Parroquia San Andres Apostol

14 de Mayo – V Domingo de Pascua / A

Evangelio según San Juan (Jn 14, 1-12)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.

Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.

Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aun mayores, porque yo me voy al Padre”.

Cantaremos – IV Domingo de Pascua o del Buen Pastor

El evangelista Juan pone especial cuidado en enseñarnos cuál es la verdadera relación  que tienen las ovejas con su pastor. Lo primero que nos dice es que “escuchan su voz”. Ellas saben distinguir la voz de su pastor y no se dejan confundir por llamadas ni órdenes extrañas. 

Todo el que es llamado por el Señor, es llamado por su nombre. En nuestro caso debemos ahondar cada día, no sólo en el tono de su voz, sino en el contenido de su llamado. ¡El Señor es inconfundible!….Nada, ni nadie debe confundirnos, cualquiera sea el lugar, la importancia, ni las credenciales de otro pastor….

El camino del cristianismo difiere en lo esencial de otras ideologías, que camuflan sus voces para atraer incautos. El Maestro tiene su voz, su forma de vivir. Sus silencios son vitales, no son cómplices. Sus palabras están llenas de sabiduría e implican el compromiso compasivo y solidario con todos los que sufren, con los que padecen hambre y sed; con los oprimidos y con los que padecen persecución por la justicia.

CANTAREMOS :

      • El Señor nos llama …………………………………… 272
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • Te vengo a ofrecer
      • El Señor resucitó, Aleluya ………………………. 286
      • Resucitó, Aleluya ……………………………………. 284
      • El Señor ha resucitado …………………………….   71

7 de Mayo – IV Domingo de Pascua o del Buen Pastor /A

Evangelio según san Juan (Jn 10,1-10)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.

Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.

Conferencia Episcopal Venezolana fija posición sobre la Constituyente, con claridad y contundencia.

1.- Gobierno invita a Conferencia Episcopal para la Comisión Presidencial creada para abordar la Constituyente.

Un tweet de Elías Jaua, informa que se ha invitado a la Conferencia Episcopal de Venezuela para un diálogo con la Comisión Presidencial para la Constituyente el próximo lunes 8 de mayo de 2017, con la finalidad de debatir sobre la convocatoria que realizó el Presidente Maduro.[1]

La nota de prensa destaca que en la carta enviada a la Conferencia Episcopal Venezolana, se insiste en buscar con esa reunión, crear los espacios que faciliten la resolución pacífica del conflicto planteado en el país.

El Gobierno insiste en mezclar Constituyente con Diálogo, ello es inaceptable, más aún, cuando el Decreto de esa Convocatoria es muy claro en su orientación hacia la profundización del modelo comunal.

2.- Conferencia Episcopal Venezolana fijó posición sobre Constituyente.

La invitación de Jaua que circuló por las redes sociales, encontró una respuesta en el Comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana, publicado el 5 de mayo de 2017, bajo el título: No reformar la Constitución sino cumplirla.

El nuevo comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana plantea los siguientes aspectos, de una manera clara, contundente y de una manera que no deja dudas sobre la naturaleza y espíritu de esa supuesta Constituyente, esos aspectos son:

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“ Habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza ”

III.5. Es, pues, en la Eucaristía donde nos entrega el Señor la vida de la que goza ahora como resucitado. Lucas quiere enseñar a su comunidad que, aunque ellos como nosotros, no pudimos vivir con El, ni conocerle, en la Eucaristía es posible tener esta experiencia de vida. En definitiva, en la Eucaristía hacemos un «memorial», con todo lo que esto significa, pero con el Resucitado, mas no como testigo pasivo, sino siendo El Señor y anfitrión, porque es solamente con El con quien podemos abarcar la altura y la profundidad de algo que no es simplemente repetir, sino revivir. La Eucaristía, como la Resurrección, es un misterio inefable de liberación, ya que los discípulos que estaban angustiados por lo que había pasado en Jerusalén, poco a poco, en la medida en que va haciéndose la Eucaristía, como un peregrinar, se conmueven, porque la vida del Resucitado se apodera de sus corazones. Eso es lo que Lucas quiere enseñarnos, catequeticamente, sobre lo que acontece cuando el Señor resucitado parte el pan con su comunidad, con y en la Iglesia.

III.6. La “fracción del pan! es el signo que necesitaban para saber lo que había pasado. Queda, no obstante, por formular el remate de este momento decisivo. Es lo que se describe ajustadamente en el v. 31, y que es lo contrario de lo que se ha expresado en el v. 16 (sus ojos estaban cerrados, retenidos, sin luz). Este es el momento que tan maravillosamente plasmó Rembrandt en su cuadro de los discípulos de Emaús, una de las composiciones pictóricas más hermosas que existan. No hay palabras para expresarlo mejor. Es una “auto-revelación” del resucitado en la cena, la fracción del pan, es decir, en la eucaristía. Por eso, esa presencia no es “visible” como normalmente entendemos esto. El hecho de que se use el verbo en aoristo pasivo indica que se trata de una experiencia profunda, espiritual, real sin duda, pero no para ver con los ojos corporales, sino con los ojos de la fe. ¡No debe caber la menor duda de hablar de este modo! Por eso, el v. 32 tiene un sentido irrenunciable en el metalenguaje del nuestra narración. Es la clave: “y se decían el uno al otro: ¿no ardía nuestro corazón cuando por el camino nos hablaba y nos explicaba (nos abría) las Escrituras?”.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/

30 de Abril – III Domingo de Pascua /A

Evangelio según san Lucas (Lc 24,13-35)

El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.

Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”

Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?” Él les preguntó: “¿Qué cosa?” Ellos le respondieron: “Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron”.

Entonces Jesús les dijo: “¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?” Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.

Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!”

Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: “De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón”. Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Cantaremos – II Domingo de Pascua.

De nuevo están los discípulos reunidos, a pesar de que Jesús no está con ellos con ellos.  Hay en aquella comunidad  un vacío que nadie puede llenar. Les falta Jesús. ¿A quién seguirán ahora? ¿Qué podrán hacer sin él? “Está anocheciendo” en Jerusalén y también en el corazón de los discípulos. Dentro de la casa, están “con las puertas cerradas”. Es una comunidad sin misión y sin horizonte, encerrada en sí misma, sin capacidad de acogida. Nadie piensa ya en salir por los caminos a anunciar el reino de Dios. Con las puertas cerradas no es posible acercarse al sufrimiento de las gentes.

Los discípulos están llenos de “miedo a los judíos”. Es una comunidad paralizada por el miedo, en actitud defensiva. Solo ven hostilidad y rechazo por todas partes. Con miedo no es posible amar el mundo como lo amaba Jesús, ni infundir en nadie aliento y esperanza. De pronto, Jesús resucitado toma la iniciativa. Viene a rescatar a sus seguidores. “Entra en la casa y se pone en medio de ellos”. La pequeña comunidad comienza a transformarse. Del miedo pasan a la paz que les infunde Jesús. De la oscuridad de la noche pasan a la alegría de volver a verlo lleno de vida. De las puertas cerradas van a pasar pronto a la apertura de la misión.

Jesús les habla poniendo en aquellos pobres hombres toda su confianza: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. No les dice a quién se han de acercar, qué han de anunciar ni cómo han de actuar. Ya lo han podido aprender de él por los caminos de Galilea. Serán en el mundo lo que ha sido él. Jesús conoce la fragilidad de sus discípulos. Muchas veces les ha criticado su fe pequeña y vacilante. Necesitan la fuerza de su Espíritu para cumplir su misión.  Exhala su aliento sobre ellos y les dice: “Recibid el Espíritu Santo”. Solo Jesús salvará a la Iglesia. Solo él nos liberará de los miedos que nos paralizan…..Lo que se nos pide es reavivar en toda la Iglesia la confianza en Jesús resucitado.  ( Tomado de la homilía de J.A. Pagola)

CANTAREMOS:

      • El Señor resucitó, Aleluya ………………………………… 286
        • Te vengo a ofrecer
      • Resucitó, Aleluya ……………………………………………… 284
      • Al partir el pan …………………………………………………   194
      • El Señor ha resucitado …………………………………….…  71

Episcopado venezolano: La protesta cívica y pacífica no es un delito. ¡Es un derecho!

“Los venezolanos exigimos el respeto a nuestros derechos civiles y a todos nuestros derechos”, piden los Obispos venezolanos mediante un comunicado ante las recientes protestas que han propiciado la muerte de dos jóvenes y la detención de más de trescientas personas.

El Episcopado venezolano hace un llamado “a rechazar  cualquier manifestación de violencia y a respetar los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos”.

“La democracia se caracteriza, ante todo, por el respeto y protección de los derechos de los ciudadanos. Cuando el Estado (o el Gobierno) los desconoce  o irrespeta, deja de ser un Estado democrático, pierde legitimidad en su desempeño, pues su función es la defensa de todos los ciudadanos independientemente de su ideología política”, dice el comunicado.

En las manifestaciones del miércoles, 19 de abril, los dos fallecimientos por disparo de bala ocurrieron en Caracas y San Cristóbal, ocasionadas por grupos irregulares. Y las detenciones en diversas ciudades donde se registraron tensos enfrentamientos entre manifestantes y policías.

La protesta cívica y pacífica no es un delito. ¡Es un derecho!  Su control no puede ser una represión desmedida. La Constitución Nacional la garantiza, las leyes la amparan. La sociedad la reclama y la protege. La Iglesia acompaña y exhorta a los ciudadanos para que sea pacífica.  Las marchas cívicas deben ser libres sin más restricciones que las que se derivan del deber de respetar la vida, la propiedad y el bien común”, expresaron los Obispos.

La Conferencia Episcopal Venezolana pide “a todos los ciudadanos, a los creyentes en Cristo y a los hombres y mujeres de buena voluntad, actuar según la recta conciencia, los principios democráticos y las leyes del país, así como ejercer el derecho a la manifestación y protesta pública de manera respetuosa con las personas y propiedades y de modo responsable y pacífico”.    

Los Obispos también recordaron la invitación del Papa Francisco a “la búsqueda de válidas soluciones pacíficas antes las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho” (Bendición Urbi et orbi, 16.04.2017).

Los grupos opositores al gobierno han convocado nuevamente a una manifestación nacional este jueves, 20 de abril, para pedir soluciones al conflicto político, la liberación de presos políticos y la realización de elecciones generales.

Johan Pacheco para RADIO VATICANA. @padrejohan

23 de Abril – II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia.

Evangelio según san Juan (Jn 20,19-31)

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.

De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.

Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.