14 de Abril – III Domingo de Pascua /C

Evangelio según san Juan (Jn 21,1-19)

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Gemelo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
– Voy a pescar.
Ellos le respondieron:
–También nosotros vamos contigo.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no lo reconocieron.
Jesús les dice:
–Muchachos, ¿han pescado algo?
Ellos contestaron:
–No.
Entonces él les dijo:
–Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces.
Así lo hicieron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
–Es el Señor.
Al oir que era el Señor, Simón Pedro, se anudó la túnica a la cintura pues se la había quitado ,y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
–Traigan los peces que acaban de pescar.
Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Luego Jesús les dijo:
–Vengan a almorzar.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de almorzar dice Jesús a Simón Pedro:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
El le contestó:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
–Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le pregunta:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
El le contesta:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
El le dice:
–Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta:
–Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
–Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
–Apacienta mis ovejas.
Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.
Esto se lo dijo para indicarle con que género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo:
–Sígueme.