Jesús es realmente sorprendente.. viene a este mundo para enseñarnos al Padre, para mostrarnos cómo es realmente Dios. Nadie lo pudo hacer antes, ni lo hará después mejor que él. Llama a un grupo de hombres para entrenarlos y entregarles la misión de continuar su obra. Aquellos hombres, no son ciertamente, ni por preparación, ni por talento lo más destacado de este mundo. Cualquiera de nosotros que intente decir lo contrario, estaría haciéndole un flaco favor a la incomparable labor que hizo el Señor con tan pobre materia prima.
Aquellos hombres, limitados en las categorías humanas, amaban al Señor. Tal vez no le comprendieron en vida, y su muerte los dejó más desorientados y aturdidos de lo que podemos imaginar. Pero cuando Jesús hablaba, cuando enseñaba – ¡todo en su vida era una enseñanza!- ellos le contemplaban, le admiraban y a un cierto momento, ante el reto que se les plantea, le hacen al Maestro una petición: “Señor, auméntanos la fe”. Se dan cuenta que su fe es débil, demasiado pequeña para lo que ya en cierta manera intuían como una misión superior a su capacidad y a sus fuerzas.
Han pasado poco más de veinte siglos, y su iglesia tiene una abultada historia de encuentros y desencuentros, de entregas y traiciones, de luces y tinieblas…. La Iglesia cuenta con historia de vidas hermosas y edificantes, con hombres y mujeres de recia virtud, pero no está ausente la lastimosa miseria humana. En una empresa de dimensiones eternas contamos con el terrible límite de lo humano… Caminar al ritmo de Jesús no es nada fácil.. y tenemos que aprender el difícil arte de caminar a su lado, el arte silencioso de la escucha de su palabra que a veces retumba inquietante y otras se pierde en el silencio de la soledad interior. ¡Tenemos que aprender a vivir una vida más evangélica y menos atada a los cálculos humanos, el amor del discípulo y la pasión por la misión del apóstol! Necesitamos una Fe contagiosa, porque nuestro mundo está seco y nuestras comunidades necesitan su gracia para contagiar la luz de su evangelio y creer en la verdad de sus promesas.
CANTAREMOS:
- Que alegría cuando me dijeron ………………………………… 141
- Señor ten piedad – Gloria
- Aleluya – Antífona
- Te vengo a ofrecer …………………………………………………
- Santo – Padre nuestro
- La Paz – Cordero de Dios
- Pescador de hombres …………………………………………….
- Tan cerca de mi ……………………………………………………. 193
- Viva Cristo …………………………………………………………… 218