Autor: alberto

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO. Comentario Bíblico, “ Vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento ”

III.1. El evangelio de Marcos propio del Ciclo B que inauguramos con este Adviento, insiste en el tema de la carta de Pablo. El c. 13 de Marcos se conoce como el “discurso escatológico” porque se afrontan las cosas que se refieren al final de la vida y de los tiempos. Es un discurso que tiene muchos parecidos con la literatura del judaísmo de la época que estaba muy determinada para la irrupción del juicio de Dios para cambiar el rumbo de la historia. Los otros evangelistas lo tomarían de Marcos y lo acomodarían a sus propias ideas. En todo caso, este discurso no corresponde exactamente a la idea que Jesús de Nazaret tenía sobre el fin del mundo o sobre la consumación de la historia.

III.2. Es bastante aceptado que es un discurso elaborado posteriormente, en situaciones nuevas y de crisis, sobre una “tradición” de Jesús y también de algo sucedido en tiempo del emperador Calígula. Aquí, el evangelista, se vale de la parábola del portero que recibe poderes para vigilar la casa hasta que el dueño vuelva. Estamos ante el final del discurso, y se ve que es como una especie de consecuencia que saca, el redactor del evangelio, de la tradición que le ha llegado a raíz de los acontecimientos que han podido marcar la crisis de Calígula, un hombre que no era agraciado ni en el cuerpo ni en el espíritu, como cuenta de él Suetonio (Calig., L). Los judíos habían derribado un altar pagano en Yamnia, y el emperador mandó hacer en el templo de Jerusalén un altar a Zeus. Para los judíos y los judeo-cristianos supuso una crisis de resistencia como oprimidos frente al poder del mundo. En aquél entonces algunos judeo-cristianos no habían roto todavía con el judaísmo y con el templo. No pueden desear otra cosa que legitimar su anhelo religioso en aras de una visión apocalíptica de la historia: sobre todo, es necesaria la fidelidad a Dios antes que la lealtad a los poderes del mundo que oprimen.

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22 de Noviembre. Solemnidad de Cristo Rey. Comentario Bíblico.

Mateo (25,31-46): Un “reino” de vida, por la justicia y la paz

III.1. El evangelio de hoy, de Mateo, el que se conoce como el “juicio de las naciones”, está en conexión con la primera lectura en razón del papel de las ovejas y del futuro que les espera. Ahora, aquél pastor pasa a ser rey de las naciones, del universo entero. El Hijo del hombre juzga como los reyes (“en su trono de gloria”)… pero en realidad es un elemento no decisivo, ya que el “reinado de Dios”, clave del mensaje de Jesús, no expresa monarquía, ni sistema político determinado aún en lo parlamentario, sino un planteamiento ético universal. Y todo lo que muchas mentes fundamentalistas alimentan en un texto tan complejo como este (v.g. el juicio del valle de Josafat), debería dejarse de lado para ir a lo fundamental. La teología del evangelista trata de presentar una dimensión cósmica, universal, de la acción del Señor. Todo el mundo, toda la historia, pues, están bajo la acción salvadora y redentora del Señor. No es solamente Israel, el pueblo judío o en nuestro caso los cristianos, como ya lo ha manifestado antes (Mt 19,16-19).

III.2.El relato tiene una serie de acciones y símbolos que hacen pensar: derecha-izquierda, ovejas-cabras, hermanos pequeños, benditos de mi padre, dar de beber, conmigo lo hicisteis. Así ha nacido una interpretación de carácter “filantrópico” y de solidaridad que no presume o abusa de elementos “religiosos” en muchos casos. Algunos se indignan porque ésta sería la lectura que plantea o justifica un seguimiento de Jesús casi “sin religión” o que cualquier hombre o mujer sin fe, están llamados a la salvación simplemente por solidaridad con sus hermanos. En realidad el texto dice lo que dice y enseña lo que algunos “temen”. Y además, está en Mateo cuyo texto respira judaísmo por todos los poros. Es un texto, sin duda que viene de Jesús, aunque la elaboración mateano no deja lugar a dudas. Pero Mateo no ha podido ocultar la radicalidad contracultural con la que Jesús pudo expresarse en su momento.

III.3.No negamos que es un texto difícil, pero nada alambicado. Es verdad que los “hermanos míos pequeños” son los seguidores de Jesús que sufren y son perseguidos… pero los hermanos de Jesús “pequeños” son todos los hombres y mujeres que sufren. Y eso no significa que la religión salta por los aires, sino que la religión del “reinado de Dios” es universal, y en la que caben aquellos que sin pertenecer a una estructura religiosa confesional pueden hacer posible lo que el Reino de Dios pretende, hacer de este mundo un “reinado de vida” por la justicia y la paz. Pensar que eso es un reduccionismo de la religión verdadera es no haber entendido el mensaje evangélico de Jesús. El mensaje de Jesús seguirá siendo escandaloso siempre. Y si nunca pudo ser encerrado de lleno en el judaísmo de la época es porque en Jesús comienza algo radicalmente nuevo, desde su continuidad-discontinuidad con la religión de su pueblo y con el Dios de Israel.

III.4. Por lo mismo, tendríamos que ver aquí una afirmación rotunda, atrevida en cierta manera: todos los hombres, sean creyentes o no, tienen que enfrentarse críticamente con el proyecto salvífico de Cristo. Y la pregunta podría ser, ¿qué criterios pueden servir para los que no creen en Dios ni en Cristo? Pues el mismo criterio que para los cristianos y creyentes: el amor y la misericordia con los hermanos. Ese es el único criterio divino y evangélico de salvación y de felicidad futura: la caridad y la ayuda a los pobres, a los hambrientos y a los desheredados. El juicio divino no tiene unas leyes que beneficien a unos y perjudiquen a otros, como a veces se da a escala mundial. Cristo, es el rey de la historia y del universo, porque su justicia es la aspiración de todos los corazones.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

Monseñor Mario Moronta alerta sobre la “islamización” de Venezuela

Moneñor Moronta

La Prensa del Táchira reseña que en una extenso escrito, el Obispo de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, volvió a alertar que se avecinan tiempos más oscuros para la República ante la imposición del estado Comunal y el proceso de “islamización” a partir del 2021.

“Con la nueva Asamblea Nacional que, nos guste o no, legítima o no (no para ellos) se impondrá en el 2021 el inicio del nuevo Estado: el “comunal”, con la desaparición definitiva de todo lo que huela a “cuarta república” y al pasado. Comienza la nueva etapa, la consolidación de la revolución, sin necesidad de mucho esfuerzo. Tal como lo había adelantado Chávez”, dijo Moronta.

Asegura Monseñor que el proyecto que van poner en práctica eliminará la Asamblea Nacional, los municipios, concejos municipales y cualquier tipo de organización social que aparezca en el ordenamiento jurídico venezolano. “Hasta se cambiarán algunos nombres, por ejemplo el de “parroquia” cuyo origen es eclesiástico”.

Así mismo, denunció que la excesiva presencia de iraníes en Venezuela, llevaría al país hacia un proceso de “islamización” lo que puede generar mayores consecuencias en el futuro. “Hace 10 años se calculaba en 12 mil iraníes operando en el país en áreas específicas.

Monseñor Mario Moronta expone que a los iraníes poco les interesa los recursos venezolanos, porque su mayor interés es establecer una base estratégica de carácter geopolítico. “Venezuela se convierte de forma “pacífica” en un partner de Irán, lograron sin mucho esfuerzo un espacio de penetración en un lugar privilegiado de América Latina”.

Agrega que la llamada revolución bolivariana va cumpliendo su hoja de ruta, con sus motores de la revolución, la propuesta de avanzar en la fecha del 2021 implementando un sistema que lamentablemente, está en vísperas de imponerse.

“Si de verdad somos serios y sinceros en nuestro proceder, considero que hay que hacerlo? es tarde para revertir quizás lo que nos viene. Pero no es tarde si pensamos en la necesidad de prepararnos mejor para enfrentar algo que ya tenemos a la vuelta de la esquina”, alertó el representante de la Diócesis de San Cristóbal.

Destruir la industria petrolera es parte del plan
Moronta del Valle explica que en la hoja de ruta del proceso del estado Comunal está la destrucción de la industria petrolera. “La única manera de cambiar la sociedad es destruyendo el aparato productivo, en este caso la industria petrolera, esto para que renazca la nueva Venezuela que se convertirá en potencia, pero desde “el poder popular”.

“En el caso de Venezuela, esto está clarísimo. Nos quejamos pero no pasamos de allí, lamentablemente: nos quejamos de que no hay gasolina, de que los servicios públicos no sirven, de que no hay gas, etc. Y nos quejamos de que en puestos claves parece colocarse “gente incapaz”. En el fondo es parte de la política ideologizada para destruir el Estado e imponer en su debido momento el Estado Comunal a partir del 2021″.

Prosigue en el comunicado, el Obispo eleva las alertas al indicar que desde Chávez y hasta los que figuran en el alto poder, tienen como objetivo aplicar la estrategia “Gramsciana” que está en curso para terminar de imponer el sistema hegemónico y totalitario en el 2021.

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Evangelio: Mateo (25,14-30): No «enterrar» el futuro

III.1. El evangelio de Mateo (25,14-30) nos muestra, tal como lo ha entendido el evangelista, una parábola de “parusía” sobre la venida del Señor. Es la continuación inmediata del evangelio que se leía el domingo pasado y debemos entenderlo en el mismo contexto sobre las cosas que forman parte de la escatología cristiana. La parábola es un tanto conflictiva en los personajes y en la reacciones. Los dos primeros están contentos porque “han ganado”; el último, que es el que debe interesar (por eso de las narraciones de tres), ¿qué ha hecho? :“enterrar”.

III.2.Los hombres que han recibido los talentos deben prepararse para esa venida. Dos los han invertido y han recibido recompensa, pero el tercero los ha cegado y la reacción del señor es casi sanguinaria. El siervo último había recibido menos que los otros y obró así por miedo, según su propia justificación. ¿Cómo entendieron estas palabras los oyentes de Jesús? ¿Pensaron en los dirigentes judíos, en los saduceos, en los fariseos que no respondieron al proyecto que Dios les había confiado? ¿Qué sentido tiene esta parábola hoy para nosotros? Es claro que el señor de esta parábola no quiere que lo entierren, ni a él, ni lo que ha dado a los siervos. El siervo que “entierra” los talentos, pues, es el que interesa.

III.3. Parece que la recompensa divina, tal como la Iglesia primitiva pudo entender esta parábola, es injusta: al que tiene se le dará, y al que tiene poco se le quitará. Pero se le quitará si no ha dado de sí lo que tiene. Y es que no vale pensar que en el planteamiento de la salvación, que es el fondo de la cuestión, se tiene más o menos; se es rico o pobre; sino que la respuesta a la gracia es algo personal que no permite excusas. La diferencia de talentos no es una diferencia de oportunidades. Cada uno, desde lo que es, debe esperar la salvación como la mujer fuerte de los Proverbios que se ha leído en primer lugar. Tampoco el señor de la parábola es una imagen de Dios, ni de Cristo, porque Dios no es así con sus hijos y Cristo es el salvador de todos. Es una parábola, pues, sobre la espera y la esperanza de nuestra propia salvación. No basta asegurarse que Dios nos va a salvar; o aunque fuera suficiente: ¿es que no tiene sentido estar comprometido con ese proyecto? La salvación llega de verdad si la esperamos y si estamos abiertos a ella.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

1º de Noviembre. Festividad de todos los Santos.

TODOS LOS SANTOS

Los que forman la Iglesia triunfante, por haber conseguido el trofeo de la prueba, en el estadio de la vida.


Después de su peregrinación, han llegado a la meta, a la ciudad permanente, a la luz eterna, al descanso de la paz eterna, al descanso de la paz inmensa de Dios-Amor, a la felicidad sin fin.


Sus obras les acompañan por toda la eternidad, como trofeos y condecoraciones de victoria, al modo de las llagas conservadas por Cristo resucitado.


Con su ejemplo y su triunfo animan y esperan a los de su propia familia y a los de la gran faminlia cristiana, todavía en peregrinación.

Los Santos.Noticia diaria. Valeriano Ordoñez, s.j.

Solemnidad de Todos los Santos. Comentario Bíblico.

III.1. El evangelio de esta fiesta es ya proverbial; se trata de las bienaventuranzas de Mateo, cuyo texto, además, tiene la solemnidad de una proclamación, sobre un monte (de ahí el Sermón de la Montaña en que está contextualizado), y para toda la multitud, como sería la multitud incontable del texto de Apocalipsis ( primera lectura). Es la carta magna del discipulado, de la vida cristiana, del seguimiento de Jesús, de la salvación futura. Las bienaventuranzas son creativas, no cuantitativas. Son los puntos más determinantes con los cuales Jesús ha pretendido una nueva humanidad, un nuevo pueblo. No se trata de proponer algo exótico, mágico o taumatúrgico, sino algo bien humano. No obstante, es verdad que se plantea un auténtico esfuerzo por conquistar la gloria, la libertad y la paz. Se propone la pobreza que libera el corazón de muchas ataduras, la misericordia que introduce en las relaciones humanas la benevolencia y el perdón, la limpieza de corazón para juzgar y ser juzgados, la lucha por la justicia, porque Dios es justo. Se proclaman bienaventurados por haber elegido lo que el mundo no elige, simplemente porque odia; por haberse decidido por el sentido mejor de la vida. Se trata de una posibilidad de santidad que se debe vivir ya desde ahora, aquí en nuestra historia; no queda para después de que todo haya acabado.

III.2. Se ha insistido mucho en los aspectos literarios y exegéticos de las bienaventuranzas de Mateo (5,1-12) y de Lucas (6,20-22) sobre el tenor original, es decir, aquellas que están más cerca de las palabras de Jesús. Sin duda, todo tiene su sentido, pero quedan muchas preguntas sobre la mesa, porque se permiten diferentes interpretaciones. El texto original que se tomó del texto de Q (sea simplemente Documento o Evangelio como algunos defienden hoy) podría estar bien representado en Lucas, pero no es algo absoluto. Sabemos que las bienaventuranzas tienen un ámbito muy coherente en la literatura sapiencial, la que enseña a vivir, a comportarse, a elegir lo que da o no da sentido a la vida. La propuesta de Jesús, por lo tanto, no está lejos de este contexto sapiencial: con las bienaventuranzas Jesús quiere proclamar el Reino de Dios y quiere enseñar a vivir en ese Reino al que dedica su vida. Son expresiones que nos muestran a un Jesús “profeta escatológico” (no necesariamente apocalíptico), que quería anunciar lo que debería cambiar esta historia.

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25 de Octubre. Mateo (22,34-40): La ética del amor

III.1. El evangelio de Mateo de este domingo nos ofrece la disputa sobre el mandamiento más importante. Sabemos que se unen o se juntan dos textos Dt 6,5 y Lv 19,18 que eran citados frecuentemente en discusiones éticas rabínicas, pero la idea de unirlos tan estrechamente a manera de resumen de toda la Ley y los Profetas fue una idea creativa no solamente brillante, sino, de nuevo, profética, como sucede en todas estas disputas concluyentes en Jerusalén. Lo que asombra en el texto evangélico es la seguridad soberana con que afirma que no hay preceptos como estos, porque en ellos se apoya toda la ley y los profetas. El texto dice que el amor al prójimo es “semejante” (homoía) al primero, dando a entender un orden lógico, pero sin disminuir su importancia. Es más, aquí Jesús nos está llevando a la conclusión de que aunque Dios no es el hombre, lo que podemos llamar la experiencia del amor no es distinta, aunque sean distintos los objetos o las personas amadas. Lo que le da gloria a Dios, precisamente, es que amemos al hombre como lo amamos a El; tendríamos que decir que no es posible amar a Dios más que al hombre.

III.2. Todo lo que no sea eso, evangélicamente hablando, es una falacia. Ya lo veía así el autor de la 1ª Jn 4 donde plantea con una radicalidad teológica inigualable lo que es la identidad cristiana del amor. Si Dios nos ha amado, entonces, entre otras cosas, no se dice que debemos amarlo a El, sino que debemos amarnos los unos a los otros. Es verdad que Dios quiere ser amado, necesita ser amado, como lo necesitamos cada uno de nosotros. Y es desde esa dimensión religiosa desde la que hablaba Jesús, quien con su predicación y con su praxis se empeñó tanto en descubrir a Dios como Abba, porque él y nosotros lo necesitamos así.

III.3.Por lo tanto, la praxis evangelizadora de Jesús nos descubre un Dios nuevo y a la vez, y por ello mismo, nos descubre un hombre nuevo. Es verdad que Jesús de Nazaret lo descubrió desde Dios. Esto es absolutamente irrefutable. Esta fontalidad nos expresa pues, que evangelizar es humanizar en todos los órdenes y desde todas las perspectivas. Jesús hizo coincidir con su evangelización la gloria de Dios y la del hombre. El hecho, pues, de que hoy se insista tanto en la humanización no depende de que vivimos en el siglo en el que el hombre está enamorado de sí mismo, de lo que ha hecho y de lo que tiene que hacer, sino que la misma esencia de la fe y de la identidad cristiana, en el Nuevo Testamento como totalidad, son todavía mucho más humanizantes y humanizadoras que lo que hoy se nos propone

.Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

Papa Francisco: “El hambre no es sólo una tragedia sino una vergüenza”

Papa Francisco

El sumo pontífice participó en una ceremonia virtual para celebrar el Día Mundial de la Alimentación, en la que también intervino el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y la reina Letizia de España

El papa Francisco aseguró que el hambre no es sólo una tragedia sino una vergüenza y propuso crear un Fondo Mundial “con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares para ayudar al desarrollo de los países más pobres”.

Francisco intervino con un vídeo-mensaje en la ceremonia del Día de la Alimentación que se celebró en la sede de la FAO y que coincide con el 75º aniversario de creación de este organismo.

En esta ceremonia virtual organizada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Francisco señaló que el hambre, está causada por una distribución desigual de los frutos de la tierra, a lo que se añade la falta de inversiones en el sector agrícola, las consecuencias del cambio climático y el aumento de los conflictos en distintas zonas del planeta.

Destacó además que por otra parte, mientras millones de personas pasan hambre, se desechan toneladas de alimentos.

“Ante esta realidad, no podemos permanecer insensibles o quedar paralizados. Todos somos responsables”, agregó Francisco en un vídeo en español.

El papa explicó que la crisis actual provocada por la pandemia, ha agravado aún más el problema del hambre y demuestra que se necesitan políticas y acciones concretas para erradicar el hambre en el mundo.

Y advirtió: “Las discusiones dialécticas o ideológicas nos llevan lejos de alcanzar este objetivo, y permitimos que hermanos y hermanas nuestros sigan muriendo por falta de alimento”.

El papa argumentó que “una decisión valiente” sería “constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares un Fondo mundial para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres”.

Destacó que vivimos en una época de “contradicciones”, pues por un lado, “somos testigos de un progreso sin precedentes en los diversos campos de la ciencia y por otro lado, el mundo se enfrenta a múltiples crisis humanitarias”.

El papa lamentó que “a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos decenios, el número de personas que luchan contra el hambre y la inseguridad alimentaria crece, está creciendo” y subrayó que “la actual pandemia agudizará todavía más esas cifras”.

Además del papa, en la ceremonia virtual para celebrar el Día Mundial de la Alimentación, también intervinieron el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y la reina Letizia de España.

https://www.elnacional.com/mundo/papa-francisco-el-hambre-no-es-solo-una…

Comentario Bíblico.Mateo (22,15-22): La dignidad humana no se compra, es un don

III.1. El evangelio de Mateo, hoy, nos sitúa en el corazón de las polémicas que Jesús mantiene con los dirigentes en Jerusalén y que los evangelistas sitúan al final de su vida, precediendo a la pasión (cf. Mc 12,13-17; Lc 20,20-26). Esta vez querían comprometerlo a fondo con las autoridades romanas, que vigilaban ferozmente cualquier movimiento social o político para castigar cualquier rebeldía. Oponerse al César, incluso en nombre de Dios, era ir contra la «pax romana», uno de los mitos de la época. Los espías pretenden halagarlo (Mateo sigue a Marcos y nos habla de los fariseos y los herodianos; Lucas, más coherente, nos habla de espías para entregarlo al gobernador), pero en el punto de mira está el prefecto romano Poncio Pilato, que era un gobernante de una crueldad sin miramientos, vengativa y arbitraria. Los judíos lo odiaban porque había introducido en Jerusalén bustos e insignias del César, además de haber usado el dinero sagrado del templo para construir un acueducto que llevara el agua a Jerusalén (Josefo, De Bello 2,9,2; 2,9.4).

III.2. La hierocracia y aristocracia de la ciudad santa mandan sus espías para poder deshacerse de este profeta galileo que anuncia el Reino de Dios, pero que no coincide con el reino de Roma, ni con el concepto que tienen del mismo algunos partidarios de la revolución contra Roma, ni específicamente con el reino que ellos quieren manipular en nombre de Dios. Los rebeldes dejaban a las claras que la única soberanía que aceptaban bajo el suelo de Judea es la de Dios (Ex 20,4-5); en ello Jesús podría estar de acuerdo. Pero las trazas, entre uno y otros, son muy distintas. Es verdad que Jesús parecía estar en un callejón sin salida: frente a Poncio Pilato, frente a las autoridades, frente a los revolucionarios nacionalistas, frente a todos. No obstante, él la encontró; la encontró recurriendo a las dignidad humana que Dios ha puesto en el corazón de toda persona como imagen suya. Los espías, con su trampa, van a caer en su propia ignominia, porque llevan en sus manos el “denario” con la efigie de Tiberio… pero Jesús no lleva nada en su zamarra. Solamente tiene su palabra y la fuerza de la sabiduría del reinado de Dios.

III.3.Cuando es preguntado, intencionadamente pide la moneda del tributo con la efigie del César y responde: la moneda hay que dársela al emperador; ¿por qué? Porque es el dinero, y el dinero es lo más sucio de este mundo. Los que acuñan moneda tienen poder y por el dinero dominan a los hombres. Entonces, ¿hay que someterse a él? ¡Ni hablar! Por eso añade con una intencionalidad manifiesta: «y a Dios lo que es de Dios». El dinero no es de Dios, sino que de Dios somos nosotros mismos, y por lo mismo nosotros solamente debemos estar sometidos a Dios. Ya San Agustín, que afirmaba: “El César busca su imagen, dádsela. Dios busca la suya: devolvédsela. No pierda el César su moneda por vosotros; no pierda Dios la suya en vosotros” (Com. Ps 57,11). La trampa la resuelve Jesús, no solamente con inteligencia, sino con sabiduría, donde salta por los aires la legalidad con la que pretenden acusarlo en su caso. La respuesta de Jesús no es evasiva, sino profética; porque a trampas legales no valen más que respuestas proféticas. El tributo de hacienda es socialmente necesario; el corazón, no obstante, lleva la imagen de Dios donde el hombre recobra toda su dignidad, aunque pierda el “dinero” o la imagen del césar de turno que no valen nada.

III.4. Aquí Jesús responde con una afirmación liberadora que solamente pueden captar los que no están cegados por el poder, el dinero, el odio y la injusticia. Quizás la mejor ilustración a todo ello la tengamos en San Ireneo, en esa expresión, que es paradigma de muchas radicalidades humanas y divinas: «La gloria de Dios es el hombre viviente; la vida del hombre es la visión de Dios». Todo esto quiere decir que el evangelio de Jesucristo implica, en una simultaneidad inconfundible, que de la misma manera que nos descubre al Dios viviente, nos descubre a la vez, y no por otro camino, al hombre viviente. Podemos usar los bienes de este mundo con eficacia, pero lo que no podemos hacer es vender nuestra vida al mejor postor. Al “césar” de turno podemos darle el dinero, o los impuestos, pero nuestra libertad nadie nos la podrá arrebatar.

/Fray Miguel de Burgos Nuñez