Categoría: Comunidad

Comunidades activas en la Parroquia

Comentario Bíblico – Evangelio: Juan (1,1-18): La Palabra humana de Dios

Dios se ha revelado por el Hijo y el Hijo es la Palabra, porque a Dios nadie lo ha visto jamás. Aunque esto es judío, se da un paso, porque nosotros lo podemos conocer por Jesús, que es el Hijo. Nosotros sólo podemos conocer a Dios por Jesús que nos lo ha revelado, ya que Jesús es el Hijo y el Hijo es la Palabra y la Palabra estaba desde el principio en Dios y Él mismo es Dios. Desde ahora, los cristianos hemos de saber que, para conocer a Dios, primero hemos de conocer a Jesús: cómo vive y cómo actúa. Ser cristiano es reconocer, en el acontecimiento histórico de Jesús, en este hombre de nuestra carne, tan próximo, tan fraternal, el rostro, la Palabra y la gloria de Dios: *quien me ha visto a mi ha visto al Padre”

SOBRE LA FE: (vv. 12.13.16.17): Todo esto que hemos expuesto no puede ser entendido sino por la fe. Deberíamos dejar el prólogo para el final del año litúrgico, porque después de conocer a Jesús y haber escuchado su palabra, nosotros nos decidimos por Él y creemos en Dios. Pero se ha de asumir el riesgo de la fe y aceptar así a Jesús y a Dios, de primeras. También porque, a pesar de todo, la fe es un don de Dios y debemos pedirle a Él que nos la dé y nos la fortalezca. Pero la fe en estos versos no se nos presenta en forma de creencia en verdades, sino en forma de vida: porque nos hace hijos de Dios. Es un tema que recorre todo el Evangelio de Juan.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Comentario Bíblico. Lucas (1,39-45): María: confianza absoluta en Dios

III.3. Porque hoy también hay una "hija de Sión" y una presencia de Dios en nuestro mundo: Es la comunión de los servidores, de las personas audaces, de los profetas sin nombre, de los que hacen la paz y de los que sufren por la justicia. Una hija o comunidad que supera los límites de cualquier Iglesia determinada y configurada como perfecta. Son como la prolongación de María de Nazaret ante la necesidad que Dios tiene de los hombres para estar cercano a cada uno de nosotros. De ahí que en el Cuarto Domingo de Adviento la liturgia expone el misterio de Dios a nuestra devoción. Y debemos aprender, no a soportar el misterio, sino a amarlo, porque ese misterio divino es la encarnación. Ello significa que la vida se realiza en conexiones mayores de las que el hombre puede disponer y comprender. La vida tiene cosas más profundas para que el hombre pueda gobernarlas, comprenderlas o producirlas a su antojo. Y es que todo lo que nosotros creemos que es lo último, en realidad es lo penúltimo; así nos sucede casi siempre. Y por eso es tan necesaria la fe. De ahí que, con toda razón, este Domingo propone como clave de vivencias la fe; fe en la encarnación, en que Dios siempre esta a nuestro lado, en que debe existir un mundo mejor que este. Y esa fe se nos propone en María de Nazaret, para que advirtamos que el hombre que quiere ser como un dios, se perderá; pero quien acepte al Dios verdadero, vivirá con El para siempre.

III.4. El Cuarto Domingo de Adviento es la puerta a la Navidad. Y esa puerta la abre la figura estelar del Adviento: María. Ella se entrega al misterio de Dios para que ese misterio sea humano, accesible, sin dejar de ser divino y de ser misterio. Y por eso María es el símbolo de una alegría recóndita. En la anunciación, acontecimiento que el evangelio de hoy presupone, encontramos la hora estelar de la historia de la humanidad. Pero es una hora estelar que acontece en el misterio silencioso de Nazaret, la ciudad que nunca había aparecido en toda la historia de Israel. Es en ese momento cuando se conoce por primera vez que existe esa ciudad, y allí hay una mujer llamada María, donde se llega Dios, de puntillas, para encarnarse, para hacerse hombre como nosotros, para ser no solamente el Hijo eterno del Padre, sino hijo de María y hermano de todos nosotros.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Cantaremos. III Domingo de Adviento.

Toda la liturgia de este domingo es una invitación a la alegría y a la fiesta porque el Señor está cerca. Mientras nos aproximamos a las celebraciones navideñas resuena la invitación a mantenernos expectantes y activos sí, pero también alegres. Es fácil emplear la palabra alegría, es fácil definir una alegría en teoría; es difícil manifestar la profundidad de la alegría. El niño es el prototipo dé la felicidad. El niño es feliz porque se sabe protegido y amado porque vive en presencia de sus padres. Un mundo sin fe, sin horizonte abierto, un mundo sin cielo y sin esperanza es un absurdo. No puede haber alegría: ni alegría material situada en lo económico, ni alegría social situada en lo político, ni alegría familiar situada en lo afectivo. Es un mundo cerrado, sin fronteras. Nosotros tenemos la fórmula y el sentido para nuestra alegría porque creemos en un Dios Padre que nos protege y mima, porque realmente espera de nosotros esa actitud confiada del niño que levanta los brazos y vive confiado en el calor del regazo paterno.

CANTAREMOS.

      • Ven Salvador ……………………………..……… 215
      • Preparad el camino al Señor ………….……. 139
      • Que los cielos lluevan al Justo ………….….. 150
      • Oh Emmanuel ……………………………………. 266
      • Adviento, ven Salvador ……………………….. 227
      • Dios camina con su pueblo ………………….. 235

Comentario bíblico. III Domingo de Adviento.

III.1. El evangelio es la continuación del mensaje personal del Bautista que ha recogido la tradición sinóptica y se plasma con matices diferentes entre Mateo y Lucas. Nuestro evangelio de hoy prescinde de la parte más determinante del mensaje del Bautista histórico (3,7-9), en coincidencia con Mateo, y se centra en el mensaje más humano de lo que hay que hacer. Con toda razón, el texto de los vv. 10-18 no aparece en la fuente Q de la que se han podido servir Mateo y Lucas. Se considera tradición particular de Lucas con la que enriquece constantemente su evangelio. No quiere decir que Lucas se lo haya inventado todo, pero en gran parte responde, como en este caso, a su visión particular del Jesús de Nazaret y de su cristología.

III.2. Por tanto, podemos adelantar que Lucas quiere humanizar, con razón, el mensaje apocalíptico del Bautista para vivirlo más cristianamente. En realidad es el modo práctico de la vivencia del seguimiento que Lucas propone a los suyos. Acuden al Bautista la multitud y nos pone el ejemplo, paradigmático, de los publicanos y los soldados. Unos y otros, absolutamente al margen de los esquemas religiosos del judaísmo. Lucas no ha podido entender a Juan el Bautista fuera de este mensaje de la verdadera salvación de Dios. Este cristianismo práctico, de desprendimiento, es una constate en su obra.

III.3. Nos encontramos con la llamada a la alegría de Juan el Bautista; es una llamada diferente, extraña, pero no menos verídica: es el gozo o la alegría del cambio. El mensaje del Bautista, la figura despertadora del Adviento, es bien concreto: el que tiene algo, que lo comparta con el que no tiene; el que se dedica a los negocios, que no robe, sino que ofrezca la posibilidad de que todos los que trabajan puedan tener lo necesario para vivir en dignidad; el soldado, que no sea violento, ni reprima a los demás. Estos ejemplos pueden multiplicarse y actualizarse a cada situación, profesión o modo de vivir en la sociedad. Juan pide que se cambie el rumbo de nuestra existencia en cosas bien determinantes, como pedimos y exigimos nosotros a los responsables el bienestar de la sociedad. No es solamente un mensaje moralizante y de honradez, que lo es; es, asimismo, una posibilidad de contribuir a la verdadera paz, que trae la alegría.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Misas de Navidad y Año Nuevo

Parroquia San Andrés Apóstol

Capilla La Milagrosa, Calle Norte 1, Urb. El Placer

Lunes , 24 de diciembre

7:00 p.m.

MISA DE NOCHEBUENA

Martes, 25 de diciembre

12:00 m.

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Miércoles, 26 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR

Jueves, 27 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE SAN JUAN, APÓSTOL Y EVANGELISTA

Viernes, 28 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES

Sábado, 29 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARIA Y JOSÉ

Domingo, 30 de diciembre

12:00 m.

MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ

Lunes 31, de diciembre

4:00 p.m.

5:00 p.m.

HORA SANTA

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Martes, 1 de enero

12:00 m.

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Cantaremos . I Domingo de Adviento

ADVIENTO. El Adviento es tiempo de espera y esperanza. No podemos vivir como si nos encontráramos ya en la meta, porque sería vivir en falsedad, pero debemos actuar en la seguridad de que Dios nos ama tanto que se encarnó entre nosotros y permanece en nuestras comunidades. El Adviento es un camino con la meta asegurada. La Eucaristía con nuestros hermanos conforma el corazón de las comunidades cristianas. En ellas no nos dormimos sino que esperamos la venida definitiva del Señor. LO MEJOR DE DIOS ESTA POR VENIR. DEJALO, CAMINAR 

CANTAREMOS:

      • Ven salvador
      • Preparad el camino al Señor
      • Este Pan y Vino
      • Como el rocío del cielo
      • Adviento ven salvador
      • Un pueblo que camina por el mundo

I Domingo de Adviento. Comentario bíblico

III.1. Todos los años comenzamos el nuevo ciclo litúrgico con el Adviento, que es presencia y es llegada. Es una presencia de siempre y constantemente renovada, porque nos preparamos para celebrar el misterio del Dios que se encarna en la grandeza de nuestra miseria humana. En el Primer Domingo de Adviento, “Ciclo C” del año litúrgico, que estará apoyado fundamentalmente en el evangelio de Lucas, se ofrece un mensaje lleno de fuerza, una llamada a la esperanza, que es lo propio del Adviento: Levantad vuestras cabezas porque se acerca vuestra liberación. Esa es la clave de la lectura evangélica del día. No son los signos apocalípticos los que deben impresionar, sino el mensaje de lo que se nos propone como oferta de parte de Dios. Los signos apocalípticos, en este mundo, siempre han ocurrido y siempre estarán ocurriendo.

III.2. Lucas también nos ha trasmitido el discurso apocalíptico en boca de Jesús (c. 21) a semejanza de lo que hace Mc 13. En Lucas comienza con una enseñanza que contrasta con la actitud de algunos que están mirando y contemplando la grandeza del templo (21,5ss). Los vv. 25-28 se centran en la famosa venida (parousía) del Hijo del hombre que ha de arrancar de los cristianos, ¡no pánico!, sino una actitud contraria: ¡levantar la cabeza, porque ese es el momento de la liberación!. Digamos que esta última expresión es lo propia de Lucas ante las palabras que le ha suministrado la tradición apocalíptica sobre la llegada misteriosa del Hijo del hombre. Lucas es muy conciso sobre los signos extraordinarios que acompañarán ese momento. Pero no puede sustraerse totalmente a esos signos. Y especialmente significativo es en Lucas la actitud que se ha de tener ante todo eso: vigilad (agrupneô) con la oración (v.36). Es lo propio de Lucas: la vigilancia que pide es teológica, la que mantiene abiertos los ojos del alma y de la vida. En la obra de Lucas, el talante de oración es la clave de las grandes decisiones de Jesús y de la comunidad. Y este momento que describe es clave en cada historia personal y de toda la humanidad. En definitiva, la llamada a la “vigilancia en la oración” responde muy bien a la visión cristológica del tercer evangelista: eso quiere decir que la conducta del cristiano debe inspirarse más en la esperanza que en el temor. No en vano Lucas se ha cuidado mucho de presentar a Jesús, en este caso sería el mismo Hijo del hombre, más como salvador de todos que como juez de todos.

III.3. A los hombres, continuamente se nos escapan muchas cosas por los “agujeros negros” de nuestro universo personal, pero la esperanza humana y cristiana no se puede escapar por ellos, porque eso se vive en la mismidad de ser humano. Lo apocalíptico, mensaje a veces deprimente, tiene la identidad de la profunda conmoción, pero no es más que la expresión de la situación desamparada del ser humano. Y sólo hay un camino para no caer en ese desamparo inhumano: vigilar, creer y esperar que del evangelio, del mensaje de Jesús, de su Dios y nuestro, nos viene la salvación, la redención, la liberación. Por eso, en la liturgia del Primer Domingo de Adviento se pide y se invoca a la libertad divina para que salga al encuentro del impulso desvalido de nuestra impotencia.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Comentario bíblico . Solemnidad de Cristo Rey. Juan (18,33-37): La verdad del reinado de Jesús.

III.1. El evangelio de hoy forma parte del juicio ante el prefecto romano, Poncio Pilato, que nos ofrece el evangelio de Juan. Es verdad que desde esa clave histórica, el evangelio de Juan tiene casi los mismos personajes de la tradición sinóptica, entre otras cosas, porque arraigó fuerte la pasión de su Señor en el cristianismo primitivo. La resurrección que celebraban los primeros cristianos no se podía evocar sin contar y narrar por qué murió, cuándo murió y a manos de quién murió. La condena a muerte de Jesús fue pronunciada por el único que en Judea podía hacerlo: el prefecto de Roma como representante de la autoridad imperial. En esto no cabe hoy discusión alguna. Pero los hechos van mucho más allá de los datos de la tradición y el evangelio de Juan suele hurgar en cosas que están cargadas para los cristianos de verdadera trascendencia. El juicio de Jesús ante Pilato es para Juan de un efecto mayor que el interrogatorio en casa de Anás y Caifás. En ese interrogatorio a penas se dice nada de la “doctrina” de Jesús. El maestro remite a sus discípulos, pero sus discípulos, como hace Pedro, lo niegan. Y entonces el juicio da un vuelco de muchos grados para llevar a Jesús al “pretorio”, el lugar oficial del juicio, a donde los judíos no quisieron entrar, cuando ellos los llevaron allí con toda intención.

III.2. El juicio ante Pilato, de Juan, es histórico y no es histórico a la vez. Es histórico en lo esencial, como ya hemos dicho. Pero la “escuela joánica” quiere hacer un juicio que va más allá de lo anecdótico. El marco es dramático: los judíos no quieren entrar y sale Pilato, pregunta, les concede lo que no les podía conceder: “tomadle vosotros y juzgadle según vuestra ley”. Pero ellos no quieren manchar “su ley” con la sangre de un profeta maldito. Pilato tampoco, aparentemente, quiere manchar el “ius romanum” con la insignificancia de un profeta judío galileo que no había hecho nada contra el Imperio. El drama que está en juego es la verdad y la mentira. Ese drama en el que se debaten tantas cosas de nuestro mundo. Pero los autores del evangelio de Juan van consiguiendo lo que quieren con su teología. Todo apunta a que Jesús, siempre dentro del “pretorio”, es una marioneta. En realidad la marioneta es la mentira de los judíos y del representante de la ley romana. Es la mentira, como sucede muchas veces, de las leyes injustas e inhumanas.

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25 de Noviembre. Festividad de Cristo Rey.

La fiesta de Cristo Rey es el punto culminante del Año Litúrgico. Hemos intentado -como cristianos- seguirle a lo largo de cada día. El reino de Cristo, no es de este mundo. En el reino de Cristo no cabe la mentira, la corrupción, la mediocridad o el odio. Por ello mismo, porque su reino no es de este mundo, siempre será causa de contradicción El pagó un alto precio por nuestra redención, sigue necesitando soldados que –con las armas de la fe, la esperanza o la caridad infundan en todos los ambientes la alegría de ser de los suyos. Aquel que, por ser Rey, fue burlado y humillado nos exige un poco de coherencia y de fortaleza. Es fácil apartarse del camino de nuestro Rey . Pero merece la pena ser de Cristo, caminar con Cristo y dejarse gobernar por su peculiar gobierno: el amor. La festividad de Cristo Rey nos anima a ser hombres y mujeres de paz. En una sociedad, materialista y caprichosa la solemnidad de Cristo Rey nos empuja a mirar a ese gran hermano mayor que repartió amor y más amor para que entendiésemos que su Reino es una casa a la que se llega por los caminos del amor. 

CANTAREMOS

      • Tu reino es vida …………………………………….. 189
      • Te vengo a ofrecer
      • Señor, Dios nuestro ………………………………… 169
      • Tan cerca de mí ……………………………………… 193
      • Solo el amor …………………………………………… 166