Categoría: Evangelio

El evangelio dominical primordialmente.

9 de Febrero–V Domingo del Tiempo Ordinario/A

Evangelio según San Mateo (Mt 5,13-16)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor?
Ya no sirve para nada y se tira a la calle para  que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte.
Tampoco cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes, ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos. »

2 de Febrero. Domingo, Presentación del Señor.

Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron el niño a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley : "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y también para ofrecer, como dice la ley,  "un par de tórtolas o dos pichones". Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón,varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo.
Cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: " Señor ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido,  porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel ,como signo que provocará contradicción para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana.; De jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

26 de Enero. III Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 4,12-23)

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
– «Conviértanse, porque ya está cerca el reino de los cielos.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando las redes en el lago, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
-«Síganme, y los haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca remendando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando a la gente de toda enfermedad y dolencias.

19 de Enero- II Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Juan (Jn 1,29-34)

En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús que venía hacia él, y  exclamó:
– «Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo he dicho: “El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo.” Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel.»
Entonces Juan dio este testimonio :
– «Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma, y posarse sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquél sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo.”
Pues bien, yo lo vi, y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»

12 de Enero. Bautizo del Señor.

Evangelio según San Lucas (Lc 15-16.21-22)

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
– «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
– «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.»

Verdadera Navidad

Verdadera Navidad

Julio César Arreaza B

Con el tiempo de Adviento, época especial del año, en que recibimos innumerables gracias quienes nos preparamos debidamente para la venida del Señor, la Iglesia Católica inicia un nuevo año litúrgico. Se trata de las cuatro semanas previas a la Navidad, en las cuales nos vamos alistando con contrición, alegría y esperanza para celebrar el gran acontecimiento de nuestras vidas: el Nacimiento del Niño Jesús. Conmemoramos la primera venida del Redentor de la humanidad y al mismo tiempo, por medio de esta recordación, el espíritu se orienta a la espera de la segunda venida de Cristo al final de los tiempos. Adviento se presenta como un tiempo de piadosa y alegre expectación. La corona de Adviento con sus cuatro velas resulta una catequesis sencilla para enseñar a los pequeños la proximidad de la Navidad, quienes con palpitante emoción van contando los días que restan para la llegada del Niño Jesús; en estos domingos de Adviento al comienzo de la misa, observamos a un niño encender una vela cada semana, hasta completar el cuarto domingo. Dios mediante mañana, las cuatro velas prendidas, indicarán la inminencia del Nacimiento del Niño Jesús en la Nochebuena.

El cristiano no es una isla, forma parte de una comunidad que es la Iglesia, que cada año celebra los principales misterios de nuestra salvación, para enriquecerse con el poder redentor, rescatador, de Jesús. Esta celebración escalonada se llama ciclo litúrgico. Después de la celebración anual del misterio pascual, la Iglesia nada tiene más antiguo que la celebración del Nacimiento del Señor y de sus primeras manifestaciones: esto tiene lugar en el tiempo de Navidad.

El cristiano auténtico procura realizar prácticas de piedad en conformidad con el ritmo de la liturgia, para poder celebrar santificándolo, el tiempo. Notamos la alteración de la tradición cristiana cuando se decreta civilmente la Navidad anticipadamente, ignorando el tiempo litúrgico y por tanto el verdadero significado de la Navidad. Increíble ver inclusive a gente viejona pujando para recibir, como si se tratara de una receta instantánea: un rayo veloz, hoy 21 de diciembre, el mal llamado “Espíritu de la Navidad”,  que no es tal sino un monigote.

Preparémonos para celebrar dignamente en su oportunidad el verdadero tiempo de Navidad a partir del 25 de diciembre hasta el domingo 12 de enero de 2014, con la fiesta del Bautismo del Señor. Sea Jesús la gran fiesta de nuestras vidas para que derramemos a nuestro derredor semillas de alegría y esperanza.

@JulioCArreaza

25 de Diciembre – Miércoles, Natividad del Señor

Evangelio según San Lucas (Lc 2,1-14)

Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba en cinta. Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.

En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: “No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”.

De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”

15 de Diciembre. Domingo III de Adviento /A

Evangelio según San Mateo (Mt 11,2-11)

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de dos discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: «Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquél que no se sienta defraudado por mí!» Cuando se fueron los discípulos Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto?, ¿una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces ¿Qué fueron a ver?,¿A un hombre lujosamente vestido ? No, ya que lo que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron pues?, ¿a ver a un profeta? Sí, yo se los aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: "He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti, y te prepare el camino ." Yo les aseguro que no ha nacido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo,  el más pequeño en el Reino de los cielos es todavía más grande que él.»

1 de Diciembre. Domingo I de Adviento/C

Evangelio según San Mateo (Mt 24,37-44)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Entonces de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada. Por lo tanto, velen pues y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría en vela y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.»