Los primeros discípulos del Señor entendieron muy bien la diferencia entre el bautismo de Juan en las aguas del Jordán y el bautismo de Jesús. El mismo Juan lo aclaró: “Yo bautizo en agua, para que Él sea dado a conocer en Israel”, y da su testimonio de cómo vio descender sobre Él, el Espíritu. Así lo explicaron y lo hicieron entender a las primeras comunidades los apóstoles: el bautismo de Jesús comunica su Espíritu para transformar el corazón de sus seguidores. Sin esa transformación en los bautizados, la Iglesia se enfría, se apaga y se va extinguiendo.
Sólo el Espíritu de Jesús puede dar vitalidad y renovar la Iglesia, sólo su Espíritu nos puede iluminar para penetrar en el verdadero sentido del Evangelio, nos puede llenar de energía para colaborar cada día en la renovación que necesita hoy la Iglesia en nuestro mundo confuso y confundido con ideologías que son antagónicas al hermoso diseño de vida que Dios dispuso para bien y felicidad de todos los hombres. Nuestra Iglesia de hoy necesita evangelizadores con Espíritu, que se dispongan a transmitir con audacia la verdad de su evangelio
Cantaremos :
- Reunidos en el nombre del Señor ……………. 159
- Este es el momento ………………………………… 73
- Por Ti Señor …………………………………………… 134
- Cristo te necesita ……………………………………. 44
- Alabaré ………………………………………………….. 17