Venezuela. Mons. Azuaje: volver a la legitimidad política con una consulta electoral

Vatican NewsGriselda Mutual – Ciudad del Vaticano

2018.09.11 vescovi venezuelaNicolás Maduro juró para un nuevo período presidencial este jueves 10 de enero, mismo día en que la  Organización de Estados Americanos (OEA) acordó “no reconocer la legitimidad del período del régimen de Nicolás Maduro” llamando a que se celebren nuevos comicios “en una fecha cercana” con observación internacional. Japón, por su parte, lamentó la investidura de Maduro por sus dudas sobre la legitimidad del proceso electoral, y la Unión Europea se pronunció lanzando el jueves una declaración en nombre de los 28 países que la componen, lamentando que Maduro hubiera hecho “caso omiso” a un llamado de la organización para la celebración de elecciones democráticas. “La UE insta al Presidente Maduro a que reconozca y respete el papel y la independencia de la Asamblea Nacional, como institución elegida democráticamente, que libere a todos los presos políticos, respete el Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales y a que atienda urgentemente las necesidades acuciantes de la población”, se lee en la declaración.

Ya en el día anterior a la juramentación de Maduro el Episcopado Venezolano se pronunció con una exhortación subrayando a su vez la ilegitimidad en origen del nuevo mandato, que ha sido realizado sobre la base de elecciones no democráticas. Entrevista a Monseñor José Luis Azuaje Ayala, Presidente de la CEV:

En la exhortación resulta evidente la necesidad de llegar a un cambio: ¿cuáles son las alternativas que presenta la CEV?

R.-Mirando la realidad de nuestro país donde todo se ha desestructurado creo que hay varias áreas en la que hay que pedir e insistir en que se dé un cambio.

En lo político, volver a la racionalidad política y a la legitimidad y esto se hace a través de una consulta electoral. Esa consulta electoral tiene el objetivo de elegir nuevas autoridades. Como lo hemos dicho en nuestra exhortación, realmente consideramos ilegítimo todo este proceso gubernamental por no tener un asidero en la Constitución, precisamente en el ámbito de las elecciones que se suscitaron en el mes de mayo del año pasado.

Debe haber un cambio del modelo económico. Este modelo económico ha llevado a la pobreza, ha llevado a la devaluación, a una hiperinflación, y esto tiene sus consecuencias: los millones de venezolanos que han salido del país. Por ende se debe pasar a una economía más abierta, pasar de esta economía rentista, de controles y centralizada, a una economía más abierta que tenga como centro la persona humana. Esto es un aspecto fundamental que estamos pidiendo nosotros como conferencia episcopal, porque todos los días en nuestras diócesis estamos viendo las grandes necesidades que tiene la gente de alimentación, de medicamentos, de transporte público. Los servicios públicos ya no otorgan un servicio de calidad, sino que todo está desestructurado y por eso la necesidad de volver a una economía más amplia y productiva.

Nosotros tenemos grandes campos para sembrar, y todo se ha deteriorado porque no se consiguen semillas, porque no se consiguen los productos para sustentar cualquier plantación, y por ende esto lleva a un quiebre de la economía local, nuestros campesinos.

Hemos pedido volver a la separación de poderes. El contexto de este gobierno lo que ha hecho es juntar todos los poderes públicos bajo un paraguas que es el poder ejecutivo y esto lleva en sí el resquebrajamiento del Estado de Derecho.

Han insistido mucho en la legitimidad del gobierno del mandato del Presidente Maduro. ¿Qué piden al presidente en este sentido?R.-Lo que se pide, se pide a Venezuela y sobre todo a la sociedad civil, y es volverse a activar. La sociedad civil tiene que tener un protagonismo, por eso decimos que nada de lo que sucede en el país puede ser extraño o ajeno al pueblo venezolano.

El protagonista de todo tiene que ser la sociedad civil desde la ciudadanía, es decir, de las personas que tienen derechos y que cumplen también deberes.

Lo que pedimos pues, es que se cumpla la Constitución, que se abra la posibilidad de una consulta constitucional para la elección de nuevas autoridades, en el planteo de nuevas políticas públicas.

Sabemos, mirando el contexto de este gobierno, que no lo harán, y por eso hemos querido decirle al pueblo venezolano en nuestra exhortación que tienen que activarse: activarse las instituciones, los partidos políticos, de oposición, los gremios, las universidades, las instituciones, en fin, todos, pero desde un ámbito de la paz.

Asumir todos el contexto de nuestra Constitución vigente que tiene articulados muy buenos sobre derechos de los ciudadanos. Creo que en este ámbito se debe plantear – si se quiere decir así – "una presión" para alcanzar algunos objetivos.

Pedimos que cese la represión, y las amenazas que son utilizadas por el gobierno como instrumento para generar miedo y paralización. Esto lleva en sí el respeto de los derechos humanos. Es la petición que siempre hemos hecho al gobierno, también a esta instancia y a los mismos militares, que respeten los derechos humanos de los ciudadanos y de los pueblos.

Además de la gratitud a los gobiernos que han sido solidarios con los venezolanos migrantes, hay un pedido preciso a la Comunidad Internacional?

R.- Lo que ha hecho la comunidad internacional el venezolano lo ha avalado, es decir, el generar políticamente dentro del ámbito de la diplomacia, presión para volver a la democracia.

Es un contexto que tenemos que avalar porque este mundo ya está globalizado y lo que afecta a Venezuela afecta también el contexto internacional.

Por ejemplo, hay que ver que más de 3 millones de venezolanos que han ido a muchos países de América Latina, también EE. UU y Europa, son venezolanos que llegan allí sin nada.

De las tres oleadas que han salido, la primera fue de migrantes, hijos de los migrantes que muchos años atrás llegaron a Venezuela.

Luego otra oleada de migrantes que son nuestros profesionales, personas que asumieron productivamente un trabajo pero que aquí en el ámbito jurídico, como también por la cuestión económica, no pudieron más, y tuvieron que cerrar sus clínicas, sus empresas, también muchos profesores universitarios han tenido que salir.

Pero la tercera oleada es la que nos genera más preocupación, que es nuestro pueblo pobre, que sale con lo que puede y que se va con un sentido de esperanza pero también de mucho sufrimiento. En este ámbito, creo que hay que retomar los derechos humanos – que tienen todos los venezolanos – de regresar al país, y por ende, rescatar la democracia en Venezuela, volver a poner la economía al servicio de las personas humanas, y en el ámbito jurídico, que podamos tener confianza de las cosas que podemos hacer aquí en ámbito comercial, educativo, como en la valoración de la participación ciudadana.

Por eso creo que la presión que ejerce la Comunidad Internacional, dentro del ámbito de la diplomacia, va generando y tiene que generar ciertos cambios internos en el país.

El otro aspecto es que sigan investigando a funcionarios públicos que se han ido a otros países. Funcionarios públicos venezolanos que se han llevado el dinero de los venezolanos: investigar dónde están, investigar esas riquezas mal habidas que desgraciadamente lo que han hecho es empobrecer al pueblo venezolano.

Se debería "por justicia" asumir una revisión y que sea la justicia la que diga qué va a hacer con todas estas personas.

En tercer lugar que no abandonen a los venezolanos que se encuentren en sus países. Creo que ha habido una gran solidaridad por parte de los Estados, pero también de las Conferencias Episcopales, de las Instituciones como Cáritas y muchas otras, que han apoyado a nuestros hermanos venezolanos y venezolanas que se encuentran en otros países.

Nosotros como Conferencia Episcopal estamos siempre abiertos a recibir también notificaciones e indicaciones, incluso cuando viajamos fuera del país tratamos de unirnos y de juntarnos con nuestros hermanos venezolanos, oír sus sufrimientos como también los logros que están alcanzando en estos países. Todo es un proceso de coordinación y sobre todo de mucha comunión como Iglesia que somos.