Parroquia San Andres Apostol

13 de Septiembre. Comentario Bíblico

Evangelio (Mateo 18,21-35): Dios se realiza perdonando, nosotros ¿cómo?

III.1. Con el evangelio de hoy se pone punto final al discurso eclesiológico para esta comunidad y nos enseña a todos los cristianos aquello por lo que debemos ser reconocidos en el mundo. La parábola del “siervo despiadado” (es un poco contradictorio eso de ser siervo, y despiadado) es una genuina parábola de Jesús, acomodada por la teología de Mateo, que hace preguntar a Pedro, con objeto de dejar claro a los cristianos, que el perdón no tiene medida. El perdón cuantitativo es como una miseria; el perdón cualitativo, infinito, rompe todos los cantos de venganza, como el de Lamec (Gn 4,24). Setenta veces siete es un elemento enfático para decir que no hay que contar las veces que se ha de perdonar. Dios, desde luego, no lo hace.

III.2. La lectura de la parábola nos hará comprender sobradamente toda la significación de la misma; es tan clara, tan meridiana, que casi parece imposible, no solamente que alguien deje de entenderla, sino que alguien tenga una conducta semejante a la del siervo liberado un instante antes de su muerte por las súplicas ante su señor. Es desproporcionada la deuda del siervo con su señor, respecto de la de siervo a siervo (diez mil talentos, es una fortuna, en relación a cien denarios). Sabemos que en esta parábola, según la teología de Mateo, se quiere hablar de Dios y de cómo se compadece ante las súplicas de sus hijos. ¿Por qué? porque es tan misericordioso, perdonando algo equivalente a lo infinito, que parece casi imposible que un siervo pueda deberle tanto. Efectivamente, todo es desproporcionado en esta parábola, y por eso podemos hablar de la parábola de la “desproporción”. Por medio está el verbo “elléin” = “tener piedad”. Cuando la parábola llega a su fin, todo queda más claro que el agua.

III.3. Es una parábola de perplejidades y nos muestra que los hombres somos más duros los unos con los otros que el mismo Dios. Es más normal que los reyes y los amos no tengan esa piedad (elléin) que muestra el rey de esta parábola con sus siervos. Es intencionada la elección de los personajes. En realidad, en la parábola se quiere poner el ejemplo del rey; ese es el personaje central, y no los siervos. Y ya, desde los Santos Padres, se ha visto que el rey ‘quiere representar a Dios. El siervo despiadado se arrastra hasta lo inconcebible con tal de salvar su vida; es lógico. ¿No podría haber sido él un rey perdonando a alguien como él, a su compañero de fatigas y de deudas?

III.4. Los que están en la misma escala deberían ser más solidarios. Pero no es así en esta parábola. El núcleo de la misma es la dureza de corazón que revelamos frecuentemente en nuestras vidas. Y es una desgracia ser duros de corazón. Somos comprensivos con nosotros mismos, y así queremos y así exigimos que sea Dios con nosotros, pero no hacemos lo mismo con los otros hermanos. ¿Por qué? Porque somos tardos a la misericordia. Por eso, el famoso “olvido, pero no perdono” no es ni divino ni evangélico. Es, por el contrario, el empobrecimiento más grande del corazón y del alma humana, porque en ese caso, más sentido podía tener “perdono, pero no olvido”, aunque tampoco sería, desde el punto de vista psicológico, una buena terapia para el ser humano. Lo mejor, no obstante, sería perdonar y olvidar, por este orden.

Fray Miguel de Burgos Nuñez.

13 de Septiembre. XXIV Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio según san Mateo (Mt 18,21-35)

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.

Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano’’.

6 de Septiembre. Comentario Bíblico.

La comunidad como experiencia de perdón y oración

III.1.El evangelio de hoy forma parte de uno de los discursos más significativos del primer evangelio. Mateo se caracteriza por una narra­ción de la actuación de Jesús que viene alentada por una serie de discursos. En este caso, nos encontramos con el llamado «discurso eclesiológico» porque se contemplan en él las normas de comportamiento básicas de una comunidad cris­tiana: perdón, comprensión, solidaridad. Hoy aparece lo que se ha llamado la corrección fraterna, el tema del per­dón de los pecados en el seno de la comunidad, y el valor de la oración común.

III.2. La corrección fraterna es muy importante, porque todos somos pecadores, y tenemos un cierto derecho a nuestra intimidad. Pero se trata de pecados graves que afec­tan a la comunión, y para ello se debe seguir una praxis de admonición, con ne­cesidad de testigos, para que nadie sea expulsado de la comunidad sin una ver­dadera pedagogía de caridad y de comprensión. El poder de «atar y desatar», que en Mt 16 (hace dos domingos) se confería a Pedro, completa lo que allí se dijo: es en la comunidad donde tiene todo sentido el perdón de los pecados. Eso exige dar oportunidades, para que no sea el puritanismo lo específico de una comunidad, como muchas lo han pretendido a lo largo de la historia de la Iglesia. ¡No! No es el puritanismo lo esencial, aunque nuestro texto se resiente de ello, sino ofrecer a los que se han equivocado e incluso ofendido a la comunidad, la oportunidad nueva de integrarse solidaria y fraternalmente en ella. Si leemos el texto en clave disciplinar y jurídica, entonces habremos rebajado mucho el valor evangélico de la comunidad.

III.3. De la misma manera, la oración común enriquece sobremanera nuestra oración personal. Eso no excluye la necesidad de que tengamos experiencias de perdón y de oración personales, pero hay más sentido cuando todo ello se integra en la comunidad. La religión enriquece la dimensión social de la persona humana. Sin duda que estos aspectos tienen otros matices e interpretaciones, pero la dimen­sión comunitaria es la más rica en consecuencias.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

6 de Septiembre. XXIII Domingo del Tiempo Ordinario. Evangelio

Evangelio según san Mateo (Mt 18, 15-20)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.

Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos’’.

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 8 (11 de septiembre de 2020)

LA VIRGEN DE COROMOTO, PATRONA DE VENEZUELA

            Hoy, 11 de septiembre, Venezuela celebra a su Patrona, la Virgen de Coromoto… Originalmente, se celebraba el 8 de septiembre, no sólo por ser ese el día de la Fiesta litúrgica de la Natividad de la Santísima Virgen María, sino también en recuerdo de la aparición de la Virgen a una familia indígena, el 8 de septiembre de 1652, cerca de la ciudad de Guanare…

            En los años sucesivos se recabaron informaciones sobre esta aparición —y otras ocurridas anteriormente—, habiéndose conservado hasta hoy el Sumario Jurídico instruido por el Pbro. Dr. Carlos Herrera, concluido el 7 de marzo de 1746, que consta de 114 folios y declaraciones de 14 testigos, entre los cuales hay dos de gran peso: Marcos Paredes de San Nicolás, quien conoció a los indios contemporáneos de las apariciones, y el Alcalde José de Montesinos.

            De esas declaraciones se deduce: Que una Bella Señora se les apareció repetidas veces a unos indígenas en una quebrada, y les habló en su idioma, y les dijo, que fueran a donde estaban los blancos, para que les echaran agua en la cabeza —una clara alusión al bautismo—, y así pudieran ir al Cielo. Informado de las apariciones el español Juan Sánchez, los indígenas su pusieron de acuerdo con él, y amistosamente se fueron a vivir a la extensión de tierra formada por el ángulo de la confluencia de los ríos Tucupido y Guanare. Allí vivieron un tiempo con la familia de Juan Sánchez, preparándose para el bautismo…

El cacique de los indios Coromotos —parcialidad de los indios Cospes— empezó a sentir disgusto y decidió regresar a su selva primitiva… Pero, el 8 de septiembre de 1652 la Virgen se le presentó, envuelta en resplandores, en la entrada de su bohío… Fue vista por el cacique, su mujer, su cuñada, y el hijo de la cuñada, de unos doce años de edad… Pero él se le abalanzó encima… La Virgen desapareció, no sin antes dejarle en la mano una estampa… El niño salió de madrugada a informar a Juan Sánchez esta última aparición. Éste no creía —como es natural—; pero ante la insistencia del niño, fue conducido por él al bohío, rescataron la estampa, y la llevaron con devoción a la casa de Juan Sánchez. El cacique después huyó con algunos otros indígenas y murió mordido por una culebra, no sin antes arrepentirse y recibir el bautismo…

            La Virgen de Coromoto gozó de un alto grado de popularidad durante los Siglos XVI, XVII y principios del XIX, como consta del relato de los viajes del francés François Depons, realizados a principios del Siglo XIX… El Libertador Simón Bolívar pasó por Guanare camino a la Batalla de Carabobo, en mayo de 1821, e imploró el auxilio y protección de la Virgen de Coromoto… Después de la Guerra de Independencia, la devoción decayó un poco, debido a la inestabilidad política reinante en Venezuela… Para llegar a ser mundialmente famosa, la Virgen de Coromoto tuvo que esperar hasta la llegada del Hermano Nectario María —de la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, fundada por San Juan Bautista de la Salle— a Venezuela en el año 1913… El Hermano Nectario María escribió varias obras, que popularizaron nuevamente la devoción… De modo, que poco a poco se fue haciendo el ambiente, para que la Virgen de Coromoto fuera proclamada Patrona de Venezuela…

            Durante una reunión de la Conferencia Episcopal Venezolana, en mayo de 1942, los Obispos intercambiaron sus pareceres… El Obispo de Maracaibo no consideraba conveniente desplazar a la Virgen de Chiquinquirá —la Chinita— en el fervor mariano de los zulianos… El Obispo de Guayana, en cuya Diócesis se veneraba entrañablemente a la Virgen del Valle, opinaba otro tanto… Mons. Rafael Arias Blanco, Obispo de San Cristóbal, hizo algún comentario sobre la devoción en las regiones andinas venezolanas por la Virgen de la Consolación de Táriba… Los Obispos de Calabozo y Barquisimeto y el Obispo Auxiliar de Cumaná defendían ardorosamente el patronazgo de la Virgen de Coromoto, mientras que los Arzobispos de Caracas y Mérida se encontraban indecisos… Decidieron entonces los Obispos someterlo a votación secreta… La sorpresa fue máxima al constatar, que la Virgen de Coromoto había sido elegida Patrona de Venezuela, ¡por unanimidad!

            El Decreto, por el cual los Obispos de Venezuela declaraban a la Virgen de Coromoto Patrona de Venezuela, fue enviado a Roma para su confirmación… El Papa Pío XII, en 1944, confirmó el patronazgo; pero el documento pontificio —donde consta la confirmación— se extravió, no llegó a Venezuela mientras duró la II Guerra Mundial…

            Concluida la guerra, curiosamente, le correspondió al Hermano Nectario, que tanto había hecho por propagar la devoción a la Virgen de Coromoto, recibir el documento en Roma… que oportunamente fue dado a conocer por Mons. Lucas Guillermo Castillo, Arzobispo de Caracas, en Exhortación Pastoral…

            Con el apoyo de Mons. Ángel Polachini, Obispo de Guanare, y otras distinguidas personalidades, y bajo los auspicios de la Congregación de Siervas del Santísimo Sacramento, se fundó, el 18 de febrero de 1976, la Asociación Civil “Venezuela a la Virgen de Coromoto” para la promoción de la devoción a la Virgen de Coromoto y la consecución de fondos para la construcción de un Templo Votivo Nacional en la confluencia de los ríos Tucupido y Guanare, lugar de la aparición del 8 de septiembre de 1652…

            El Templo estaba en construcción, cuando el Papa Juan Pablo II visitó por primera a Venezuela, en el año 1985… En el año 1996, el mismo Papa —durante su segundo Viaje Apostólico a Venezuela— celebró la Misa en el Templo, hoy Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto.

Pbro. Ramón Vinke

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 9 (24 de septiembre de 2020)

LA VIRGEN DE LAS MERCEDES

Hoy, 24 de septiembre, la Iglesia celebra a la Virgen bajo la advocación de Mercedes; advocación, propagada por la Orden de la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes—así llamada actualmente— por San Pedro Nolasco en el Siglo XIII, con el propósito de redimir a los cautivos… redimir a los cristianos esclavizados por los moros…
Durante la Guerra de Independencia de la América Española, la Virgen de las Mercedes fue invocada en repetidas ocasiones… El Gral. Manuel Belgrano —Prócer argentino— juró Generala del Ejército a la Virgen de las Mercedes durante la Batalla de Tucumán, que se desarrolló el 24 de septiembre de 1812 —un día de la Virgen de las Mercedes. Al amanecer, justo antes de comenzar la Batalla, se presentó un fenómeno extraordinario de la naturaleza, que describe un testigo presencial: “una pequeña nube se descubría en el cielo en figura piramidal, sostenida por una base, que parecía sostener una efigie de la imagen de Nuestra Señora”. Los soldados del Ejército al mando del Gral. Belgrano se sintieron protegidos por la Virgen…
Al anochecer del mismo día, se había decidido la Batalla a favor del ejército patriota, fugándose el ejército realista… A los dos días de la Batalla, el 26 de septiembre, el Gral. Belgrano despachó su famoso oficio al Gobierno en Buenos Aires anunciando el triunfo y atribuyéndolo a la intercesión de la Virgen de las Mercedes: “La Patria puede gloriarse de la completa victoria que han obtenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección nos pusimos”.
Transcurridos algunos años, el Gral. Antonio José de Sucre se disponía a conquistar la ciudad de Quito… Es conocido, que durante la campaña que emprendió desde Guayaquil, le escribió a la Madre Rosa de la Santísima Trinidad, Priora del Carmen Alto de Quito —Monasterio de Monjas Carmelitas Descalzas—, solicitándole oraciones… No se ha hallado la carta, que Sucre dirigió a la Priora con tal objeto; pero, existe la carta de la Priora al Gral. Sucre, asegurándole haber cumplido con su solicitud y felicitándolo efusivamente por el resonante triunfo de la Batalla de Pichincha…
Efectivamente, el 24 de mayo de 1822, el Ejército Libertador, al mando del Gral. Sucre había triunfado en las faldas del volcán Pichincha, que domina la hermosa ciudad de Quito… El 27 de mayo se efectuó una celebración —probablemente un Te-Deum— en la Catedral de Quito, en la cual pronunció una “Oración gratulatoria” el R.P. José Bravo, Fraile de la Orden de la Merced…
Cinco días después de la Batalla de Pichincha, el 29 de mayo, las corporaciones y personas notables de Quito celebraron una importante asamblea, cuya acta se ha conservado; entre otras cosas, la asamblea resolvió: “Establecer perpetuamente una función religiosa, en qué celebrar el aniversario de la emancipación de Quito; la cual se hará trasladando en procesión solemne la víspera de Pentecostés, a la Santa Iglesia Catedral, la imagen de la Madre de Dios, bajo su advocación de Mercedes, y en el día habrá en ella Misa clásica con sermón, a que concurrirán todas las corporaciones, y será considerada como la primera fiesta religiosa de Quito”; además: “Celebrar una Misa de gracias el domingo dos del entrante, con toda pompa para rendir al Dios de los Ejércitos nuestro homenaje y reconocimiento por la transformación gloriosa de Quito”.
¿Por qué la asamblea resolvía establecer perpetuamente, es decir, todos los años, una función religiosa “trasladando en procesión solemne la víspera de Pentecostés, a la Santa Iglesia Catedral, la imagen de la Madre de Dios, bajo su advocación de Mercedes”? Probablemente, porque decidía perpetuar lo que se había practicado inmediatamente después de la Batalla de Pichincha… El día de la Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822, cayó el viernes antes de Pentecostés… El pueblo de Quito, transportado en entusiasmo por la victoria del Ejército Libertador en la Batalla de Pichincha, había llevado en procesión la imagen de su Patrona, la Virgen de las Mercedes, a la Catedral de Quito al día siguiente de la Batalla, es decir, el 25 de mayo, la víspera de Pentecostés razón, por la cual la asamblea del 29 de mayo establecía, que la imagen de la Virgen de las Mercedes fuera trasladada todos los años a la Catedral, la víspera de Pentecostés …
En cuanto a la Misa decretada para el domingo, 2 de junio, “con toda pompa para rendir al Dios de los Ejércitos nuestro homenaje y reconocimiento por la transformación gloriosa de Quito”, hay una carta del Gral. Antonio José de Sucre, fechada el 31 de mayo, dirigida al Deán y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Quito: “Siendo el primer deber de un católico rendir el homenaje de su reconocimiento al Dios de las batallas, cuya protección en favor de la causa santa de la Independencia fue tan visible en la memorable jornada del 24 del corriente, que ha fijado para siempre los felices destinos de Quito, terminando a un mismo tiempo los terribles males que la tiranía y la opresión hacían sufrir a estos pueblos, se ha dispuesto que el domingo 2 de junio se celebre en la Santa Iglesia Catedral una solemne fiesta de acción de gracias, y yo recomiendo a V.S.M.V., que ésta se haga con todo el aparato, pompa, decencia y majestad que exige la grandeza del motivo que nos impele a hacer esta manifestación de nuestra gratitud al Todopoderoso por los triunfos con que ha coronado nuestros votos por la libertad”. Una magnífica carta, sin duda…

Pbro. Ramón Vinke

30 de agosto.Comentario Bíblico.

III.1. El evangelio de hoy, de Mateo, es la continuación de lo que se nos narraba el domingo pasado sobre la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo. Las cosas cambian mucho desde aquella confesión de fe, aunque el texto del evangelio las presenta sin solución de continuidad. Jesús comienza a anunciar lo que le lleva a Jerusalén y la previsión de lo que allí ha de suceder, como le había sucedido a todos los profetas; como Jeremías, estaba decidido a proclamar la Palabra de Dios por encima de todas las cosas. Jesús ve claro, porque a un profeta como él no se le escapa nada, aunque la formulación de este anuncio de su pasión se haya formulado así, después de los acontecimientos.

III.2. Pedro, como los otros discípulos, no estaba de acuerdo con Jesús, porque un Mesías no debía sufrir, según lo que siempre se había enseñado en las tradiciones judías; eso desmontaba su visión mesiánica. Entonces recibe de Jesús uno de los reproches más duros que hay en el evangelio: el Señor quiere decirle que tiene la misma mentalidad de los hombres, de la teología de siempre, pero no piensa como Dios. Y entonces Jesús mirando a los que le siguen les habla de la cruz, de nuestra propia cruz, la de nuestra vida, la de nuestras miserias, que debemos saber llevarla, como él lleva su cruz de ser profeta del Reino hasta las última consecuencias. No es una llamada al sufrimiento ciego, sino al seguimiento verdadero, el que da identidad a los que no se acomodan a los criterios de este mundo.

III.3.Pedro quiere corregir al profeta con un mesianismo fácil, nacionalista, tradicional, religiosamente cómodo. Y Jesús le exige que se comporte como verdadero discípulo. La expresión “detrás -opísô- de mí, Satanás”, (vendría a significa algo así como: “no estés detrás de mi como Satanás”) es decir, que no lleve la iniciativa de su vida. Es una expresión que se puede traducir con toda la energía de un rechazo: “¡Vete! y no vengas conmigo como si fueras Satanás”; “¡quítate de mi vista!”.Pero también ven algunos que el rechazo de Pedro “vete de mi vista” (hýpage: expresión semejante a la de las tentaciones Mt 4,10), estaría “compensado” en este texto con una invitación a ir detrás, a seguirle (el opísô moû). En la mentalidad de la época Satanás representa lo contrario del proyecto de Dios, el Reino, predicado por Jesús, que es, a su vez, causa de su vida y de su entrega.

III.4. Jesús, en nombre de Dios, quiere llevar la iniciativa de su vida, de su entrega y caminar hasta Jerusalén. Y eso es lo que pide también a sus discípulos: seguirle y que tomen la iniciativa de su propia vida (el texto dice, con razón, “su cruz”). No es la cruz de Jesús la que hay que llevar, sino nuestra propia cruz. Jesús está decidido a llevar la “cruz” del Reino de Dios como causa liberadora para el mundo. Pedro, y todos nosotros, estamos invitados a asumir “nuestra cruz” en este proceso de identificación con la vida y la causa de Jesús. El reproche a Pedro, como si sus ideas fueran las de Satanás, se explicitan en la expresión dialéctica “las cosas de Dios versus las cosas de los hombres” (tà toû theoû allà tà tôn anthôpôn). Porque Pedro, al rechazar la “pasión” de quien consideraba el Mesías, estaba mostrando los mismos intereses nacionalistas de la religiosidad judía de la época (esas son las ideas de los hombres). La cruz de Jesús era llevar a cabo la voluntad de Dios con todas sus consecuencias (esas son las cosas de Dios en el texto).

III.5.La identificación, en el texto, entre cruz y vida personal es indiscutible. La cruz es signo de lo ignominioso y de crueldad para los hombres. Pero desde una perspectiva de “martirio”, de radicalidad y de consecuencia de vida, la cruz es el signo de la libertad suprema. Lo fue para Jesús en su causa de Dios y de su Reino y los es para el cristiano en su opción evangélica y sus consecuencias de vida. Y muchas veces, nuestra vida, es una cruz, sin duda. Pero se ha de aseverar con firmeza que la vida cristiana no es estar llamados a “sacrificarse” tal como se entiende ordinariamente, sino a ser felices en nuestra propia vida, que es un don de Dios y como tal hay que aceptarla. Y si en esa vida no es oro todo lo que reluce, también hay que amarla y transformarla con decisión profética. No basta con afirmar que el discípulo está llamado a sacrificarse y martirizarse como ideal supremo, porque tampoco Jesús deseó y buscó su muerte en la cruz que le dieron, sino que le vino como consecuencia de una vida radicalmente de amor y de entrega a los demás. Pues de la misma manera deben ser sus discípulos. El ideal supremo es amar la vida como don de Dios y llevarla a plenitud. Pero por medio “está siempre Satanás” (expresión mítica, sin duda) que nos aleja del don de la vida verdadera.

 

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

30 de agosto. XXII Domingo del Tiempo Ordinario. Evangelio.

Evangelio según san Mateo ( Mt 16,21-27)

En aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor; eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”

Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras’’.

Pbro. Ramón Vinke – ¿Que dijo la Conferencia Episcopal Venezolana?

¿Qué dijo la Conferencia Episcopal Venezolana?
Por Ofelia Avella -Agosto 23, 2020.
He leído y releído lo que escribió la CEV y me parece que los obispos fueron muy claros. José Ignacio Hernández hizo un buen resumen en un tweet: “El comunicado de la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana tiene dos conclusiones muy sólidas: (i) las elecciones parlamentarias convocadas son ilegítimas y (ii) frente a ello, no puede asumirse una posición meramente pasiva. La mera abstención no es estrategia”.

Si los obispos no hablaron de las “condiciones” que hay que poner al régimen ante un eventual proceso electoral no es porque no sepan que estas condiciones son necesarias. Pienso que solo hicieron un llamado a la unidad de la oposición, pues ¿de qué condiciones van a hablar si nosotros estamos divididos? ¿Cómo puede hablarse de exigencias al régimen si entre nosotros hay muchos que no creen en un proceso electoral, otros que sí consideran que esa es la vía, otros que están esperando la intervención extranjera, otros un golpe militar y muchos en el medio que no tienen ni idea de qué hacer? Mis hijos me preguntan qué hacer; mis alumnos también. Todos parecemos náufragos perdidos en un mar de confusión sin saber hacia dónde mirar.

Los obispos han dicho lo que había que decir: no hemos logrado ponernos de acuerdo sobre lo que hay que hacer y ante esta gran encrucijada, ¿qué otra cosa pueden decir sino lo que dijeron? Si las ovejas están todas desperdigadas, como Quijotes con sus planes individuales luchando en principio por lo mismo, ¿cómo no va a ser más fácil que el lobo se coma a una mientras el resto se dispersa sin darse siquiera cuenta de a cuáles se va comiendo en el caos?

Lo primero que dijeron es que han hecho varios llamados ante los sufrimientos del pueblo. Dijeron también que la abstención no basta, pues se trata de ser activos. El llamado a la conciencia de los políticos provocó fuertes reacciones, pero si son mínimamente humildes, tendrían que reconocer que el comunicado pone de relieve la gran verdad de la dispersión y del caos que vivimos: no estamos unidos en torno a ningún plan y el tiempo apremia.

Del comunicado no se desprende una subestimación de los años de cárcel de muchos, ni de las injusticias sufridas, ni del exilio de otros. La Iglesia conoce de cerca el sufrimiento de todos y como pastores de su grey cargan con sus necesidades y escuchan sus confesiones. La verdad es que conocen bien lo que los hombres llevamos dentro. Lo único que han dicho es que el pueblo entero sufre. Venezuela entera está fragmentada (como podría decir Tomás Straka). Parece un país archipiélago (como podría decir Elías Pino). Y refleja bien a un Cristo doliente, con los huesos dislocados, las heridas abiertas, un rostro cubierto de escupitazos y blasfemias, burlas e ironías, insultos y mentiras, que asume todas nuestras miserias y mezquindades (como veía Juan Pablo II a su Polonia sufriente).

Pienso que no es momento de buscar culpables, ni de medir quién ha sufrido más que quién, porque todos hemos sufrido de diversos modos. Algunos dolores son físicos y tangibles, como el hambre, las torturas de los presos políticos, la muerte de tantos en las protestas y el agotamiento de todos y cada uno. Otros sufrimientos son invisibles y serán conocidos por pocos o incluso solo por Dios. El político es, además, un servidor del pueblo. Al menos eso espera la gente. Esa es la expectativa de todos. Y un servidor sufre de buena gana por la gente por la que trabaja y si el fin es Venezuela, si de verdad ese es el objetivo de todos nuestros esfuerzos, ¿por qué medir ahora quién ha sufrido más que otros?

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