Parroquia San Andres Apostol

Golpearon a monjas para robarlas.

Golpearon a monjas para robarlas

ANGÉLICA LUGO – 4 DE ABRIL 2015 – 12:01 AM – El Nacional.

Seis delincuentes entraron a la Casa de las Siervas del Santísimo y se llevaron vasos sagrados, hostias y equipos  

El Miércoles Santo a las 6:00 pm seis delincuentes ingresaron en la Casa de las Siervas del Santísimo ubicada en el sector Lagunetica, en Los Teques, a robar. Se pudo conocer que los hombres armados sometieron a las monjas, las golpearon con sus pistolas y posteriormente se llevaron el Santísimo, las hostias consagradas, vasos sagrados y varios equipos.

Eugenia González, vecina de la zona, manifestó que la inseguridad es grave: “Siempre llamamos a los cuadrantes y no responden, los funcionarios hacen recorridos esporádicos. Pasan 3 veces a la semana por un lapso de 10 minutos y se marchan”.

Otro de los habitantes del sector Lagunetica, Gustavo Freites, dijo que en los sectores Rómulo Gallegos, El Parrillal y Mataruca se reportan por lo menos dos asaltos diarios a transeúntes.

Vecinos de los Altos Mirandinos rechazaron a través de las redes sociales el hecho de violencia que vivieron las hermanas de la Casa de las Siervas del Santísimo y en la página de Facebook Catedral de Los Teques denunciaron el asalto y las agresiones que sufrieron las monjas.

Comentario Bíblico.

Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo

1. Marco:

¿Qué celebraba el pueblo judío en esta fecha?.

Era el memorial actualizante de la liberación de Egipto. Era la conmemoración anual y solemne de su libertad. Y lo celebraban de generación en generación. La fiesta pascual propiamente dicha duraba la tarde-noche del 14 de Nisán (en el apéndice recojo los rasgos más importantes del ceremonial y el contenido de esta Fiesta). Luego se prolongaba (Ácimos) durante una semana.

La Última Cena se celebró en el marco de la Cena Pascual.

Los relatos evangélicos (Mateo, Marcos y Lucas) de la Última Cena supone que fue una Cena Pascual (en el apéndice indico algunos detalles que conducen a esta afirmación, aunque los relatos de los tres se armonizan más con el de Juan en cuanto a cronología de la fecha de la Cena y la Muerte de Jesús)

2. Gestos de Jesús en esa noche:

La jaburá-grupo pascual.

Es el grupo de personas necesario para que la celebración se realice adecuadamente en cuanto al ceremonial y en cuanto a la posibilidad de consumir todo el cordero pascual en esa noche. Jesús se reúne con los Apóstoles formando una “jaburá” (comunidad o grupo pascual). Es necesario subrayar este sentido de comunión y de intimidad como marco general de la celebración. Este gesto ilumina ya el contenido de cuanto sucedió aquella tarde y de la celebración-memorial que durante los siglos sigue realizando la Iglesia cuando celebra el sacramento pascual en cualquier tiempo o lugar.

 

Leer más

2 de Abril–Jueves Santo, Cena del Señor.

Evangelio según san Juan (Jn 13,1-15)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto todo en sus manos todas las cosas, y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos, y secárselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
–«Señor, ¿Señor me vas a lavar tú los pies a mí?»
Jesús le replicó:
–«Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo:
–«Tú no me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó:
–«Si no te lavo, no tendrás parte conmigo.»
Entonces Simón Pedro le dijo:
«En este caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo:
–«El que que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos. »
Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos están limpios.»
Cuando acabó de lavarles los pies,se puso otra vez el manto, y les dijo:
–«¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan.»

Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén – Domingo de Ramos.

Los fieles se reúnen a la entrada de la Capilla en la Gruta de la entrada. Los fieles llevan ramos en las manos.

El sacerdote se acerca al lugar donde el pueblo está reunido.

Se canta la Antífona : Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo. (Mt 21,9)

El sacerdote y los fieles se santiguan, mientras el sacerdote dice : En el nombre del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Después el sacerdote saluda al pueblo de la manera acostumbrada y hace una breve monición para invitar a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día.

Después, el sacerdote dice la oración, y en silencio, rocía los ramos con agua bendita.

Enseguida el sacerdote del modo acostumbrado, proclama el Evangelio de la entrada del Señor en Jerusalén. Mc(11,1-10)

Al iniciar la procesión, el sacerdote hace una monición, y se inicia del modo acostumbrado la procesión hacia la iglesia en donde se celebrará la misa.

El sacerdote, al llegar al altar, hace la reverencia, y lo inciensa. El sacerdote comienza la misa con la oración colecta.

29 de Marzo – Domingo de Ramos

Evangelio según San Marcos (Mc 14,1-15,47)

[C. Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los letrados pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:
S. –No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo.
C. Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y se lo derramó en la cabeza. Algunos comentaban indignados:
S. –¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres.
C. Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:
J. –Dejadla, ¿por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho ésta.
C. Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. El andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
S. –¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
C. –El envió a dos discípulos diciéndoles:
J. –Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y en la casa en que entre, decidle al dueño: «El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?» Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.
C. Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo dijo Jesús:
J. –Os aseguro, que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo.
C. –Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
S. –¿Seré yo?
C. Respondió:
J. –Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del Hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!
C. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronuncio la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
J. –Tomad, esto es mi cuerpo.
C. Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y todos bebieron.
Y les dijo:
J. –Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro, que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.
C. Después de cantar el salmo, salieron para el Monte de los Olivos. Jesús les dijo:
J. –Todos vais a caer, como está escrito: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.» Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.
C. Pedro replicó:
S. –Aunque todos caigan, yo no.
C. Jesús le contestó:
J. –Te aseguro, que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.
C. Pero él insistía:
S. –Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
C. Y los demás decían lo mismo. Fueron a una finca, que llaman Getsemaní y dijo a sus discípulos:
J. –Sentaos aquí mientras voy a orar.
C. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
J. –Me muero de tristeza: quedaos aquí velando.
C. Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y dijo:
J. –¡Abba! (Padre): tú lo puedes todo, aparta de mi ese cáliz. Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.
C. Volvió, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
J. –Simón, ¿duermes?, ¿no has podido velar ni una hora? Velad y orad, para no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
C. De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados. Y no sabían qué contestarle. Volvió y les dijo:
J. –Ya podéis dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.
C. Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los letrados y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
S. –Al que yo bese, es él: prendedlo y conducidlo bien sujeto.
C. Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:
S. –¡Maestro !
C. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
J. –¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario os estaba enseñando en el templo, y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las Escrituras.
C. Y todos lo abandonaron y huyeron.
Lo iba siguiendo un muchacho envuelto sólo en una sábana; y le echaron mano; pero él, soltando la sábana, se les escapó desnudo.
Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunieron todos los sumos sacerdotes y los letrados y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados a la lumbre para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no concordaban. Y algunos, poniéndose de pie, daban testimonio contra él diciendo:
S. –Nosotros le hemos oído decir: «Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres.»
C. Pero ni en esto concordaban los testimonios. El sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a Jesús:
S. –¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?
C. Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo preguntándole:
S. –¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?
C. Jesús contestó:
J. –Sí lo soy. Y veréis que el Hijo del Hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.
C. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras diciendo:
S. –¿Qué falta hacen más testigos ? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué decidís?
C. Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
S. –Haz de profeta.
C. Y los criados le daban bofetadas. Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llegó una criada del sumo sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró fijamente y dijo:
S. –También tú andabas con Jesús el Nazareno.
C. El lo negó diciendo:
S. –Ni sé ni entiendo lo que quieres decir.
C. Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:
S. –Este es uno de ellos.
C. Y él lo volvió a negar. Al poco rato también los presentes dijeron a Pedro:
S. –Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo.
C. Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
S. –No conozco a ese hombre que decís.
C. Y en seguida, por segunda vez, cantó el gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: «Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres», y rompió a llorar.]
Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los letrados y el sanedrín en pleno, prepararon la sentencia; y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
Pilato le preguntó:
S. –¿Eres tú el rey de los judíos?
C. El respondió:
J. –Tú lo dices.
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.
Pilato le preguntó de nuevo:
S. –¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
S. –¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
C. Pues sabia que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. –¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos ?
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. –Crucifícalo.
C. Pilato les dijo:
S. –Pues ¿qué mal ha hecho?
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. –Crucifícalo.
C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. –¡Salve, rey de los judíos !
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz.
Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «La Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: EL REY DE LOS JUDIOS. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: «Lo consideraron como un malhechor.»
Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S. –¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.
C. Los sumos sacerdotes, se burlaban también de él diciendo:
S. –A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.
C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban.
Al llegar el mediodía toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:
J. –Eloí Eloí, lamá sabactaní. (Que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. –Mira, está llamando a Elías.
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo:
S. –Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
Todos se arrodillan y se hace una pausa.
El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. –Realmente este hombre era Hijo de Dios.
[C. Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas María Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de José y Salomé, que cuando él estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble magistrado, que también aguardaba el Reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.
Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro.
María Magdalena y María, la madre de José, observaban dónde lo ponían.

Programa de Semana Santa 2015

Semana Santa. Programa.

Capilla La Milagrosa, Calle Norte 1, Urb. El Placer, Caracas – Tf 0212-9620031

 

Domingo, 29 de marzo

12:00 m.

“Bendito el que viene en nombre del Señor (Mt 21, 9)
MISA DEL DOMINGO DE RAMOS
Con la bendición de las palmas
Lunes, 30 de marzo

6:00 p.m.“Seis días antes de fa Pascua, fue Jesús a Betania” (Jn 12, 1)
MISA DEL LUNES SANTO
Martes, 31 de marzo

6:00 p.m.“Yo les aseguro, que uno de Ustedes me va a entregar” (Jn 13,21)
MISA DEL MARTES SANTO
Miércoles, 1º de abril

6:00 p.m.“Ofrecí la espalda a los que me golpeaban” (Is 50, 6)
MISA EN HONOR DEL NAZARENO
PROCESIÓN CON LA IMAGEN DEL NAZARENO

Jueves, 2 de abril

9:00a.m.

 

6:00 p.m.

Hasta las 9:00 p.m.

“Esto es mi cuerpo, que se entrega por Ustedes” (1Cor 11, 24)

EN LA CATEDRAL DE CARACAS: MISA CRISMAL
EN LA CAPILLA LA MILAGROSA EN EL PLACER:
MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR
Con el lavatorio de los pies
Adoración del Santísimo Sacramento reservado en el Monumento

Viernes, 3 de abril

Desde las 9:00 a.m.

 

4:00 p.m.

“Uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza,e inmediatamente salió sangre y agua” (Jn 19, 34)
Adoración del Santísimo Sacramento reservado en el Monumento

LITURGIA DEL VIERNES SANTO

Con la adoración de la Santa Cruz

Sábado, 4 de abril

8:00 p.m.

“Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado.
No está aquí; ha resucitado” (Mt 28, 5-6)


VIGILIA PASCUAL

Con la bendición del fuego, el pregón pascual,
la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales

Domingo, 5 de abril

 

12:00 m.

Después de la Misa:

“Hasta entonces no habían entendido las Escrituras,
según las cuales Jesús debla resucitar de entre los muertos” (Jn 20,9)
MISA DEL DOMINGO DE RESURRECCiÓN

 

Actividad para los niños: búsqueda de los huevos de Pascua …

Cantaremos–22 de Marzo, Domingo V de Cuaresma /B

Jesús sabe muy bien que está llegando el desenlace de su vida y responde haciendo alusión clara a su muerte y al espíritu con que la asume: "Cuando haya sido levantado en alto, atraeré a todos a mi". Recurre a la metáfora del grano de trigo: "Les aseguro que si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda sólo; pero si muere dará mucho fruto". Esta observación de la naturaleza la entienden todos….saben muy bien que este proceso de des-hacimiento es indispensable para multiplicarse y conquistar una nueva plenitud. El desgaste continuo en el trabajo del reino de Dios, el afrontar evidentes amenazas contra su vida, le condujo al inexorable fin de perderla  aceptando el más cruel de los suplicios precedido por las no menores torturas.

El cristiano quiere ver a Jesús. Nosotros queremos ver a Jesús. Evidentemente en este proceso de "encuentro", quien toma la iniciativa es el Señor. Para dar una respuesta íntegra, total, es necesario dejarnos mirar. Mirar en sentido bíblico, ver hasta las raíces más profundas de nuestro ser, hasta lo más hondo de nuestro corazón. Sólo desde allí nace y crece el deseo real y efectivo de buscarlo y conocerlo. De allí nace el amor, no de palabras hueras, nace el amor de seguimiento y de servicio.

La vida que tenemos en nuestras manos ha de ser entonces como el grano de trigo….. Ojalá que no lo enterremos en vano…..ojalá que nuestras espigas den grano bueno, abundante y apretado.

CANTAREMOS:

      • Somos un pueblo que camina ………………………………………..174
        • Señor ten piedad – Tu palabra
        • Antífona
      • Una espiga ………………………………………………………………….205
      • Por ti Señor ………………………………………………………………..134
      • Tan cerca de mí ………………………………………………………….193
      • Dame un nuevo corazón ………………………………………………. 64

Comentario Bíblico – 22 de Marzo Domingo V de Cuaresma /B

El evangelista, después de la opinión de Caifás tras la resurrección de Lázaro de que uno debía morir por el pueblo (Jn 11,50s), está preparando todo para este momento que se acerca. Ya está decidida la muerte, pero esa muerte no llega como ellos creen que debe llegar, sino con la libertad soberana que Jesús quiere asumir en ese momento.

Por tanto, era como si se Él esperara un momento como este para ir a la muerte: ha llegado la hora que se ha venido preparando desde el comienzo del evangelio, es la hora de la verdad, de la pasión-glorificación. Y Jesús, con una conciencia absoluta de su misión, nos habla del grano de trigo, que si no cae en tierra y muere, no puede dar fruto. La vida verdadera solamente se consigue muriendo, dándola a los demás. Es verdad que esta decisión, hablando desde la psicología de Jesús, no se toma olímpicamente o con desprecio; le cuesta entregarse a la muerte en aquellas condiciones. Por eso recibe el consuelo de lo alto para ir hasta el final, y antes de que le secuestren su vida, la entrega como el grano de trigo. El ama su vida entregándola a los demás, poniéndola en las manos de Dios y de los hombres. Todo parece demasiado extraordinario; en Juan no puede ser de otra manera, pero también es muy humano. Jesús no tiene miedo a la hora de la verdad, porque confía plenamente en el Padre, y advierte que los suyos tenga también esta misma disposición.

Los vv. 31-33 nos describen, con un lenguaje apocalíptico, la victoria sobre la muerte en la cruz. Esta es una teología muy propia de Juan que no ha visto en la cruz fracaso alguno de Jesús; al contrario, es desde la cruz desde donde “atraerá” al mundo entero (cf Jn 3,14-15; 8,28). Y ello no porque Juan pensara que Jesús resucitaba en la cruz, en el mismo momento de la muerte, como actualmente se está defendiendo, razonablemente, en muchos escritos teológicos. Sino porque la muerte de Jesús le confiere un poderío inconmensurable. La muerte no se la imponen, no es la consecuencia de un juicio injusto o inhumano, sino porque es el mismo Jesús quien la “busca” como el grano de trigo que necesita morir para “tener vida” y porque provoca el juicio sobre el mundo, sobre la falsedad del poder y la mentira del mundo. La hora de Jesús es la hora de la cruz, porque es la hora de la verdad de Dios. Y entonces, la mentira del mundo quedará al descubierto. Pero Jesús “atraerá” a todos los hombres hacia El, hacía su hora, hacia su verdad, hacia su vida nueva.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

22 de Marzo–Domingo V de Cuaresma /B

Evangelio según San Juan(Jn 12,20-33)

En aquel tiempo, entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron:
– «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
Jesús les respondió:
– «Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado.
Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre. Ahora que tengo miedo, ¿Le voy a decir a mi padre?: ‘Padre, líbrame de esta hora’?. No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre.»
Se oyó entonces una voz que decía:
–«Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Pero Jesús les dijo:
–«Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.»
Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.