Categoría: Catequesis

Para Dios, lo que cuenta es “volver”. XXVI Domingo del Tiempo Ordinario.

 Para Dios, lo que cuenta es “volver”

III.1. El evangelio de Mateo (21,28-32), con la parábola del padre y los dos hijos, es provocativo, pero sigue en la misma tónica de los últimos domingos. Se quiere poner de manifiesto que el Reino de Dios acontece en el ámbito de la misericordia, por eso los pecadores pueden preceder a los beatos formalistas de siempre en lo que se refiere a la salvación. Una parábola nos pone en la pista de esta afirmación tan determinada, la de los dos hijos: uno dice que sí y después no va a trabajar a la viña; el otro dice que no, pero después recapacita sobre las palabras de su padre y va a trabajar.

III.2. Lo que cuenta, podríamos decir, son las obras, el compromiso, recordando aquello de no basta decir ¡Señor, Señor!. El acento, pues, se pone sobre el arrepentimiento, e incluso si la parábola se hubiera contado de otra manera, en la que el primero hubiera dicho que sí y hubiera ido a lo que el padre le pedía, no cambiarían mucho las cosas, ya que lo importante para Jesús es llevar a cabo lo que se nos ha pedido. Sabemos, no obstante, que los dos hijos corresponden a dos categorías de personas: las que siempre están hablando de lo religioso, de Dios, de la fe y en el fondo su corazón no cambia, no se inmutan, no se abren a la gracia. Probablemente tienen religión, pero no auténtica fe. Por eso, por ley de contrastes, la parábola está contada con toda intencionalidad y va dirigida, muy especialmente, contra los primeros.

III.3. El acento está, justamente, en aquellos que habiéndose negado a la fe primeramente, se dejan llenar al final por la gracia de Dios, aunque esto sirve para desenmascarar a los que son como el hijo que dice que sí y después hace su propia voluntad, no la del padre. Los verdaderos creyentes y religiosos, aunque sean publicanos y prostitutas, son los que tienen la iniciativa en el Reino de la salvación, porque están más abiertos a la gracia. El evangelio ha escogido dos oficios denigrados y denigrantes (recaudadores de impuestos y prostitutas); pero no olvidemos que el marco de los oyentes también es explícito: los sacerdotes y ancianos, que dirigían al pueblo. Pero para Dios no cuentan los oficios, ni lo que los otros piensen; lo que cuenta es que son capaces de volver, de convertirse.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

“ Habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza ”

III.5. Es, pues, en la Eucaristía donde nos entrega el Señor la vida de la que goza ahora como resucitado. Lucas quiere enseñar a su comunidad que, aunque ellos como nosotros, no pudimos vivir con El, ni conocerle, en la Eucaristía es posible tener esta experiencia de vida. En definitiva, en la Eucaristía hacemos un «memorial», con todo lo que esto significa, pero con el Resucitado, mas no como testigo pasivo, sino siendo El Señor y anfitrión, porque es solamente con El con quien podemos abarcar la altura y la profundidad de algo que no es simplemente repetir, sino revivir. La Eucaristía, como la Resurrección, es un misterio inefable de liberación, ya que los discípulos que estaban angustiados por lo que había pasado en Jerusalén, poco a poco, en la medida en que va haciéndose la Eucaristía, como un peregrinar, se conmueven, porque la vida del Resucitado se apodera de sus corazones. Eso es lo que Lucas quiere enseñarnos, catequeticamente, sobre lo que acontece cuando el Señor resucitado parte el pan con su comunidad, con y en la Iglesia.

III.6. La “fracción del pan! es el signo que necesitaban para saber lo que había pasado. Queda, no obstante, por formular el remate de este momento decisivo. Es lo que se describe ajustadamente en el v. 31, y que es lo contrario de lo que se ha expresado en el v. 16 (sus ojos estaban cerrados, retenidos, sin luz). Este es el momento que tan maravillosamente plasmó Rembrandt en su cuadro de los discípulos de Emaús, una de las composiciones pictóricas más hermosas que existan. No hay palabras para expresarlo mejor. Es una “auto-revelación” del resucitado en la cena, la fracción del pan, es decir, en la eucaristía. Por eso, esa presencia no es “visible” como normalmente entendemos esto. El hecho de que se use el verbo en aoristo pasivo indica que se trata de una experiencia profunda, espiritual, real sin duda, pero no para ver con los ojos corporales, sino con los ojos de la fe. ¡No debe caber la menor duda de hablar de este modo! Por eso, el v. 32 tiene un sentido irrenunciable en el metalenguaje del nuestra narración. Es la clave: “y se decían el uno al otro: ¿no ardía nuestro corazón cuando por el camino nos hablaba y nos explicaba (nos abría) las Escrituras?”.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/

La alternativa de Jesús a la Ley

Evangelio (Mateo 5,17-37): La alternativa de Jesús a la ley

Con el evangelio de hoy nos introducimos en la dinámica de las antítesis, que quieren poner de manifiesto la justicia cristiana frente a la justicia del judaísmo que Jesús combate con la pretensión de dejar muchas cosas obsoletas. El próximo domingo culminará este conjunto, uno de los más difíciles del Sermón de la Montaña. Estamos ante una de las partes más significativas del Sermón de la Montaña, que tiene su correspondencia en el Sermón del Llano de Lucas (6,20-49). Sabemos que Jesús no pronuncia este conjunto así, sino que es una composición de la “escuela judeo-cristiana” con que se designa, a veces, el resultado final de la redacción de nuestro evangelio de Mateo. Son distintas fuentes las que le suministran, pero hay que resaltar muy especialmente la fuente de “dichos” (los logia, del famoso documento o evangelio Q). En el caso que nos ocupa nos encontramos con un material muy específico como son las famosas “antítesis”, de las que en este caso se nos ofrecen cuatro. Estas de hoy no las encontraremos en el texto de Lucas, por lo que se piensa en un material que no podemos identificar. En este evangelio, pues se apunta claramente a la praxis cristiana, tal como lo necesita o lo entiende la misma comunidad mateana, que no puede desprenderse de su “judaísmo”, aunque éste sea ya un judaísmo verdaderamente cristiano.

Leer más

VI Domingo del Tiempo Ordinario. Comentario bíblico.

“No he venido a abolir, sino a dar plenitud”

Creo que conviene siempre, al iniciar una celebración litúrgica, situarse en posición apropiada y tener en cuenta el gran misterio en el que se pretende participar. Para ello hay que dar todo el relieve a la presencia del Señor (Palabra/Sacramento) actualizando su acción salvífica. En la Const. Sacrosantum Concilium del Vaticano II se nos precisa la potencia de su Acción: “Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en la Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica… presente en el sacrificio de la Misa… en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia las Sagradas Escrituras, es El quien habla… y en la Comunidad congregada”; y es así como podemos precisar lo que ahí se celebra: “la liturgia como ejercicio del sacerdocio de Cristo” Ciertamente esta reflexión sirve para todas las celebraciones, hecha, claro está, según momento y participantes.

Una palabra más para subrayar la actitud del Pueblo allí reunido: participativa, mentalidad abierta, espíritu de búsqueda, fidelidad al hallazgo… Ya Isaías nos dejó un mensaje en el nombre de Dios: “Y ¿en quién voy a fijarme? En el humilde y abatido que se estremece ante mi Palabra” (66,2).

Estamos ahora en el principio del año litúrgico en el que abundan las enseñanzas de Jesús sin un orden temático, pero sí con la profundidad enteramente nueva del gran Maestro/Pedagogo instruyendo a sus discípulos y a todo el que se encontraba con El. Estamos en el ciclo A y es el evangelista San Mateo el que nos va llevando al feliz encuentro, como le pasó a él.

Después de los capítulos del Nacimiento 1 y 2, nos lleva al encuentro con Juan Bautista (su predicación, el anuncio del Mesías, el Bautismo de Jesús, las tentaciones…) y a la predicación de Jesús (en Galilea, Nazaret, llamado a los 4 primeros discípulos…) y curaciones. Comienza con la predicación profunda: las Bienaventuranzas, los valores de los auténticos discípulos –sal y luz- y la ley, que es la propuesta de hoy.

Fray Francisco Mª. García O.P.
Casa de Ntra. Sra. de Montesclaros

El Señor, por su cuenta, os dará una señal…

Reflexión para el tercer Domingo de Adviento

El Señor, por su cuenta, os dará una señal…Señales… Me sobrecojo, en este final de Adviento, ante una guerra cruel a la vuelta de la esquina. De años y muertos, que arrastra una cadena cuyo origen me desborda. Más violencia. Corrupción. Apatía y desesperanza. Falta de compromiso, que también identifico en mí. Nadie levanta la voz para romper con un fuerte grito de rebeldía tanto silencio cómplice. Siempre igual. Y Tú te empeñas en seguir diciendo que hay señales, que las sigues poniendo. Tus señales…

Os dará una señal… La quiero ver en los medios que pregonan las informaciones de última hora, en los analistas que diseccionan el presente para explicar lo que va a llegar, o en los líderes espontáneos que surgen por doquier. En la tele, en el cielo, o en Internet. Donde se publica lo importante… Pero voy perdiendo la esperanza de que llegue algo nuevo, y me dejo llevar por la decepción de los demás.

Hay señales… Ya están puestas. Y quizás porque siempre estuvieron ahí desde que Tú las dejaste, me he acostumbrado a no verlas. La señal, que por naturaleza pasa desapercibida, necesita que aprenda su lenguaje. Siempre más profundo, más fino, más sugerente y silencioso. Porque la señal es sólo una puerta que me abre, si acierto con la llave, a una realidad en la que Tú estás en todo… Hay señales, pistas de esperanza, a veces escondidas en la vida diaria, que me empujan a dar pasos, siguiendo un camino alternativo hacia ti…

Leer más

Nota Eclesial : Venciendo obstáculos como Zaqueo.

(RV).- No es lo que somos ni lo que tenemos lo que nos impulsa a buscar a Cristo, sino la necesidad de experimentar su misericordia. Así observamos a Zaqueo en el Evangelio (Lucas 19, 1-10) superando obstáculos para conocer a Jesús y ser testigo de la salvación.

“Hoy ha llegado la salvación a tu casa”  (Lc 19, 9),  le dijo Jesús al hombre que luego de tantas situaciones no orientadas al bien común es impactado por la misericordia de Dios que, sin mirar la condición del pecador se agrada en el esfuerzo por alcanzarlo para estar con Él.

De esta manera actuó Zaqueo, venciendo las dificultades para conocer a Jesucristo. En la resiente Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco hablaba sobre estos obstáculos superados por Zaqueo. “El primero es la baja estatura: Zaqueo no conseguía ver al Maestro, porque era bajo”, pero no podemos obviar que nuestra estatura espiritual es tan grande como el don de ser hijos de Dios que nos impulsa siempre a buscarlo.

Francisco menciona la “vergüenza paralizante”, como un segundo obstáculo que hace permanecer en el pecado, cerrando los ojos a la salvación. El Papa decía en aquella homilía “no se avergüencen de llevarle todo, especialmente las debilidades, las dificultades y los pecados, en la confesión: Él sabrá sorprenderlos con su perdón y su paz”.

Y luego el obstáculo de la “multitud que murmura” a quienes quieren estar cerca de Jesús, cuya misericordia es infinita. Jesucristo no mira el pasado del hombre arrepentido sino su propósito de construir con el Evangelio, compartiendo con los pobres sus bienes, un puente para ser testigo de la salvación.

La salvación nos hace herederos del amor y la misericordia de Dios, recuerda que somos capaces de seguir venciendo los obstáculos de un mundo relativista para encontrarnos con Jesucristo en su Evangelio y los sacramentos, y vivir la alegría de la salvación.

P. Johan Pacheco para RADIO VATICANA.

http://es.radiovaticana.va/news/2016/10/29/nota_eclesial-_p_johan_pacheco_-_domenica_30_octubre_2016/1268629

Orden de Predicadores. Lectio Divina.

Descubra la Lectio Divina #OP800

Domingo, Septiembre 18, 2016

Dominica XXV per annum (http://www.op.org/es/lectio/2016-09-18 )

Salir de nuestro egoísmo para pensar en los otros. 

Lectio

Oíd esto, los que pisoteáis a los necesitados y arruináis a los pobres de la tierra,  diciendo: “¿Cuándo pasará la luna nueva, para que vendamos el trigo; y el sábado, para que abramos los almacenes del trigo; para que reduzcamos el peso y aumentemos el precio, falsificando fraudulentamente las balanzas;  para comprar a los pobres por dinero y a los necesitados por un par de zapatos; para que vendamos los desechos del trigo?”  El Señor ha jurado por la gloria de Jacob: “¡No me olvidaré jamás de todas las cosas que han hecho! (Amos 8, 4-7)

Meditatio

Hoy en día los unos aprovechan anchas coyunturas favorables mientras que a los otros se les quita sus posesiones. Muy a menudo nos encontramos corriendo tras beneficios personales sin pensar en los otros. Lo que vale son nuestros intereses propios y los de nuestros familiares. Y todos los medios son buenos para conseguir tal fin incluso si se trata de “sacrificar” vida humana. Los juegos políticos y la salvaguardia de intereses egoístas y privados han vaciado la sociedad de sus valores humanistas y del respeto a la persona, criada a la imagen y al parecido de Dios (cf. Gn 1, 26).
Dios no se mantiene ni sordo ni mudo frente a las injusticias de nuestro tiempo. Desde lo alto del Cielo el Señor mira la raza de los hombres que explotan a los pobres. Y Dios pasa por nosotros para ofrecer justicia a los oprimidos. El mensaje de Amos recuerda nuestro compromiso bautismal puesto que por nuestro bautizo somos sacerdotes, reyes y profetas. Por eso tenemos que tener conciencia de nuestra misión profética en la sociedad actual. Tras Amos, como predicadores, tenemos esta noble misión de denunciar el descuido de ciertas clases que solo piensan en sus beneficios y la rapacidad de todas las personas que hacen altos beneficios a costa de los pobres. Somos llamados a reclamar el respeto del derecho y de la justicia antes que multiplicar la ceremonias religiosas. Así lo dice el sabio de los Proverbios : “ practicar la justicia y el derecho vale, para el Señor, más que el sacrificio” (Pr 21, 3).

Intenciones de oración del Papa para julio de 2016

Papa-1(RV).- El director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, el padre jesuita Frederic Fornos SJ explica a Radio Vaticano las intenciones de oración del Papa para julio de 2016:

La intención de oración universal es: ”Para que sean respetados los pueblos indígenas amenazados en su identidad y hasta en su misma existencia”.

“El Papa Francisco en su viaje a Ecuador, Bolivia y Perú, pero también México, en particular en Chiapas, ha perdido perdón “por las ofensas de la propia iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”. Los hijos de la Iglesia han contribuido a estas violencias y amenaza cultural, pero también, no hay que olvidarlo, han luchado al lado de los pueblos indígenas por el respeto de sus culturas, idiomas, tierras. Francisco recordaba “tantos obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz…muchas veces acompañando a los indígenas y a los movimientos sociales incluso hasta el martirio”.

“En San Cristóbal de las Casas Francisco dijo: muchas veces, de modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!, perdón hermanos.”

Leer más

"Y tú ¿Quién dices que soy yo? Mirando a Jesús sabemos quiénes somos"

imageLa lectura del Evangelio de este domingo es de triple tradición, es decir, está presente en los tres Evangelios sinópticos (Mc 8, 27-30; Mt 16, 13-20). Lucas sigue aquí el relato de Marcos, el cual se encuentra exactamente al centro y marca un antes y después en la relación de Jesús y sus discípulos. Se trata, pues, de un relato que nos habla de algo tan importante para las primeras comunidades cristianas: Quién es Jesús. De esta respuesta depende la vida de cada creyente y de cada comunidad, en Judea y en el mundo entero.

La doble pregunta de Jesús (“¿Quién dice la gente que soy yo?” Y “Ustedes, ¿Quién dicen que soy?”) genera una respuesta decisiva en sus seguidores. Se conoce a Jesús por lo que dice y hace, pero sobre todo como Aquel que viene en la historia para cambiar la historia. La respuesta de Pedro no sólo habla de su fe, sino de una confesión de fe. Es decir, nace de la propia experiencia, del día a día vivido con él: “Tú eres el Cristo de Dios” (v 20). El elegido, el enviado, el Salvador. Una identidad de Jesús que será totalmente manifestada en la cruz y en el seguimiento. No se conoce de oídas o viendo, se conoce viviendo y dando la vida por quien se ama. Mientras que la respuesta de los discípulos sumerge a Cristo en la historia, la respuesta de Pedro la trasciende.

Por eso Jesús es realista y anuncia las consecuencias de darlo todo. Amplía el sentido de la vida, de la muerte y de la entrega por una causa justa. Y esto no gusta.  Cuando la verdad de Jesús se ve desde la cruz, el servicio y la acogida, preferimos muchas veces no escucharla ni comunicarla y menos aún vivirla. Pero Jesús, maestro que enseña mirando a los ojos, nos regala el significado de nuestra propia identidad en un seguimiento posible y necesario: “El que quiera venir conmigo, renuncie a sí mismo, cargue con su cruz de cada día y sígame” (v 23). Es la llamada de alguien que ve con esperanza el futuro porque confía en el presente y reescribe la historia con nosotros: desde abajo, en lo cotidiano y con nuestras fragilidades. Por tanto, se trata de un Evangelio que presenta tres identidades: la que los discípulos le dan a Jesús; la que Jesús transmite de sí mismo; y la que invita a ser paso a paso con él. Escuchándonos sabemos también quién es Jesús y “mirando a Jesús sabemos quiénes somos” (Congregación General 35 de la Compañía de Jesús).

Leer más