Desde el domingo pasado leemos en el evangelio de san Lucas una nueva etapa en el ministerio público de Jesús. Deja Galilea y emprende decidido el viaje hacia Jerusalén. Vive una maduración en el proceso de asumir radicalmente su tarea de Enviado, Mesías y Salvador.
Humanamente va quedando más solo, menos rodeado de multitudes. Según el plan del Padre, su misión se realizará desde el servicio, la entrega, la renuncia… enfrentando la persecución y el rechazo, sin buscarlos, pero sin evadirlos.
Aumenta, entonces, la radicalidad que Jesús pide –y Lucas recoge– a uno que se ofrecía a seguirle y a dos a los que llamó: ‘Sígueme’. Radicalidad también reflejada en las condiciones de un nuevo envío de discípulos por delante de él. Poco antes lo había hecho con los Doce (símbolos de las doce tribus de Israel) y ahora con setenta (y dos), símbolo de ‘todo el mundo’, como alusión a la universalidad del mensaje y a la universalidad de la vocación y urgencia del anuncio.
Es importante en ese envío darnos buena cuenta del contenido a anunciar, de quiénes sean los anunciadores y de cómo anunciar. El Sínodo que la Iglesia viene celebrando, con sus acentos (comunión, participación, misión) ofrece una nueva oportunidad de hacer camino juntos unidos a aquellos setenta (y dos) que Jesús envió.
Es importante en ese envío darnos buena cuenta del contenido a anunciar, de quiénes sean los anunciadores y de cómo anunciar. El Sínodo que la Iglesia viene celebrando, con sus acentos (comunión, participación, misión) ofrece una nueva oportunidad de hacer camino juntos unidos a aquellos setenta (y dos) que Jesús envió.
La meta del progresismo es lograr que predomine la percepción social de que practicar una religión, y muy en especial el cristianismo -y los valores que se le asocian-, es algo “anticuado, ridículo, cavernario, prehistórico, pasado de moda, absurdo”
El progresismo es la ideología oficial del globalismo, que aún persigue un nuevo orden mundial. Para alcanzar tal hegemonía, los globalistas deben vencer varios obstáculos nada sencillos, que son estructurales en Occidente. Uno de ellos es la religión. En especial el cristianismo.
Además, porque de ella se desprenden valores como la fe, la familia natural y la defensa de la vida (lucha provida), todo lo cual también rema en sentido inverso a los planes de homogenización ideológica de los globalistas.
Cabe recordar que el globalismo pretende el dominio político de todo el mundo, y para ello parte de ciertas bases: un solo gobierno mundial, una sola religión, una sola moneda, un solo lenguaje.
El primer punto es la construcción de organizaciones mundiales que rijan a las naciones, en una suerte de asamblea multinacional con poderes metaconstitucionales. Eso a todas luces ya existe y va muy avanzado: se trata, claro, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus diversas ramas especializadas, como la OMS, FAO, o UNICEF.
Andrés Manuel López Obrador en noviembre de 2021 fue al consejo de seguridad de la ONU y propuso, así de plano, la creación de un “Estado Mundial”. En ese momento era, además de presidente socialista de México, el líder en turno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), otra institución dominada por el bloque rojo hispanoamericano que este personaje ha sabido construir.
La ONU promueve intensamente la ideología de género, el aborto y el supremacismo LGBT. Traducción: control de la natalidad, de la explosión demográfica.
El segundo punto, es que exista una sola religión, que obviamente no es el cristianismo, sino la “religión del planeta”, la que sustituye a Dios por “la naturaleza”, por “la madre tierra”, por la Pachamama. Esa que quiere que más bien desaparezca el ser humano porque es como un virus que a su paso destruye todo y cuya acción ha derivado en la “sexta extinción” masiva de especies animales.
Esa religión que sólo habla del calentamiento global, de deshielo de témpanos y de graves sequías y hambrunas futuras. Esa religión que es apocalíptica y cuya función es vender la percepción de que tener hijos es un crimen en un mundo así, y que los nacimientos sólo traerán huella de carbón y más contaminación. Control de la natalidad por la vía del terror. Esto va de la mano del animalismo y del veganismo.
El tercer punto es una misma moneda, que hasta ahora se trata de la dominancia del dólar. Esto podría cambiar ahora que se dan reacomodos geopolíticos por la nueva unión de Rusia y China (el eurasianismo).
El cuarto punto es un mismo lenguaje, que hasta ahora es el inglés como hegemónico, pero sumándole las modificaciones del “lenguaje inclusivo”, aunque éste es aplicable a cualquier idioma de Occidente.
Una prioridad en la agenda progre es, entonces, demoler al cristianismo. Para ello se vale de todos los medios a su alcance: Hollywood, Big Tech, el new age, el mains stream media, Netflix, influencers, íconos de la cultura pop, y un largo etcétera.
Managua, 28 jun (EFE).- El Gobierno del presidente Daniel Ortega, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), ordenó sacar del aire al Canal Católico de la Diócesis de Matagalpa (norte), el segundo propiedad de la Iglesia católica que es vetado en los últimos dos meses, informó este martes la televisora que lo administra, TV Merced.
“Hemos sido notificados por la gerencia de Telecable (televisión por suscripción) que, por orientación de Telcor, Canal Católico de la Diócesis de Matagalpa es eliminado de la parrilla de programación de dicha empresa en Matagalpa y Jinotega (norte)” , indicó TV Merced en una declaración.
El obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, confirmó en un tuit que Telcor eliminó el Canal Católico “de la parrilla de dicha empresa” y que se encomendaba a la Virgen María.
“Y volvemos a preguntarnos: ¿Por qué será? Dios nos ayude”, agregó el obispo Álvarez tras conocer la noticia.
El 20 de mayo pasado, Telcor también ordenó sacar del aire al Canal 51, Canal Católico, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
Ciudad del Vaticano, 28 jun (EFE).- El Vaticano lanzará mañana un nuevo periódico mensual, “L’Osservatore de strada” (El observador de la calle) que estará escrito en parte por pobres y personas sin hogar y que contará sus historias.
Su lanzamiento será el miércoles, 29 de junio, con motivo de la fiesta de san Pedro y san Pablo, y se distribuirá el primer domingo de cada mes, tras el rezo del ángelus del papa Francisco, entre los fieles en la plaza de San Pedro a cambio de una contribución voluntaria, explicaron hoy en su presentación.
Esta iniciativa del Dicasterio (ministerio) para la Comunicación del Vaticano “pretende dar voz a los que normalmente no son escuchados, a los pobres, a las personas heridas por la vida, a los que están a la puerta y excluidos”, aseguraron.
Los ejemplares en papel se distribuirán en la Plaza de San Pedro, por algunas de las personas que se alojan en el Palacio Miglior, un antiguo hotel que el Vaticano ha dado en gestión a la Comunidad de San Egidio para dar techo a las personas sin hogar que suelen vivir en los alrededores de la basílica vaticana.
Será para ellos la contribución que los fieles y turistas quieran dar, pero puntualizan que el periódico que se inspira en el nombre del diario oficial vaticano “L’Ossservatore romano” es totalmente gratuito.
“L’Osservatore di Strada”, aseguran, “no será sólo un periódico para los pobres y por los pobres. Es y quiere ser ante todo un periódico con los pobres, un periódico hecho junto con ellos, dando la posibilidad de expresarse a quienes tienen talento para escribir o dibujar o simplemente una historia que contar o una opinión que expresar”.
“Qué es lo peor de vivir en la calle: la noche. No hay un escondite realmente seguro en la ciudad para dormir”, escribe Luigi, otro “sintecho”, en la portada de este primer número en la que relata el frío y la inseguridad de no tener un lugar propio.
Además se dedicarán dos páginas enteras a lo que han llamado “las canciones de los suburbios”, una colección de relatos, reflexiones, poemas, dibujos realizados por personas asistidas por asociaciones y grupos eclesiales o simplemente encontradas en la calle.
Otra sección, titulada “la otra portada”, que ocupa la contraportada, contará con dos lecturas, una espiritual y otra humorística y para el primer número, los autores son el cardenal Enrico Feroci y el artista callejero romano Maupal (Mauro Pallotta), que ve la Iglesia como un importante cardenal que ayuda a una anciana a llevar la compra y cruzar la calle.
“La vida de este mensual sólo es posible gracias a la generosidad de benefactores, lo que permite cubrir los costes de impresión de la edición impresa, y de amigos y profesionales que pondrá a disposición de forma gratuita su tiempo y su talento para crear el contenido de la revista”, explicaron durante la presentación.
III.1 La lectura del evangelio expone una ocasión clave de la vida de Jesús. Es el momento de ir a Jerusalén; es el comienzo del “viaje hacia la ciudad Santa” que en el tercer evangelista se recarga de un sentido teológico especial, porque se intenta presentar, de la forma más efectiva, la actividad de Jesús como profeta, a la vez que el evangelista se vale de la significación de ese viaje para enseñarnos a ser discípulos de Jesús. No están claras las referencias geográficas del viaje (9,51-19,28). Nos encontramos con una insistencia clara en que Jesús se dirige a Jerusalén (9, 51-57; 10, 38; 18, 31.35; 19, 1). Estamos casi en el centro del evangelio y Lucas, a diferencia de Marcos, quiere privilegiar toda la “subida” a Jerusalén que será en realidad una “bajada” al abismo de la condena y de la muerte. El texto de hoy está formado por dos narraciones: la repulsa de Jesús en Samaría y las exigencias del discipulado. Él no hizo discípulos enseñándoles una doctrina, como los rabinos, sino enseñándoles a vivir de otra forma y manera.
III.2. La renuncia a la violencia que propugnan los hijos del Zebedeo porque no ha sido Jesús recibido en Samaría es ya una declaración de intenciones. Lo es también que el profeta galileo vaya a Jerusalén pasando por el territorio de los herejes samaritanos para anunciarles también el mensaje del Reino. Son rechazados y Jesús cuenta con ello, pero no se le ocurre incitar a la condena y a la violencia. Éste es un aspecto determinante del “seguimiento” de Jesús según Lucas. Merecería la pena comentar este episodio como paradigma de la actitud básica de Jesús en su decisión de ir a Jerusalén.
III.3. Por eso, inmediatamente después de la decisión de Jesús, se nos presenta el conjunto de las llamadas de Jesús a seguirle. La forma y la manera es distinta de lo que sucede entre Elías y Eliseo. Aquí es la palabra directa de Jesús, o la petición de los que quieren ser discípulos, o los que quieren informarse, como si fueran candidatos. Pero la radicalidad es la misma. Es una llamada para seguir a Jesús que ha decidido jugarse su vida como portavoz de Dios delante de los jefes y señores de este mundo que están en Jerusalén. Lucas quiere que los discípulos también tomen conciencia de lo que es este viaje, este proyecto y esta tarea. ¿Para qué seguir a Jesús? ¿Por qué romper con las ideologías familiares? ¿Por qué no mirar hacia atrás? Porque la tarea del Reino de Dios exige una mentalidad nueva, liberadora. Los seguidores de Jesús tienen que estar en camino, como Él; el camino es la vida misma desde una experiencia de fraternidad.
III.4. Los textos del seguimiento que Lucas ha tomado del evangelio de itinerantes, probablemente galileos radicales (Q), no tienen por qué ser caracterizados como filósofos cínicos. Desde luego, Jesús no lo era, ni lo podía ser. Pero en esos dichos se refleja toda la crítica hacia las instituciones sociales y el desapego, incluso, de lazos familiares que puedan desviar la atención de las exigencias de Reino de Dios. No se trata de odio familiar, pues eso estaría contra el amor a los enemigos que Jesús defendió expresamente. Es, más bien, poner las cosas en su sitio cuando se trata de sacar adelante el proyecto de Dios, que puede no coincidir con intereses religiosos institucionales e incluso familiares. El discípulo de Jesús se abre a un horizonte nuevo, a una familia universal, a una religión de vida y no de muerte. Las palabras del seguimiento son rupturistas, pero no angustiosas; son radicales, utópicas si queremos, porque van a la raíz de la vida y porque son las que transformas nuestra vida y nuestro entorno social y religioso. Jesús quiere que le sigamos para hacer presente el reinado de Dios en este mundo. Y el Reino de Dios es lo único que puede traer la libertad a quien la anhela.
III.1. Lucas ha presentado la multiplicación de los panes como una Eucaristía. En este sentido podemos hablar que este gesto milagroso de Jesús ya no se explica, ni se entiende, desde ciertos parámetros de lo mágico o de lo extraordinario. Los cinco verbos del v. 16: “tomar, alzar los ojos, bendecir, partir y dar”, denotan el tipo de lectura que ha ofrecido a su comunidad el redactor del evangelio de Lucas. Quiere decir algo así: no se queden solamente con que Jesús hizo un milagro, algo extraordinario que rompía las leyes de la naturaleza (solamente tenían cinco panes y dos peces y eran cinco mil personas). Por tanto, ya tenemos una primera aproximación. Por otra parte, es muy elocuente cómo se introduce nuestro relato: los acogía, les hablaba del Reino de Dios y los curaba de sus males (v.11). E inmediatamente se desencadena nuestra narración. Por tanto la “eucaristía” debe tener esta dimensión: acogida, experiencia del Reino de Dios y curación de nuestra vida.
III.2. Sabemos que el relato de la multiplicación de los panes tiene variantes muy señaladas en la tradición evangélica: (dos veces en Mateo: 14,13-21;15,32-39); (dos en Marcos: 6,30-44; 8,1-10); (una en Juan, 6,1-13) y nuestro relato. Se ha escogido, sin duda, para la fiesta del Corpus en este ciclo por ese carácter eucarístico que Lucas nos ofrece. Incluso se apunta a que todo ocurre cuando el día declinaba, como en el caso de los discípulos de Emaús (24,29) que terminó con aquella cena prodigiosa en la que Jesús resucitado realiza los gestos de la última Cena y desaparece. Pero apuntemos otras cosas. Jesús exige a los discípulos que “ellos les den de comer”; son palabras para provocar, sin duda, y para enseñar también. El relato, pues, tiene de pedagógico tanto como de maravilloso.
III.3. La Eucaristía: acogida, experiencia del Reino y curación de nuestra vida. Deberíamos centrar la explicación de nuestro texto en ese sumario introductorio (v. 11), que Lucas se ha permitido anteponer a la descripción de la tradición que ha recibido sobre una multiplicación de los panes. Si la Eucaristía de la comunidad cristiana no es un misterio de “acogida”, entonces no haremos lo que hacía Jesús. Muchas personas necesitan la “eucaristía” como misterio de acogida de sus búsquedas, de sus frustraciones, de sus anhelos espirituales. No debe ser, pues, la “eucaristía” la experiencia de una élite de perfectos o de santos. Si fuera así muchas se quedarían fuera para siempre. También debe ser “experiencia del Reino”; el Reino anunciado por Jesús es el Reino del Padre de la misericordia y, por tanto, debe ser experiencia de su Padre y nuestro Padre, de su Dios y nuestro Dios. Y, finalmente, “curación” de nuestra vida, es decir, experiencia de gracia, de encuentro de fraternidad y de armonía. Muchos vienen a la eucaristía buscando su “curación” y la Iglesia debe ofrecérsela, según el mandato mismo de Jesús a los suyos, en el relato: “dadles vosotros de comer”.
III.4. Son posible, desde luego, otras lecturas de nuestro texto de hoy. No olvidemos que en el sustrato del mismo se han visto vínculos con la experiencia del desierto y el maná (Ex 16) o del profeta Eliseo y sus discípulos (2Re 4,42-44). Y además se ha visto como un signo de los tiempos mesiánicos en que Dios ha de dar a su pueblo la saciedad de los dones verdaderos (cf Ex 16,12; Sal 22,27; 78,29; 132, 15; Jr 31,14). De ahí que nos sea permitido no esclavizarse únicamente a un tipo de lectura exclusivamente cultual envejecida. El Oficio de la liturgia del Corpus que, en gran parte, es obra de Sto. Tomás de Aquino, nos ofrece la posibilidad de tener presente estos aspectos y otros más relevantes si cabe. La Eucaristía, sacramento de Cuerpo y la Sangre de Señor, debe ser experiencia donde lo viejo es superado. Por eso, la Iglesia debe renovarse verdaderamente en el misterio de la Eucaristía, donde la primitiva comunidad cristiana encontró fuerzas para ir rompiendo con el judaísmo y encontrar su identidad futura
Fray Miguel de Burgos Núñez (1944-2019)
Evangelio (Juan 16, 12-15): El Espíritu de la verdad, nos ilumina
Este último anuncio del Paráclito en el discurso de despedida del evangelio de Juan responde a la alta teología del cuarto evangelio. ¿Qué hará el Espíritu? Iluminará. Sabemos que no podemos tender hacia Dios, buscar a Dios, sin una luz dentro de nosotros, porque los hombres tendemos a apgar las luces de nuestra existencia y de nuestro corazón. El será como esa “lámpara de fuego” de que hablaba San Juan de la Cruz en su “Llama de amor viva”.
Es el Espíritu el que transformará por el fuego, por el amor, lo que nosotros apagamos con el desamor. Aquí aparece el concepto “verdad”, que en la Biblia no es un concepto abstracto o intelectual; en la Biblia, la verdad “se hace”, es operativa a todos los niveles existenciales, se siente con el corazón. Se trata de la verdad de Dios, y esta no se experimenta sino amando sin medida. Lo que el Padre y el Hijo tienen, la verdad de su vida, es el mismo Padre y el hijo, porque se relacionan en el amor, y la entregan por el Espíritu. Nosotros, sin el amor, estamos ciegos, aunque queramos ser como dioses.
El patriarca ruso Kirill aseguró este domingo que entendía la decisión de la Iglesia ortodoxa ucraniana de romper con Rusia por la ofensiva de Moscú en Ucrania.
“Comprendemos perfectamente el sufrimiento actual de la Iglesia ortodoxa ucraniana, entendemos que Su Beatitud, el metropolitano Onufriy y su episcopado deben actuar de la manera más sabia posible para no complicar la vida de su pueblo creyente”, dijo el patriarca Kirill durante la liturgia en la catedral de Cristo Salvador en Moscú.
Kirill, patriarca de Moscú y de toda Rusia, dijo sin embargo que rezaba para que ningún obstáculo “temporal” pueda “destruir la unidad espiritual” del pueblo ruso y ucraniano.
La rama moscovita de la Iglesia ortodoxa ucraniana anunció el viernes que rompía sus lazos con Rusia por su ofensiva en Ucrania y declaró su “plena independencia” de las autoridades espirituales rusas.
El portavoz de la Iglesia de Ucrania, entrevistado por AFP, dijo que el Consejo de la Iglesia había insistido en “su total rechazo a la posición del patriarca Kirill”, que ha dado repetidamente su apoyo a la operación militar rusa en el país.
La ofensiva del presidente ruso Vladimir Putin y el apoyo de Kirill a la misma habían colocado a la iglesia respaldada por Moscú en Ucrania en una posición cada vez más delicada.
Cientos de sus sacerdotes firmaron en las últimas semanas una carta pidiendo que Kirill se enfrente a un tribunal religioso por la guerra.
Ucrania es clave para la Iglesia ortodoxa rusa, ya que allí se encuentran algunos de sus monasterios más importantes.
El anuncio de la Iglesia ucraniana es el segundo cisma ortodoxo en Ucrania en los últimos años, ya que parte de la Iglesia ortodoxa ucraniana se separó de Moscú en 2019 por la anexión rusa de Crimea y el apoyo proporcionado a los separatistas prorrusos en el este del país.
Este relato lucano es la descripción más detallada y completa del acontecimiento de la Ascensión, ya que la sitúa en el tiempo y en el espacio con abundancia de detalles a pesar de su brevedad. La Ascensión del Señor forma parte del kerigma cristiano, pero subrayando sobre todo el resultado final, es decir, la afirmación de que está glorificado y sentado a la derecha del Padre. Pero la realidad de la Ascensión, es decir, la exaltación-coronación plena de Jesús está presente en todos los escritos del Nuevo Testamento, comenzando por los primeros, a saber, las cartas a los Tesalonicenses. En los primeros pasos se afirmaba el hecho teológico de la vuelta gloriosa de Cristo en las nubes del cielo (esto suponía que había ascendido allí, siempre según la concepción del espacio que tenían los hebreos); en un segundo momento se afirma el hecho de la glorificación definitiva de Jesús; en un tercer paso se afirma que está a la derecha del Padre pero sin detalles escenográficos de cómo ocurrió; en un cuarto paso se entendió la Ascensión como el momento en el que Jesús, después de haber recibido plenos poderes en el cielo y en la tierra (Mateo), envía a los apóstoles a evangelizar por todo el mundo; finalmente, Lucas ofrece un relato detallado de las circunstancias que rodearon el acontecimiento, valiéndose de las imágenes que le proporcionaba la Escritura: nubes, cielo, ángeles, etc.