Parroquia San Andres Apostol

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario. Comentario.

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

Introducción.

En este domingo XXXIII del tiempo Ordinario, queridos internautas. Las lecturas nos orientan al camino de la verdad. Como bien proclama la lectura de Malaquías 3, 19-20, si tratamos a nuestros cercanos con hostilidad, con engaños, mentiras… no seremos hijos del Padre misericordioso y no caminaremos en la luz.

La 2 a los Tesalonicenses de Pablo nos interpela a todos y a cada uno de nosotros a que seamos honrados y trabajadores por el reino, que nuestros pensamientos estén siempre puros, obrando y dando ejemplo. Y este ejemplo no hace falta divulgarlo (o anunciarlo) a los cuatro vientos, sino en lo secreto.

El Evangelio de Lucas es considerado como mensaje apocalíptico, en vez de meternos miedo, nos recuerda que tenemos que buscar siempre el bien del reino. Buscar el bien del reino es hacer caso a la primera lectura de Malaquías 3, 19-20 y la 2T 3, 7-12 de Pablo, obrar con el bien, tratando a nuestros hermanos con amor, y que nuestro trabajo lo encaminemos para la edificación del nuevo reino que Jesús vino a restaurar. Se vale Dios de ti y de mí para que se le reconozca en la tierra como el Dios de la vida y de la luz. Eres el elegido para que el reino funcione con amor.

Fr. Salvador Becoba Raso O.P.
Convento de Santo Tomás de Aquino (Sevilla)

13 de Noviembre. XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario.

Evangelio según san Lucas (Lc  21,5-19)

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.

Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.

Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.

Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.

Muerte y discapacidad agobian a pacientes crónicos en el país.

Un sistema de salud público sin garantía de insumos, sin atención primaria para prevenir enfermedades, sin especialistas, sin seguridad de suministro de tratamientos de alto costo, sin equipos para exámenes especializados; todo eso tiene a los pacientes renales, oncológicos y de esclerosis múltiple con la vida colgando de un hilito. Saben que tales carencias los puede llevar a la discapacidad o la muerte.

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA

“El Estado no está garantizando el derecho a la salud y a la vida que reza la Constitución Nacional, cuando ni siquiera se ofrece el nivel preventivo”, señala René Rivas, presidente del Colegio de Médicos de Lara, al precisar que ese primer nivel serviría para evitar las patologías crónicas, las cuales pueden empezar por las complicaciones de diabéticos, hipertensos y con problemas coronarios que pueden terminar hasta en la fatalidad sin el control pertinente.

Los pacientes crónicos tienen doble padecimiento, la enfermedad y la dificultad para tener el diagnóstico, después el dinero mensual —que en los oncológicos alcanza alrededor de $4000— para cubrir el tratamiento que no llega con regularidad en las farmacias de alto costo del seguro social (IVSS).

Rechaza la contradicción que ocurre cuando se habla de la salud gratuita, pero no se ofrece la atención primaria, consultas de especialistas que —de lograrse— es a varios meses de espera y falta de medicamentos, así como equipos. Lamenta que se trata de un riesgo al que están sometidos desde jóvenes quienes deben dejar de trabajar por la enfermedad y con más vulnerabilidad en adultos mayores, con un ingreso de pensión que ni siquiera les permite cubrir el 10% de tratamiento.

Como un “turismo oncológico”, así define Milagros Seijas, de la Fundación de Pacientes Oncológicos de Venezuela en Lara, las vueltas que deben dar para conseguir las radioterapias gratuitas en otros estados o fuera del país. En servicios privados sobrepasan los $3.000 por 25 a 30 sesiones de radioterapias. “En Lara no hay dolientes para el paciente con cáncer”, dijo Seijas. Deben recurrir a la bondad de centros de salud públicos en Caracas, Maracay, Maracaibo, Mérida y otras ciudades”. Eso es una de las causas del 30% de mortalidad en Lara.

Señala que conocen alrededor de 300 pacientes y ha muerto entre 80 a 90 este 2022. Admite que se desesperan y algunos han recibido tratamiento vencido en la farmacia de alto costo con riesgo a sufrir los efectos secundarios.

El panorama es parecido en los renales. Héctor Colmenares, diputado y presidente de la Fundación Amigos del Paciente Renal en Lara (Fundaprel), dijo que en este año han muerto 198 pacientes y podría llegar a 220 al final del año. Sufren por estar mal dializados, acumular toxinas y líquidos que terminan en neumonía, complicaciones coronarias, Accidente CerebroVascular (ACV), infección por bacterias que ingresan a través del catéter, grave descontrol de la tensión arterial y por la falta de órganos para trasplantes.

La esclerosis múltiple es otra enfermedad que causa estragos. Ha causado discapacidad a la mitad de los 250 pacientes registrados en Venezuela. Miguel Perozo, de la asociación que se ocupa de esta enfermedad en Lara, dijo que el choque entre el sistema inmunológico y el nervioso los condena a complicaciones. Tenían seis años sin tratamiento fijo, lo cual los empeoró y en la actualidad en el IVSS se consiguen interferones genéricos (que ayuda al sistema inmunitario), ideales para los inicios de la esclerosis múltiple. Los avanzados no tienen opciones y se les dificulta la rehabilitación.

Muchos esperan por operación

Colmenares, como diputado del CLEL, conoce de más de 150 solicitudes de ayudas entregadas al legislativo, debido a la tardanza en las intervenciones oftalmológicas.

Reconoce el esfuerzo de autoridades municipales en esta área, pero la mayoría de casos de pacientes con cataratas y demás deficiencias visuales terminarán ciegos porque imploran la atención inmediata, pero hay una lista que llega a superar los tres mil pacientes.

Se pregunta “¿cuándo van a terminar?”, ante la preocupación de pacientes que requieren cirugía, pues sólo practican de cinco a 10 semanal. “No es una respuesta pertinente y oportuna, porque amerita más celeridad”, señala molesto.

Además que sugiere la prioridad de casos, ante las evidentes complicaciones que suelen presentarse en estos largos lapsos de espera. Lamenta esa frustración de quienes se niegan a resignarse y perder su visión en un futuro no muy lejano.

 

6 de Noviembre. Comentario al evangelio según San Lucas.

Introducción

La palabra de Dios de este domingo, cuando aún está muy reciente la conmemoración de los fieles difuntos, sigue insistiendo en el misterio de la vida después de la muerte: «esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro». Estas palabras del Credo nos recuerdan que no estamos destinados a la nada, sino que, por don de Dios, nuestro horizonte se abre a la promesa de una vida plena después de esta existencia terrena.

Es una invitación a meditar sobre este gran misterio de la vida cristiana, sobre el sentido del vivir y del morir, que de alguna manera siempre ha inquietado al ser humano. La fe en un Dios quenos ha creado para la vida y no para la muerte fue creciendo poco a poco en el Pueblo de Israel hasta culminar en la persona de Jesús. Con el don de su vida, muerte y resurrección él nos ha enseñado a vivir el presente con un significado nuevo, abriéndonos a un horizonte de eternidad insospechado.

Un porcentaje notable de la sociedad muestra poco interés por la eternidad; se preocupa, justamente, de alargar y mejorar la calidad de la vida aquí en la tierra. Pero es de lamentar la pérdida, o el olvido, de ese horizonte de eternidad, esencial para la plena realización de la vida humana.  Como creyentes en Cristo ¿aceptamos el reto de dar testimonio de nuestra esperanza cristiana, en un mundo que siente un vacío de esperanza en el presente y en el futuro? En este sentido son muy oportunas las palabras de S. Pablo en su carta a los Tesalonicenses, parte de la liturgia de este domingo: “Que Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, os reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena”.

Fr. Pedro Luis González González
Convento del Santísimo Rosario (Madrid)

6 de Noviembre. XXXII Domingo del Tiempo Ordinario.

Evangelio según san Lucas (Lc 20, 27. 34-38)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los saduceos, que niegan la resurrección de los muertos:

“En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.

Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Diosno es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”.

Comentario Bíblico. Lucas (18,9-14): La verdadera religión según Jesús

III.1. El texto del evangelio es una de esas piezas maestras que Lucas nos ofrece en su obra. Es bien conocida por todos esta narración ejemplar (no es propiamente una parábola) del fariseo y el publicano que subieron al templo a orar. No olvidemos el v. 9, muy probablemente obra del redactor, Lucas, para poder entender esta narración: “aquellos que se consideran justos y desprecian a los demás”. Los dos polos de la narración son muy opuestos: un fariseo y un publicano. Es un ejemplo típico de estas narraciones ejemplares en las que se usan dos personajes: el modelo y el anti-modelo. Uno es un ejemplo de religiosidad judía y el otro un ejemplo de perversión para la tradiciones religiosas de su pueblo, sencillamente porque ejerce una de las profesiones malditas de la religión de Israel (colector de impuestos) y se “veía obligado” a tratar con paganos. Es verdad que era un oficio voluntario, pero no por ello perverso. Las actitudes de esta narración “intencionada” saltan a la vista: el fariseo está “de pie” orando; el publicano, alejado, humillado hasta el punto de no atreverse a levantar sus ojos. El fariseo invoca a Dios y da gracias de cómo es; el publicano invoca a Dios y pide misericordia y piedad. El escenario, pues, y la semiótica de los signos y actitudes están a la vista de todos.

III.2. Lo que para Lucas proclama Jesús delante de los que le escuchan es tan revolucionario que necesariamente debía llevarle a la muerte y, sin embargo, hasta un niño estaría de parte de Jesús, porque no es razonable que el fariseo “excomulgue” a su compañero de plegaria. Pero la ceguera religiosa es a veces tan dura, que lo bueno es siempre malo para algunos y lo malo es siempre bueno. Lo bueno es lo que ellos hacen; lo malo lo que hacen los otros. ¿Por qué? Porque la religión del fariseo se fundamenta en una seguridad viciada y se hace monólogo de uno mismo. Es una patología subjetiva envuelta en el celofán de lo religioso desde donde ve a Dios y a los otros como uno quiere verlos y no como son en verdad. En realidad solamente se está viendo a sí mismo. Esto es más frecuente de lo que pensamos. Por el contrario, el publicano tendrá un verdadero diálogo con Dios, un diálogo personal donde descubre su “necesidad” perentoria y donde Dios se deja descubrir desde lo mejor que ofrece al hombre. El fariseo, claramente, le está pasando factura a Dios. Esto es patente y esa es la razón de su religiosidad. El publicano, por el contrario, pide humildemente a Dios su factura para pagarla. El fariseo no quiere pagar factura porque considera que ya lo ha hecho con los “diezmos y primicias” y ayunos, precisamente lo que Dios no tiene en cuenta o no necesita. Eso se han inventado como sucedáneo de la verdadera religiosidad del corazón.

III.3. El fariseo, en vez de confrontarse con Dios y con él mismo, se confronta con el pecador; aquí hay un su vicio religioso radical. El pecador que está al fondo y no se atreve a levantar sus ojos, se confronta con Dios y consigo mismo y ahí está la explicación de por qué Jesús está más cerca de él que del fariseo. El pecador ha sabido entender a Dios como misericordia y como bondad. El fariseo, por el contrario, nunca ha entendido a Dios humana y rectamente. Éste extrae de su propia justicia la razón de su salvación y de su felicidad; el publicano solamente se fía del amor y de la misericordia de Dios. El fariseo, que no sabe encontrar a Dios, tampoco sabe encontrar a su prójimo porque nunca cambiará en sus juicios negativos sobre él. El publicano, por el contrario, no tiene nada contra el que se considera justo, porque ha encontrado en Dios muchas razones para pensar bien de todos. El fariseo ha hecho del vicio virtud; el publicano ha hecho de la religión una necesidad de curación verdadera. Solamente dice una oración, en muy pocas palabras: “ten piedad de mí porque soy un pecador”. La retahíla de cosas que el fariseo pronuncia en su plegaria han dejado su oración en un vacío y son el reflejo de una religión que no une con Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

 

23 de Octubre. XXX Domingo del Tiempo Ordinario.

Evangelio según san Lucas (Lc 18, 9-14)

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que s tenían por justos y despreciaban a los demás:

“Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’.

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’.

Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

16 Octubre. Introducción al evangelio.

El tema central de este domingo es la oración. La primera lectura, tomada del libro del Éxodo nos ilustra, a través de la figura de Moisés que mantiene las manos alzadas hasta la puesta del sol, la importancia de la perseverancia en la oración. En la misma línea, Lucas, en su evangelio, nos instruye sobre la necesidad de orar con insistencia, sin desfallecer.

La oración para el cristiano no es cualquier cosa ni algo opcional. Al contrario, es una práctica esperada en todo quien se confiesa discípulo de Cristo. En la oración el cristiano no solo expresa su vínculo más profundo con Cristo y experimenta a Dios como Padre misericordioso, sino que también se abre a la esperanza de que sus clamores al cielo pueden ser escuchados y satisfechos.

De los cuatro evangelistas, es Lucas quien presta una atención especial a la dimensión orante de Jesús y quien más enseñanzas ofrece sobre la oración. En este domingo XXIX del Tiempo Ordinario, por medio de la paráboladel juez inicuo y la viuda importuna, el evangelista nos invita a su escuela para enseñarnos sobre la necesidad de orar con confianza y perseverancia.

Fr. Jesús Nguema Ndong Bindang
Convento del Santo Nombre de Jesús (Lyon)

16 de Octubre. XXIX Domingo del Tiempo Ordinario.

Evangelio segun san Lucas (18,1-8)

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.

Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ “.

Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?”