Un sistema de salud público sin garantía de insumos, sin atención primaria para prevenir enfermedades, sin especialistas, sin seguridad de suministro de tratamientos de alto costo, sin equipos para exámenes especializados; todo eso tiene a los pacientes renales, oncológicos y de esclerosis múltiple con la vida colgando de un hilito. Saben que tales carencias los puede llevar a la discapacidad o la muerte.
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA
“El Estado no está garantizando el derecho a la salud y a la vida que reza la Constitución Nacional, cuando ni siquiera se ofrece el nivel preventivo”, señala René Rivas, presidente del Colegio de Médicos de Lara, al precisar que ese primer nivel serviría para evitar las patologías crónicas, las cuales pueden empezar por las complicaciones de diabéticos, hipertensos y con problemas coronarios que pueden terminar hasta en la fatalidad sin el control pertinente.
Los pacientes crónicos tienen doble padecimiento, la enfermedad y la dificultad para tener el diagnóstico, después el dinero mensual —que en los oncológicos alcanza alrededor de $4000— para cubrir el tratamiento que no llega con regularidad en las farmacias de alto costo del seguro social (IVSS).
Rechaza la contradicción que ocurre cuando se habla de la salud gratuita, pero no se ofrece la atención primaria, consultas de especialistas que —de lograrse— es a varios meses de espera y falta de medicamentos, así como equipos. Lamenta que se trata de un riesgo al que están sometidos desde jóvenes quienes deben dejar de trabajar por la enfermedad y con más vulnerabilidad en adultos mayores, con un ingreso de pensión que ni siquiera les permite cubrir el 10% de tratamiento.
Como un “turismo oncológico”, así define Milagros Seijas, de la Fundación de Pacientes Oncológicos de Venezuela en Lara, las vueltas que deben dar para conseguir las radioterapias gratuitas en otros estados o fuera del país. En servicios privados sobrepasan los $3.000 por 25 a 30 sesiones de radioterapias. “En Lara no hay dolientes para el paciente con cáncer”, dijo Seijas. Deben recurrir a la bondad de centros de salud públicos en Caracas, Maracay, Maracaibo, Mérida y otras ciudades”. Eso es una de las causas del 30% de mortalidad en Lara.
Señala que conocen alrededor de 300 pacientes y ha muerto entre 80 a 90 este 2022. Admite que se desesperan y algunos han recibido tratamiento vencido en la farmacia de alto costo con riesgo a sufrir los efectos secundarios.
El panorama es parecido en los renales. Héctor Colmenares, diputado y presidente de la Fundación Amigos del Paciente Renal en Lara (Fundaprel), dijo que en este año han muerto 198 pacientes y podría llegar a 220 al final del año. Sufren por estar mal dializados, acumular toxinas y líquidos que terminan en neumonía, complicaciones coronarias, Accidente CerebroVascular (ACV), infección por bacterias que ingresan a través del catéter, grave descontrol de la tensión arterial y por la falta de órganos para trasplantes.
La esclerosis múltiple es otra enfermedad que causa estragos. Ha causado discapacidad a la mitad de los 250 pacientes registrados en Venezuela. Miguel Perozo, de la asociación que se ocupa de esta enfermedad en Lara, dijo que el choque entre el sistema inmunológico y el nervioso los condena a complicaciones. Tenían seis años sin tratamiento fijo, lo cual los empeoró y en la actualidad en el IVSS se consiguen interferones genéricos (que ayuda al sistema inmunitario), ideales para los inicios de la esclerosis múltiple. Los avanzados no tienen opciones y se les dificulta la rehabilitación.
Muchos esperan por operación
Colmenares, como diputado del CLEL, conoce de más de 150 solicitudes de ayudas entregadas al legislativo, debido a la tardanza en las intervenciones oftalmológicas.
Reconoce el esfuerzo de autoridades municipales en esta área, pero la mayoría de casos de pacientes con cataratas y demás deficiencias visuales terminarán ciegos porque imploran la atención inmediata, pero hay una lista que llega a superar los tres mil pacientes.
Se pregunta “¿cuándo van a terminar?”, ante la preocupación de pacientes que requieren cirugía, pues sólo practican de cinco a 10 semanal. “No es una respuesta pertinente y oportuna, porque amerita más celeridad”, señala molesto.
Además que sugiere la prioridad de casos, ante las evidentes complicaciones que suelen presentarse en estos largos lapsos de espera. Lamenta esa frustración de quienes se niegan a resignarse y perder su visión en un futuro no muy lejano.