Categoría: Evangelio

El evangelio dominical primordialmente.

30 de Junio. XIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según San Lucas (Lc 9,51-62)

Cuando se iba cumpliendo el tiempo en que tenía que salir de este mundo , Jesús tomó la firme decisión de emprender el viaje a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento; pero los samaritanos no lo recibieron, porque supieron que se dirigía a Jerusalén.
Ante esta negativa, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: –Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?
Pero Jesús se volvió hacia ellos y les reprendió. Después se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, alguien le dejo a Jesús :
–Te seguiré adonde quiera vayas.
Jesús le respondió:
–Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
A otro Jesús le dijo:
–Sígueme.
Pero él respondió:
–Señor déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó:
–Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú, ve y anuncia el Reino de Dios.
Otro le dijo:
–Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
–El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.

23 de Junio. Domingo XII del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 9,18-24)

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
–¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
–Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó:
–Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
–El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
–El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
–El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará.

16 de Junio. XI Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según San Lucas (Lc 7,36-8,3)

En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo se recostó a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume, y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado, se dijo:
–Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo:
–Simón, tengo algo que decirte.
El respondió:
–Dímelo, maestro.
Jesús le dijo:
–Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más?
Simón contestó:
–Supongo que aquel a quien le perdonó más.
Jesús le dijo:
–Has juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
–¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella en cambio me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella en cambio desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella en cambio me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor: pero al que poco se le perdona, poco ama.
Y a ella le dijo:
–Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí:
–¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?
Pero Jesús dijo a la mujer:
–Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Más tarde iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo predicando la Buena Noticia del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.

9 de Junio. X Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 7,11-17)

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y de mucha gente.
Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, se encontró que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

2 de Junio. Domingo, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Evangelio según san Lucas (Lc 9,11-17)

En aquel tiempo, Jasús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.

Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle:”Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en lugar solitario”. Él les contestó: “Denles ustedes de comer” Pero ellos le replicaron: ” No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Eran como cinco mil varones.

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta”. Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos, para que ellos los distribuyeran entre la gente.

Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.

26 de Mayo. Domingo de la Santisima Trinidad /C

Evangelio según san Juan (Jn 16,12-15)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero, cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.

19 de Mayo. Domingo de Pentecostés /C

Evangelio según san Juan (Jn 20,19-23)

Al anochecer de aquel día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judios, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo:
–«La paz esté con ustedes.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús:
–«La paz esté con ustedes . Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo. »
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
–«Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedan perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedaran sin perdonar.»

12 de Mayo. VII Domingo de Pascua. La Ascensión del Señor.

Evangelio según san Lucas (Lc 24,46-53)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.
Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos, los bendijo.
Y mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el cielo).
Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

5 de Mayo. VI Domingo de Pascua /C

Evangelio según san Juan (Jn 14,23)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo, que enviará mi Padre en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho.
La Paz les dejo, mi Paz les doy: No se las doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarde. Me han oído decir:
«Me voy pero volvéré a su lado.» Si me amaran se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se los he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.