Categoría: Papa Francisco

El Papa Francisco renovó el gesto de Jesús: paz y hermandad, contra traficantes de armas, guerras y terror

En la Misa de la Cena del Señor, dando comienzo al Triduo Pascual del Jubileo de la Misericordia, el Papa destacó dos gestos: Jesús lava los pies y Judas vende a Jesús por dinero

Palabras del Papa Francisco en el lavatorio de pies

(RV).- Con el mismo gesto de Jesús, que lavó los pies, el Papa Francisco recordó que «todos somos hermanos» y «ello tiene un nombre: paz y amor». Y refiriéndose al «gesto de guerra y destrucción», perpetrado en Bruselas, por quienes no quieren la paz, puso en guardia con firmeza contra los fabricantes y traficantes de armas.

En su homilía, el Sucesor de Pedro destacó que los gestos hablan más que las imágenes y las palabras. E hizo hincapié en la contraposición entre el gesto de amor de Jesús y el de Judas que traiciona al Señor, detrás del cual había otros que no querían la paz.

La celebración tuvo lugar en el Centro de acogida para solicitantes de asilo, CARA, por su sigla en italiano, en Castelnuovo di Porto, a uno 30 kilómetros al norte de Roma.

«Musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos» «todos somos hermanos, de diferentes culturas y religiones y queremos vivir en paz», recemos al Señor «para que esta hermandad se contagie en todo el mundo», reiteró el Santo Padre, que lavó los pies a doce personas, 11 acogidas en el mismo centro y una trabajadora social, de distintas nacionalidades y religiones.

El Papa en la Misa Crismal: Jesús nos convierte de pobres y ciegos a ministros de misericordia y consolación

 

(RV).- La Misericordia de Dios estuvo en el centro de la homilía del Papa Francisco durante la Santa Misa Crismal del Jueves Santo, y lo hizo incidiendo en dos ámbitos en los cuales el Señor excede en su Misericordia: “el del encuentro y el de su perdón que nos hace avergonzarnos y nos da la dignidad”.

Hablando del perdón excesivo del Señor, el Papa Francisco aseguró que tendríamos que mantenernos siempre en esa tensión sana entre una digna vergüenza y una avergonzada dignidad: “actitud de quien por sí mismo busca humillarse y abajarse, pero es capaz de aceptar que el Señor lo ensalce en bien de la misión, sin creérselo”.

El Obispo de Roma recordó que en el Año Jubilar recibimos con avergonzada dignidad  la Misericordia en la carne herida de nuestro Señor Jesucristo y le pedimos que nos lave de todo pecado y nos libre de todo mal; y con la gracia del Espíritu Santo nos comprometemos a comunicar la Misericordia de Dios a todos los hombres, practicando las obras que el Espíritu suscita en cada uno para el bien común de todo el pueblo fiel de Dios.

(MZ-RV)

Audio de la homilía del Papa Francisco: Palabras del Papa Francisco

«En el relato del Evangelio de San Juan, que hemos escuchado, Jesús, el Maestro, el Señor; lava los pies a sus discípulos, y les manda que hagan esto mismo entre ellos. Jesús enseña a sus discípulos que el servicio es el camino que deben recorrer si quieren vivir su fe en él y dar testimonio del amor. El lavatorio de los pies nos muestra el modo de actuar de Dios para con el hombre, no con palabras, sino con obras y en verdad. El amor se concreta en el servicio humilde, hecho en el silencio y en lo escondido. Este se manifiesta también cuando ponemos a disposición de la comunidad los dones recibidos del Espíritu Santo, y cuando compartimos los bienes materiales para que nadie carezca de lo necesario».

"Tres días intensos que nos hablan de la misericordia de Dios". El Triduo Pascual en la Catequesis del Papa

Papa_Francisco(RV).– En la Audiencia General del miércoles santo, el Papa Francisco reflexionó sobre la misericordia de Dios, que “en este día introduce al Triduo Pascual”, y se detuvo a explicar detalladamente el “gran misterio de amor y de misericordia de Dios”, advirtiendo que “nuestras palabras son pobres e insuficientes para expresarlo en plenitud”.

“Queridos hermanos y hermanas: Nuestra reflexión de hoy nos introduce en el Triduo Pascual. Tres días intensos que nos hablan de la misericordia de Dios, pues hacen visible hasta dónde puede llegar su amor por nosotros. El Evangelio de san Juan dice: «Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo», los amó hasta el fin. El Triduo Pascual es el memorial de un drama de amor que nos da la certeza que nunca seremos abandonados en las pruebas de la vida”.

“Un amor que va hasta el fin sin fin”. Citando a San Agustín, el pontífice especificó que la pasión de Jesús dura “hasta el fin” porque es un “compartir con” los sufrimientos de toda la humanidad, y es una “presencia permanente” en la vida de cada uno de nosotros.

“El Jueves Santo, con la institución de la Eucaristía y el lavatorio de los pies, Jesús nos enseña que la Eucaristía es el amor que se hace servicio”. El Papa explicó que la Eucaristía es la presencia sublime de Cristo, porque precisamente en el darse a nosotros como alimento, testimonia que debemos aprender a compartir este alimento con los demás, para que se convierta en una verdadera comunión de vida “con cuantos tienen necesidad”. Jesús enseña en primera persona a los discípulos cómo deben actuar, y así, “se dona a nosotros, y nos pide que permanezcamos en Él, para que hagamos lo mismo”.

“El Viernes Santo, llegamos al momento culminante del amor, un amor que quiere abrazar a todos sin excluir a nadie con una entrega absoluta”. El Santo Padre reiteró que la muerte de Jesús en la cruz, para ofrecer la salvación al mundo entero, expresa el amor donado “hasta el fin”. “Si Dios nos ha demostrado su amor supremo en la muerte de Jesús – dijo- entonces nosotros, regenerados por el Espíritu Santo, podemos y debemos amarnos los unos a los otros”.

“El Sábado Santo, es el día del silencio de Dios, Jesús comparte con toda la humanidad el drama de la muerte, no dejando ningún espacio donde no llegue la misericordia infinita de Dios. En este día, el amor no duda, como María, la primera creyente, ella no dudó, guardó silencio y esperó. El amor espera confiado en la palabra del Señor hasta que Cristo resucite esplendente el día de Pascua”. Leer más

Catequesis del Papa Francisco durante la Audiencia General que precede el Domingo de Ramos

Dios no está ausente en las situaciones dramáticas. Catequesis del Papa

(RV).- La relación entre Misericordia y consuelo fue el tema de la catequesis del Papa Francisco durante la Audiencia General que precede el Domingo de Ramos, reflexión que realizó a partir del libro del profeta Jeremías, capítulos 30 y 31. El pontífice explicó que dichos capítulos, son llamados “libro del consuelo”,  porque en ellos “la misericordia de Dios se presenta con toda su capacidad de confortar y abrir el corazón de los afligidos a la esperanza”:

Así dio inicio a su catequesis en español: “Queridos hermanos y hermanas: El Profeta Jeremías se dirige a los israelitas que habían sido deportados y les anuncia el regreso a su tierra. Esta vuelta en patria es signo del amor infinito de Dios que no abandona a sus hijos, sino que los cuida y los salva. El exilio fue una experiencia muy dura para el pueblo de Israel e hizo que su fe vacilase”. 

Hablando en italiano, precisó que “la fe de los israelitas había vacilado porque estaban en tierra extranjera, sin el templo, sin el culto”, y, que “después de haber visto el país destruido”, era difícil para ellos “seguir creyendo en la bondad del Señor”.

“También nosotros podemos vivir a veces algún tipo de exilio, como la soledad, el sufrimiento, la muerte, que nos hace pensar que estamos abandonados por Dios. Nos podemos preguntar: ¿Dónde está Dios?”

El Sucesor de Pedro puso el acento en la situación de quienes están viviendo en este tiempo una situación real y dramática de exilio, lejos de su patria, que tienen “las ruinas de sus hogares en los ojos y en el corazón el miedo”, y muy a menudo, “el dolor por la pérdida de seres queridos”. “En estos casos uno puede preguntarse”, dijo, “¿dónde está Dios? ¿Cómo es posible que tanto sufrimiento caiga sobre hombres, mujeres, y niños inocentes?”. “Dios no está ausente ni siquiera hoy en estas dramáticas situaciones”, afirmó.  

“El Profeta Jeremías nos da una respuesta: Dios está cerca de nosotros, es fiel y hace grandes obras de salvación en quien espera en él. Dios ama con un amor sin límites, que ni el pecado puede frenar, y hace que el corazón del hombre se llene de alegría y de consolación. Jesús ha llevado a plenitud el anuncio del profeta. Su pasión, muerte y resurrección es la expresión definitiva y más plena del amor misericordioso de Dios, que nos devuelve del exilio, nos conforta en las adversidades y nos concede alegría, paz y vida eterna”.

El pueblo de Israel que regresó a su patria después del exilio, “asistió a la victoria de la vida sobre la muerte, y de la bendición sobre la maldición”, explicó el Papa.  Es así como el pueblo es fortalecido y consolado por Dios. “Esta palabra es importante: ¡consolado!”

Concluyendo su catequesis, el Obispo de Roma animó a “no desfallecer ante las dificultades y a confiar siempre en la fidelidad de Dios. Él, con su misericordia, los consolará y les hará plenamente felices”. 

(GM – RV)

"Hemos sido elegidos para suscitar el deseo de la conversión", el Papa en la celebración de la Penitencia

RV).- El Santo Padre Francisco presidió la celebración de la Penitencia el primer viernes de marzo, y durante su homilía recordó el pasaje del Evangelio que habla del ciego Bartimeo quien le pidió a Jesús volver a ver. Así Francisco nos invita a compararnos con el ciego vagabundo, hijo de Timeo, para que como él nos dejemos ayudar por el Señor y podamos ver después que nuestros pecados nos han hecho perder la vista, “haciéndonos vagar lejos de la meta”.

“El pecado empobrece y aísla… impide ver lo esencial, el amor que da la vida”, lo aseguró Francisco haciendo ver que mirándonos sólo a nosotros mismos y creyendo que la vida depende sólo de lo que se posee, nos hacemos “ciegos y apagados”.

El Obispo de Roma recordó que todos nosotros, y sobre todo los Pastores estamos llamados a “escuchar el grito de cuantos desean encontrar al Señor”. “Estamos llamados a infundir ánimo, a sostener y conducir a Jesús. Nuestro ministerio es el del acompañar, porque el encuentro con el Señor es personal, íntimo, y el corazón se pueda abrir sinceramente y sin temor al Salvador. No lo olvidemos: sólo Dios es quien obra en cada persona. Nosotros hemos sido elegidos para suscitar el deseo de la conversión, para ser instrumentos que facilitan el encuentro, para extender la mano y absolver, haciendo visible y operante su misericordia”.

Texto y audio completo de las palabras del Papa Francisco antes del rezo del Ángelus:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!  Audio del Papa en el Ángelus

Cada día, lamentablemente, las crónicas reportan malas noticias: homicidios, incidentes, catástrofes… en el pasaje evangélico de hoy, Jesús se refiere a dos hechos trágicos que en aquel tiempo habían suscitado mucha sensación: una represión cruel realizada por los soldados romanos dentro del templo; y el derrumbe de la torre de Siloé, en Jerusalén, que había causado dieciocho victimas (Cfr. Lc 13,1-5).

Jesús conoce la mentalidad supersticiosa de sus oyentes y sabe que ellos interpretan este tipo de acontecimientos de modo equivocado. De hecho, piensan que, si aquellos hombres han muerto así, cruelmente, es signo que Dios los ha castigado por alguna culpa grave que habían cometido; por así decir: “se lo merecían”. Y en cambio, el hecho de ser salvados de la desgracia equivalía a sentirse “bien”. Ellos se lo merecían; yo estoy bien.

Jesús rechaza claramente esta visión, porque Dios no permite las tragedias para castigar las culpas, y afirma que aquellas pobres víctimas no eran peores de los otros. Más bien, Él invita a sacar de estos hechos dolorosos una enseñanza que se refiere a todos, porque todos somos pecadores; de hecho, dice a aquellos que le habían interpelado: «Si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera» (v. 3). Leer más

Audiencia Jubilar del Papa.

(RV).- En la catequesis de la segunda Audiencia Jubilar del Año de la Misericordia el Santo Padre Francisco reflexionó a partir de la Carta de san Pablo a los Romanos, capítulo 8, versículos 31 y 34, sobre la Misericordia y el compromiso cristiano:

“Queridos Hermanos y hermanas: El Jubileo de la Misericordia es una oportunidad para profundizar en el misterio de la bondad y el amor de Dios. En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a conocer cada vez más al Señor, y a vivir de manera coherente la fe con un estilo de vida que exprese la misericordia del Padre. Es un compromiso que asumimos para ofrecer a los demás el signo concreto de la cercanía de Dios”.

Efectivamente, hablando en italiano el Papa especificó que cada día se nos pide compromiso en las cosas que hacemos, en la oración, en el trabajo, en el estudio, en el deporte y las otras actividades. Pero, ¿Qué significa comprometerse?:

“Comprometerse es aceptar una responsabilidad con alguien, cumpliéndolo con una actitud de fidelidad, dedicación e interés; es tener buena voluntad y constancia para mejorar la vida. Dios se ha comprometido con nosotros. Primero, al crear el mundo y conservarlo, no obstante nosotros nos esforzamos en destruirlo. Pero su compromiso más grande ha sido darnos a Jesús y, en él, se ha comprometido plenamente restituyendo esperanza a los pobres, a cuantos estaban privados de dignidad, a los extranjeros, a los enfermos, a los prisioneros, y a los pecadores, que acogía con bondad”.

San Pablo en su carta a los romanos nos recuerda precisamente esto, que Dios «no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros», y es por ese motivo que junto a Jesús, el Padre nos concederá todo lo que necesitamos.

“A partir de este amor misericordioso, nosotros podemos y debemos corresponder a su amor llevando a los demás la misericordia de Dios, con un compromiso de vida que sea testimonio de nuestra fe en Cristo”.

Y es en las situaciones de mayor necesidad en donde hay más sed de esperanza, precisó el Sucesor de Pedro, con su pensamiento en las personas abandonadas, con discapacidades, en los enfermos, los moribundos, en quienes no tienen la capacidad de expresar reconocimiento: “Debemos llevar siempre aquella caricia de Dios, porque Dios nos ha acariciado con su misericordia, llevarla a los demás, a los que necesitan, a quienes tienen un sufrimiento en el corazón o están tristes: acercarse con esa caricia de Dios, que es la misma que Él ha dado a nosotros”.

“Que este Jubileo pueda ayudarnos a experimentar el compromiso de Dios sobre cada uno de nosotros y, gracias a ello, transformar nuestra vida en un compromiso de misericordia para todos. Muchas gracias”.

(GM – RV)

Mexico. Chiapas. Homilía del Papa Francisco.

Iglesia 17 de febrero 2016 – 02:18 pm

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS (ACI).- La localidad mexicana de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas, vivió este lunes una jornada histórica que le será muy difícil de olvidar.

El Papa Francisco visitó la localidad para celebrar la Santa Misa en el Centro Deportivo municipal con las comunidades indígenas y en su homilía alertó contra la cultura del descarte que ha despojado al mundo de sus riquezas. En la Misa se emplearon cinco idiomas nativos: Tseltal, Ch´ol, Tojolabal, Zoque y Tsotsil, ésta última es la lengua nativa más hablada en Chiapas y la que usó el Papa al inicio de su homilía. Estas lenguas son habladas cada una por poco más de un millón de personas, según el último censo de México. La primera lectura fue leída en Ch´ol, el salmo en Tsotsil y castellano, el Evangelio en Tseltal y el Padre Nuestro fue cantado en Tsotsil. Además Al final de la Santa Misa, el Papa Francisco entregó el decreto de autorización del uso de lenguas indígenas en la liturgia. Según datos oficiales, para la celebración se repartieron 100 mil boletos totalmente gratuitos, de los cuales 10.000 fueron a parar a las comunidades indígenas locales y 7.600 para etnias de todo el país. La Misa contó con un coro de 350 niños tsotsil de la comunidad de Acteal y unos 200 mariachis tsotsiles, así como dos bandas de niños de la comunidad mixe de Oaxaca. Junto a todos ellos, un conocido cantante de México, Reyli Barba, interpretó “Qué bueno que llegaste” en tsotsil, dedicada al Papa y preparada en el Encuentro Nacional con Indígenas de octubre de 2015. Parte de la música fue interpretada por tres grandes marimbas tocadas por cuatro mujeres y cuatro hombres cada una. El altar dispuesto para la ocasión es una reproducción de la catedral de San Cristóbal y en él se han podido comprobar la belleza de los ornamentos litúrgicos preparados por los indígenas con sus típicas decoraciones geométricas de pirámides, flores, animales, etc. El Pontífice utilizó una Mitra, casulla y el báculo con motivos indígenas y en lugar de usar el incensario común empleó un sahumerio de barro.

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Mexico. Chiapas. Obispo Samuel Ruiz García. Reivindicación de su tarea pastoral.

Alberto Nájar – BBC Mundo,

Obispo Samuel Ruiz García Ruiz fue uno de los obispos más controvertidos de México.

Por varias décadas, el obispo Samuel Ruiz García vivió confrontado con la jerarquía de la Iglesia católica mexicana, que varias veces trató de removerlo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Fue un personaje polémico. El gobierno de México, por ejemplo, lo vinculó con la formación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Y el Vaticano canceló incluso la parte central de su pastoral, la formación de diáconos y catequistas indígenas. Eso quedo atrás. Durante su visita a Chiapas, el papa Francisco visitó la tumba del sacerdote quien murió en 2011, le llevó flores y rezó una oración. También autorizó el uso de lenguas originarias en ceremonias religiosas y celebró una misa acompañado con diáconos indígenas. Algo que Samuel Ruiz empezó a hacer en los años 60, cuando llegó a la diócesis, y que se convirtió en uno de los temas más criticados de su pastoral. Ahora el gesto de Francisco se ve en México como la reivindicación de quien algunos llamaron “el obispo rojo”, por su decisión de optar por los pobres en el culto católico. Otros también ven un acto de justicia a la tarea de quien miles de indígenas todavía llaman “Tatic”, “padre” en lengua tzotzil. El Papa, en una ceremonia ante miles de indígenas, dijo que era momento de la reconciliación. “Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. ¡Qué tristeza!”, dijo. “Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: perdón”.

Cruel realidad

Cuando Samuel Ruiz llegó a San Cristóbal de las Casas, en 1959, se encontró con un escenario cruel: los indígenas que caminaban por las calles debían bajar de las aceras para permitir el paso de personas blancas y mestizas. No podían sentarse en las bancas de la plaza central, ni tampoco entrar a hoteles y restaurantes. El salario mínimo para un trabajador mestizo era de 8 pesos. En las haciendas y fincas cafetaleras los indígenas recibían tres centavos, que muchas veces el patrón les pagaba con granos de frijol o maíz. Una vez, Ruiz García celebró un bautizo en una comunidad alejada. Al despedirse un anciano le pidió que no volviera más. “El hacendado nos pidió doble cuota para pagar tus gastos”, le dijo. Años después le contó al periodista Julio Scherer una costumbre brutal de esa época: los peones corrían al lado del caballo de su patrón, pero si en el camino alguna serpiente asustaba al animal el hombre desensillaba y montaba al indígena, quien debía cargarlo “con el riesgo de su propia vida”.

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