“ Ha echado más que nadie ”
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)
31 de Octubre. Comentario Bíblico, “Marcos (12,28-34): Dios quiere ser amado en los hermanos”
III.1. El evangelio nos presenta al escriba que quiere profundizar de lleno en la Torah, la ley del judaísmo, ¿con qué intención? ¿sabiendo que Jesús sería capaz de ofrecerle una interpretación profética? Ya hemos visto la importancia que tenía y tiene en el judaísmo el primer mandamiento expresado con el Shema Israel, que es parte de nuestra primera lectura. La cuestión no quedará en una simple disputa escolástica, como alguno ha sugerido. El alcance de esta discusión y la pregunta del escriba (¡insólita!) ponen en evidencia muchas cosas del judaísmo que también nos afecta a nosotros. Lo primero que salta a la vista es que el segundo mandamiento no le va a la zaga al primero, que pone el acento en el amor de Dios. La versión de Marcos no está calcada ni del texto hebreo, ni de la versión griega de los Setenta… con algunas variantes de tipo helenista quiere llegar a una propuesta decisiva.
III.2. El realidad, el texto de Mateo 22,39s (que habría usado a Marcos como fuente) lo ha dejado mucho más claro: “de estos dos mandamientos penden toda la ley y los profetas”. El escriba, en verdad, no pretendía poner una trampa a Jesús como querían los saduceos, un momento antes, a propósito de la resurrección. Pero en su búsqueda de aclaración se ha quedado una cosa clara: el amor a Dios y el amor al prójimo no tiene “esencias” distintas. El amor, en el NT es de un “peso” extraordinario que no queda ni en “eros”, ni en “amistad”. Es un amor de calidad el ágape que tiene que ser el mismo para Dios y para los hombres, aunque los mandamientos se enumeren en primero y segundo. Esta sería la ruptura que Jesús quiere hacer con la discusión de los letrados sobre el primero o el segundo, sobre si el prójimo son los de “mi pueblo” o no.
III.3. Porque no sería una novedad que Jesús simplemente subrayara una cosa que se repetía hasta la saciedad. El que se añada el segundo mandamiento, de amor el prójimo, viene a ser lo original; porque con ello se ha revelado que el amor a Dios y el amor el prójimo es lo más importante de la vida, son un solo mandamiento, en realidad, y así podríamos entender el final del v.31 : ”No hay otro mandamiento más importante que éstos”, pues el ?ντολ? (mandamiento) está en singular y nos permitiría entender que el mandamiento más importante por el que preguntaba el escriba son los dos primeros que vienen a ser uno sólo. Porque no hay dos tipos de amor, uno para Dios y otro para el prójimo, sino que con el mismo amor amamos a Dios y a los hombres. Diríamos que son inseparables, porque el Dios de Jesús, el Padre, no quiere ser amado El, como si fuera un ser absoluto y solitario. Así resuelve Jesús la gran pregunta del escriba, de una manera profética e inaudita.
III.4. Lo que el evangelio de hoy quiere poner de manifiesto es que el amor a Dios debe también ser amor a los hombres. Muchos se contentan con decir que aman a Dios, pero muchas veces se encuentran razones para no amar al prójimo. Aquí es donde el evangelio se hace novedad maravillosa para todos los seguidores de Jesús y para todos los hombres. Se pueden sacar las consecuencias, al hilo de la carta a los Hebreos, que si Jesús ha ofrecido un sacrificio eterno, si no son necesarios los sacrificios rituales a Dios, es porque Jesús ha hecho posible la religión del amor, pero no solamente a Dios, sino a todos los hombres. Eso es lo que identifica al Dios verdadero de los dioses falsos: quiere ser amado en los hermanos. Es eso lo que el autor de la 1Jn pone de manifiesto en su teología de que Dios es amor y no podemos amar a Dios a quien no vemos si no amamos al hermano a quien vemos. Pero esta teología la puso en marcha el profeta de Galilea, Jesús de Nazaret… y por ello dio la vida.
24 de Octubre. Comentario Bíblico. “ ¿Qué quieres que haga por ti? ”
III.1. En el evangelio de hoy, Marcos nos relata la última escena de Jesús en su camino hacia Jerusalén. Se sitúa en Jericó, la ciudad desde la que se subía a la ciudad santa en el peregrinar de los que venían desde Galilea. Jesús se encuentra al borde del camino a un ciego. Por razones que se explican, incluso ecológicamente, los ciegos abundaban en aquella zona. Está al borde del camino, marginado de la sociedad, como correspondía a todos los que padecían alguna tara física. Pero su ceguera representa, a la vez, una ceguera más profunda que afectaba a muchos de los que estaban e iban tras Jesús porque realizaba cosas extraordinarias. El camino de Jesús hasta Jerusalén es muy importante en todos los evangelios (más en Lucas). En ese camino encontrará mucho gente. Los ciegos no tienen camino, sino que están fuera de él. Jesús, pues, le ofrecerá esa alternativa: un camino, una salida, un cambio de situación social y espiritual.
III.2. El gesto del ciego que abandona su manto y su bastón, donde se apoyaba hasta entonces su vida, contrasta con la fuerza que le impulsa a “ir a Jesús” que le llama. ¿Por qué le “llamó” Jesús y no se acerca él hasta el ciego? La misma gente vuelve a repetirle: él te llama. Las palabras y los gestos simbólicos de la narración hay que valorarlos en su justa medida. Diríamos que hoy en el texto son más importantes de lo que parece a primera vista. Jesús “le llama”. La llamada de Jesús, al que el ciego interpela como “hijo de David” tiene mucho trasfondo. Jesús ha llamado a seguirle a varias personas; ahora “llama” a un ciego para que se acerque. No le llama aparentemente para seguirle, sino para curarle, pero la curación verdadera será el “seguirle” camino de Jerusalén, en una actitud distinta de los mismos discípulos que habían discutido por el camino “quién es el mayor”. El ciego no estará preocupado por ello. De ahí que la escena del ciego Bartimeo en este momento, antes de subir a Jerusalén, donde se juega su vida, es muy significativa.
III.3. La insistencia del ciego en llamar a Jesús muestra que lo necesita de verdad y lo quiere seguir desde una profundidad que no es normal entre la multitud. Jesús le pide que se acerque, le toca, lo trata con benevolencia; entonces su ceguera se enciende a un mundo de fe y de esperanza. Después no se queda al margen, ni se marcha a Jericó, ni se encierra en su alegría de haber recuperado la vista, sino que se decide a seguir a Jesús; esto es lo decisivo del relato. En el evangelio de Marcos el camino que le lleva a Jerusalén le conducirá necesariamente hasta la muerte. La vista recuperada le hace ver un Dios nuevo, capaz de iluminar su corazón y seguir a Jesús hasta donde sea necesario. Vemos, pues, que un relato de milagro no queda solamente en eso, sino que se convierte en una narración que nos introduce en el momento más importante de la vida de Jesús: su pasión y muerte en Jerusalén.
Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)
17 de Octubre. Introducción al evangelio.
“ El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor ”
Querer prevalecer sobre las demás personas es algo que el ser humano deja entrever frecuentemente y es fuente de sufrimiento inútil y contrario a lo que hizo Jesucristo en su vida, porque él sí que estaba por encima de la humanidad y, sin embargo, esta condición suya no la utilizó como privilegio personal puesto que no solo la dejó de lado sino que se humilló a sí mismo pasando por uno de tantos, mostrando a todos el camino a seguir, el camino de la humildad, el camino del servicio a las demás personas (cf. Fil 2,6-8).
La pretensión de prevalecer sobre las demás personas es irrealizable y causa de sufrimiento por no alcanzar lo deseado, mientras que por el contrario la actitud de servicio a los demás está al alcance de nuestras posibilidades y es fuente de serenidad al comprobar lo que da de sí la actitud de ser servidor de los demás, cumpliendo el mandato del Señor a sus discípulos que nos invita a ponernos al servicio de los demás (cf. Jn 13,14-15).
Jesucristo no se ha limitado a darnos una lección magistral sino que su enseñanza está corroborada por el testimonio de su propia vida, haciendo suyo lo dicho por Isaías, tal como la Carta a los Hebreos explicita, razón por la que Jesucristo merece nuestra confianza plena (cf. Hb 4,15).
A esto nos anima Jesucristo, puesto que su enseñanza y el ejemplo de su vida son un argumento de autoridad que debiéramos saber utilizar a lo largo de nuestra vida. Cuanto hemos experimentado a lo largo de la pandemia causada por el covid-19 pone de manifiesto la validez y la actualidad de la enseñanza y del ejemplo de Jesucristo.
Fr. José Mª Viejo Viejo O.P.
Convento de La Virgen del Camino (León)
10 de Octubre. Comentario al evangelio según san Marcos
En el evangelio de este domingo Jesús nos ayuda a repensar cómo verificamos nuestra experiencia y relación con Dios. No basta con observar o cumplir sus “mandamientos”, no es preciso acumular. Esa es una perspectiva que se queda corta. Hay que ir más allá, liberarnos del miedo y procurar amar al Amor que es fuente y criterio de nuestro estilo de vida. Y decirlo poniendo la vida al servicio de lo que genera vida. Sobre todo, ahí donde esté más amenazada. Podemos compartir, repartir, pero sobre todo estamos llamados a “darnos”. Esa es la sabiduría de Jesús, sabiduría de la cruz.
Junto a ello también nos podemos centrar hoy no tanto en fijarnos en lo que nos “falta” como aquel joven rico, sino en reconocer lo que somos y tenemos y desde lo que podemos “dar-nos”. Para traer alegría, esperanza, ánimo, allí donde estamos y vivimos. Pero sin perder la conexión con todo lo que nos afecta desde cualquier parte del mundo. “Todo está conectado” recuerda el papa Francisco. En el viaje de la vida hay momentos en que hemos de desprendernos de lo que nos impida caminar más ligeros tras las huellas de Jesús.
Fray Xabier Gómez García O.P.
Convento de Santo Tomás de Aquino “Olivar” (Madrid)
3 de Octubre – Marcos (10,2-16): La ruptura del amor no es evangélica.
III.1. El evangelio de hoy nos muestra una disputa, la del divorcio, tal como se configuraba en el judaísmo del tiempo de Jesús. La interpretación de Dt 24,1, base de la discusión, era lo que tenía divididas a las dos escuelas rabínicas de la época; una más permisiva (Hillel) y otra más estricta (Shamay). Para unos cualquier cosa podía ser justificación para repudiar, para otros la cuestión debería ser más sopesada. Pero al final, alguien salía vencedor de esa situación. Naturalmente el hombre, el fuerte, el poderoso, el que hacía e interpretaba las leyes.
III.2. Pero a Jesús no se le está preguntando por las causas del repudio que llevaba a efecto el hombre contra la mujer, o por lo menos desvía el asunto a lo más importante. Recurrirá a la misma Torah (ley) para poner en evidencia lo que los hombres inventan y justifican desde sus intereses, y se apoya en el relato del Génesis de la primera lectura. Dios no ha creado al hombre y a la mujer para otra cosa que para la felicidad. ¿Cómo, pues, justificar el desamor? ¿Por la Ley misma? ¿En nombre de Dios? ¡De ninguna manera!
III.3. Por ello, todas las leyes y tradiciones que consagran las rupturas del desamor responden a los intereses humanos, a la dureza del corazón; por lo mismo, el texto de Dt 24,1 también. Jesús aparece como radical, pero precisamente para defender al ser inferior, en este caso a la mujer, que no tenía posibilidad de repudio, ni de separación o divorcio. Como la mujer encontrada en adulterio que no tiene más defensa que el mismo Jesús (Jn 8,1ss). Jesús hace una interpretación profética del amor matrimonial partiendo de la creación, que todos hemos estropeado con nuestros intereses, división de clases y de sexo. Y es que el garante de la felicidad y del amor es el mismo Creador, quiere decirnos Jesús.
Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)
En una cultura en la que el amor se considera como algo espontáneo, un mero sentimiento; en una sociedad que tiene como postulado su caducidad y la fidelidad parece algo obsoleto y casi imposible de lograr y el divorcio es una realidad generalizada, la liturgia nos presenta el mensaje de Jesús sobre el amor conyugal, único, fiel e indisoluble. El evangelio de este domingo recuerda y refrenda, frente a la ley mosaica vigente en tiempos de Jesús, el proyecto originario de Dios en la creación del hombre y la mujer, como nos lo relata Gen 2.
Hoy se han acallado las controversias y enfrentamiento públicos -el debate en las Cortes españolas duró 17 meses- entre quienes defendían el divorcio como un derecho radical de la persona hasta quienes querían imponer la disciplina y verdad católica a toda la sociedad. Desde la experiencia de estos años y el abundante Magisterio de la Iglesia, tal vez sea el momento de hacer una reflexión social y pastoral más serena.
Fray Jesús María Galdeano Aramendía O.P.
Convento San Valentín de Berri Ochoa (Villava)
26 de Septiembre. Evangelio según san Marcos. Comentario Bíblico.
Marco:actitud de aceptación y tolerancia frente a los que obran el bien sea cual sea su procedencia.
1ª: ¡Si se actúa en nombre de Jesús se pertenece a su grupo!
Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros…No se lo impidáis. Sabemos que en tiempo de Jesús existían en Israel muchos exorcistas, hasta el punto de que a Jesús mismo se le tenía por exorcista y ciertamente el evangelio recoge episodios de expulsión de demonios. Es una práctica que corresponde a un mundo cultural muy peculiar. En aquel entonces se atribuía a posesión diabólica muchos efectos de enfermedades misteriosas. El demonio es el enemigo del hombre. La relación era lógica y coherente en aquel momento. Alguien quiso utilizar el nombre de Jesús para el ejercicio de esta práctica porque había observado la eficacia y la fuerza de Jesús para expulsar demonios. En el nombre quiere decir en la persona de aquel que se nombra. Y en nombre de Jesús realizarán la misma práctica los discípulos después de la resurrección de Jesús. En el fondo se trataba de una práctica liberadora de los males del hombre. La invocación del nombre de Jesús es eficaz. Pues bien, este es el caso del relato evangélico de hoy. El problema se le planeta a Juan es que hay alguien que se propia del nombre de Jesús para realizar esta práctica y no pertenece al grupo. También en este episodio aparece la fuerza de cohesión de un grupo y sus peculiaridades en la actuación. Si no participa de los secretos del grupo no puede actuar en nombre de Jesús. El concepto de universalidad de Jesús todavía no había sido entendido. Los secretos del grupo, del cual hay que defenderlos celosamente. La lógica es impedírselo por apropiación indebida. Sólo así se entiende el conjunto. Ayer como hoy existe la tendencia a la guarda celosa de la propiedad del grupo. La apertura, la disponibilidad y la magnanimidad son actitudes que eran muy costosas ayer y hoy.
2ª: ¡El seguimiento de Jesús conlleva una actitud ante la vida coherente y exigente!
Si tu… Todas estas afirmaciones pertenecen a un mismo estilo utilizado por Jesús: paradójico, incisivo, desconcertante, invitación a la atención cuidadosa. Probablemente son dichos de Jesús pronunciados en otra ocasión distinta a los anteriores. Pero Marcos ha querido unirlos con ellos. Ciertamente, Jesús abre fronteras, acoge a los hombres de buena voluntad, aprecia todos los valores y se deja guiar por una actitud integrador. Pero esto no merma su conciencia de representar una enseñanza singular. Se podría sintetiza en una extensión muy utilizada hoy: Jesús es único y universal. Esa una de las tensiones más ricas para descubrir la eficacia de su persona, de su actuación y de su misión. Todos los valores son aprovechables y se pueden integrar en el proyecto del reino. Pero esto no anula el hecho también fundamental de que Jesús es único, el único salvador y el único revelador del Padre. El sólo es el Camino y la Verdad y la Vida. De este modo cuando Jesús adopta una actitud integradora revela a la vez otra verdad: en todos esos valores hay una chispa de la única revelación de Dios que se manifiesta en la creación y en la manifestación positiva y llega a su plenitud en Jesús mismo. Necesitan los hombres de nuestro mundo reconocer las dos cosas a la vez: la unicidad y la universalidad de Jesús, porque ese es el camino que les conduce a la salvación. Y esto se puede y se debe presentar a los hombres cultos y a los incultos proclamando la necesidad del seguimiento exigente de Jesús que conduce a un sentido gozoso y en comunión de la vida de los hombres. Todos podemos convivir, porque todos podemos compartir muchos elementos buenos para los hombres. El radicalismo, el exclusivismo no caben el proyecto de Jesús. Pero él mismo nos invita a la radicalidad de su seguimiento para apreciar y respetar la universalidad de los valores. Sea en las esferas de los que piensan o en las esferas del cotidianos vivir necesitamos esta actitud y enseñanza de Jesús para conseguir una sociedad más realmente justa y preocupada por el bien común de todos porque son valores permanentes del reino que Jesús vino a proclamar, instaurar y realizar en su misión y en su vida.
Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)
Comentario Bíblico. Evangelio: Marcos (9,30-37): El que se entrega debe ser el primero
III.1. El evangelio de Marcos nos muestra un segundo paso de Jesús en su camino hacia Jerusalén, acompañado por sus discípulos. El maestro sabe lo que le espera; lo intuye, al menos, con la lucidez de un profeta: la pasión y la muerte, pero también la seguridad de que estará en las manos de Dios para siempre, porque su Dios es un Dios de vida. Pero ese anuncio de la pasión se convierte en el evangelio de hoy en una motivación más para hablar a los discípulos de la necesidad del servicio.
III.2. No merece la pena discutir si este segundo anuncio de la pasión son “ipsissima verba” o son una adaptación de la comunidad a las confidencias más auténticas de Jesús. Hoy se acepta como histórico que Jesús “sabía algo” de lo que le esperaba. Que la comunidad, después, adaptara las cosas no debería resultar extraño. Este segundo anuncio de la pasión lo presenta el evangelista como una enseñanza (edídasken= les enseñaba). Pero los discípulos ni lo entendían ni querían preguntarle, ya que les daba pánico. Este no querer preguntarle es muy intencionado en el texto, porque no se atrevían a entrar en el mundo interior y profético del Maestro. Jesús tuvo paciencia y pedagogía con ellos y por eso Marcos nos ha presentado “tres” anuncios en un corto espacio de tiempo (8,27-10,32).
III.3. Tampoco Pedro, en el primer anuncio (8,27-33), lo había entendido cuando quiere impedir que Jesús pueda ir a Jerusalén para ser condenado. No encajaba ese anuncio con su confesión mesiánica, que tenía más valor nacionalista que otra cosa. Marcos ha emprendido, desde ahora en su narración una dirección que no solamente es reflejo histórico del camino de Jesús a Jerusalén, sino de “enseñanza” para la comunidad cristiana de que su “Cristo” no se fue de rositas a Jerusalén. Que confesar el poder y la gloria del Mesías es o puede ser un tópico religioso poco profético. En realidad eso es así hasta el final, como lo muestra la escena de Getsemaní (14,32-42) y en la misma negación de Pedro (14,66-72). Los discípulos no entendieron de verdad a Jesús, ni siquiera por qué le siguieron, hasta después de la Pascua.
III.4. En Carfarnaún, en la casa, que es un lugar privilegiado por Marcos para las grandes confidencias de Jesús, porque es el símbolo de donde se reúne la comunidad, (como cuando les explica el sentido de las parábolas), les pregunta por lo que habían discutido por el camino; seguramente de grandezas, de ser los primeros cuando llegase el momento. Sus equivocaciones mesiánicas llegaban hasta ese punto. Jesús tomó a un niño (muy probablemente el que les servía) y lo puso ante ellos como símbolo de su impotencia. Es verdad que el niño, como tal, también quiere ser siempre el primero en todo, pero es impotente. Sin embargo, cuando los adultos quieren ser los primeros, entonces se pone en práctica lo que ha dicho el libro de la Sabiduría. Y es que el cristianismo no es una religión de rangos, sino de experiencias de comunión y de aceptar a los pequeños, a los que no cuentan en este mundo.
III.5. Acoger en nombre de Jesús a alguien como un niño es aceptar a los que no tienen poder, ni defensa, ni derechos; es saber oír a los que no tienen voz; son los pobres y despreciados de este mundo. La tarea, como muy bien se pone de manifiesto en la praxis cristiana que Marcos quiere trasmitir a su comunidad, no está en sopesar si los que se acogen son inocentes o no, sino que debemos mirar a la vulnerabilidad. Quizás los pequeños, los niños, los pobres, los enfermos contagiosos, no son inocentes. Tampoco los niños lo son. Es el misterio de la vulnerabilidad humana lo que Jesús propone a los suyos. Pero los “suyos” –en este caso los Doce-, discutían por el camino quién sería el segundo de Jesús en su ”mesianidad” mal interpretada. Esta es una enseñanza para el cristianismo de hoy que se debe plasmar en la Iglesia. La opción por los “vulnerables” (¡los pobres!) es la verdadera moral evangélica.
Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)
Comentario Bíblico.Evangelio: Marcos (8,27-35): Seguir a Jesús desde nuestra cruz
III.1. El evangelio nos presenta un momento determinante de la vida de Jesús en que debe plantear a los suyos, a los que le han quedado, las razones de su identidad para el seguimiento: ¿a dónde van? ¿a quién siguen? El texto, pues, del evangelio, tiene cuatro momentos muy precisos: la intención de Jesús y la confesión mesiánica de Pedro en nombre de los discípulos (vv.27-30); el primer anuncio de la pasión (v. 31); el reproche de Jesús a Pedro y a los discípulos por pretender un mesianismo que no entran en el proyecto de Dios (vv.32-33), que Jesús asume hasta las últimas consecuencias, como el mismo Siervo de Yahvé. Y, finalmente, los dichos sobre el seguimiento (vv.34-37). Este es uno de los momentos estelares de la narración del evangelio de Marcos. La crisis en Galilea se ha consumado y el seguimiento de Jesús se revela abiertamente en sus radicalidades. Galilea ha sido un crisol… ahora están a prueba los que le han quedado, cuyas carencias son manifiestas en este confesión mesiánica. Por eso las palabras sobre el seguimiento de Jesús son para toda la gente, no solamente para sus discípulos. Es el momento de comenzar al camino a Jerusalén, con todo lo que ello significa para Jesús en su proyecto del anuncio del Reino.
III.2. Pedro considera que confesarlo como Mesías sería lo más acertado, pero el Jesús de Marcos no acepta un título que puede prestarse a equívocos. El Mesías era esperado por todos los grupos, y todos creían que sería el liberador político del pueblo. Jesús sabe que ni su camino ni sus opciones son políticas, porque no es ahí donde están los fundamentos del Reino de Dios que ha predicado. Por eso, para aclarar el asunto viene el primer anuncio de la pasión; de esa manera dejaría claro que su mesianismo, al menos, no sería como lo esperaban los judíos y, a la vez, sus discípulos debían aprender a esperar otra cosa. Ya Jesús veía claro que su vida en Dios debía pasar por la muerte. No porque Dios quisiera o deseara esa muerte. El Dios Abbá no podía querer eso. Pero los hombres no dejarían otra alternativa a Jesús, en nombre de su Dios.
III.3. El reproche de Jesús a Pedro, uno de los más duros del evangelio, porque su mentalidad es como la de todos los hombres y no como la voluntad de Dios, es bastante significativo. Jesús les enseña que su papel mesiánico es dar la vida por los otros; perderla en la cruz. Eso es lo que pide a los que le siguen, porque en este mundo, triunfar es una obsesión; pero perder la vida para que los otros vivan solamente se aprende de Dios que se entrega sin medida. El triunfo cristiano es saber entregarse a los demás. No sabemos si Jesús pudo hablar directamente de cruz o estos dichos están un poco retocados en razón de lo que ocurrió en Jerusalén con la muerte histórica de Jesús siendo crucificado bajo Poncio Pilato, quien decidió esa clase de muerte. Pero Jesús sí que contaba ya con la muerte, no veía otra salida.
III.4. Por eso, la cruz, en los dichos, es la misma vida. Nuestra propia vida, nuestra manera de sentir el amor y la gracia, el perdón y la misericordia, la ternura y la confianza en la verdad y en Dios como Padre. Eso es “una cruz” en este mundo de poder y de ignominia. La cruz no es un madero, aunque para los cristianos sea un signo muy sagrado. La cruz está en la vida: en amar frente a los que odian; en perdonar frente a la venganza. Esa es una cruz porque el mundo quiere que sea una cruz; no simplemente un madero. La cruz de nuestra vida, nuestra cruz (“tome su cruz”, dice el dicho de Jesús), sin pretender ser lo que no debemos; sin vanagloriarnos en nosotros mismos. La cruz es la vida para los que saben perder, para los que saben apostar. Por eso se puede hablar con sentido cristiano de “llevar nuestra cruz” y no debemos avergonzarnos de ello. No porque nuestro Dios quiera el sufrimiento… pero el sufrimiento de los que dan sentido a su vida frente al mundo, viene a ser el signo de identidad del verdadero seguimiento de Jesús.
Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)