.
Padre Andrzej, es interesante esa relación que se establece entre los jóvenes y el Papa, o mejor dicho entre los jóvenes y los últimos tres Papas, puesto que también Benedicto XVI participó en la JMJ de Madrid en el año 2011, y también al año siguiente en Roma…
De modo que la pregunta sería ¿qué sucede entre los chicos – que tienen tanta sed de conocimiento y de acción, con los generalmente ancianos Santos Padres – llamados siempre a confirmar en la fe, pero en este caso, casi como haciendo “un salto generacional”, con expresiones y medios incisivos, modernos por decirlo de alguna manera, mediante los cuales, sin embargo, el mensaje que quieren comunicarles no cambia?
– Sobre esta pregunta deberían responder los mismos jóvenes… Es verdad que hay “un salto generacional”… Pero me limito a dos observaciones: La primera es que – escuchando a veces a los jóvenes – me doy cuenta de que muchos de ellos sienten nostalgia “de otra cosa” que se separa de la cultura corriente… Sienten nostalgia de la perspectiva, de la sabiduría basada en una larga vida, del calor, de la aceptación, de la vida que tiene sentido… Generalmente estas cosas las transmiten los abuelos, si los tienen… El mismo Papa Francisco en varias ocasiones ha dicho que los ancianos son los depositarios de la memoria… En otras palabras: habiendo vivido la vida saben lo que nos están transmitiendo…
– Pero después hay otro motivo que impulsa a los jóvenes a reunirse con los Papas… Juan Pablo II, Benedicto y hoy Francisco. Es precisamente el hecho de que el Papa es el Papa… es el Sucesor del Apóstol Pedro a quien el mismo Jesús le dio el mandato de “confirmar a los hermanos en la fe”. Y los jóvenes intuyen muy bien y saben que estando con el Papa se acercan a la fuente de la sabiduría que viene de la fe.
Después de la experiencia – hace ya tres años – de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, en plena América Latina, en un Brasil que el Santo Padre Francisco conoce bien, ¿cómo cree Padre Andrzej que será el encuentro del Papa argentino con los jóvenes en tierra polaca y en pleno Año Santo de la Misericordia?
– Una característica de esta Jornada Mundial de la Juventud, como también la de hace veinticinco años que se celebró en Częstochowa, puede ser la presencia de muchos jóvenes del Este europeo.
– San Juan Pablo II hablando de Europa subrayaba siempre que este continente debe respirar con sus dos pulmones… Pero esto no sólo se refiere a Europa, sino a tantas otras situaciones en que la gente, proveniente de diversas culturas, se encuentra, se mira, se escucha, se confronta y redescubre que las diferencias son una oportunidad de ganancia de algo nuevo e inesperado, y no de pérdida…
– Polonia siempre ha sido una tierra de encuentro de diversas culturas y de diversas sensibilidades: polacos, judíos, ucranianos, bielorrusos, lituanos… hallaban aquí el lugar natural para su encuentro. Espero que también esta Jornada Mundial de la Juventud represente una ulterior ocasión para este encuentro.
Y para la Iglesia en Polonia y la sociedad polaca, especialmente para los jóvenes, ¿qué cree Usted, Padre Andrzej, que representará la llegada del Santo Padre Francisco entre ellos?
– La situación actual de Polonia ha cambiado radicalmente desde el tiempo de la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Częstochowa. La Polonia que en 1991 acababa de salir del régimen comunista lleva ahora detrás de sí veinticinco años de vida como país democrático, con todas las luces y las sombras que puedan existir.
– Hoy Polonia es una nación en crecimiento, en la que la gente se siente libre, artífice de su propio destino, abierta a las nuevas posibilidades y con la conciencia de formar parte de la gran familia de países democráticos. Pero al mismo tiempo, la Polonia de hoy es un país dividido: dividido por los partidos, por las discordias del pasado, por quienes tienen mucho y quienes no tienen nada… Muchos jóvenes son inmigrantes en busca de trabajo. El país tiene un crecimiento demográfico negativo… Si bien últimamente las cosas están cambiando.
– Espero que el Papa Francisco refresque nuestra memoria cristiana, llevando una palabra de misericordia y de perdón; que apele a la sensibilidad de unos y otros, y, sobre todo, que nos lleve la palabra de Jesús que es siempre la misma y que afirma: “Tengan confianza. ¡Yo he vencido al mundo!”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).