Vos y yo ¿que alegría tenemos y buscamos?, ¿hemos probado ya la alegría del perdón de Dios y del perdón del hermano y al hermano, en este Año de la Misericordia?
Jesús en el Evangelio habla de la alegría del pastor de 100 ovejas cuando encuentra la oveja extraviada. Nos hace pensar en la alegría de la mujer que encuentra la moneda que perdió. Y en el mismo capítulo 15 de san Lucas, Jesús nos conmueve con la alegría del padre bueno que recibe con los brazos abiertos al hijo pródigo, que se fue mal de la casa paterna. Intenta explicarte a vos y a mí, la alegría que hay en el cielo por un solo pecador que se convierte.
Son experiencias muy concretas de la realidad humana cotidiana, profunda, afectiva. Vos y yo ¿preferiremos quedarnos al margen como simples espectadores del trabajo, las renuncias y riesgos que otros sí asumen para alcanzar la alegría del perdón con la oportunidad que Dios y el hermano nos ofrecen?, ¿no estará incluso la posibilidad de que profundicemos y aumentemos la alegría espiritual del perdón, si ya lo tenemos?
En su exhortación “la alegría del Evangelio” Francisco nos invita a probar la alegría del Encuentro con Jesús, frente a la tristeza que nos deja buscar y probar solamente el sentirse bien que nos vende el mercado.
San Pablo se nos ofrece como testigo de la alegría del perdón. Confiesa haber sido blasfemo, perseguidor y violento, pero fue “misericordiado” para que se conociera la paciencia y magnanimidad de Jesucristo.
¿Seguiré buscando atajos a la felicidad o me pondré finalmente en camino como el Hijo pródigo?, ¿me dejare encontrar por Jesús como esa oveja pérdida o como la moneda? @jesuitaGuillo