Parroquia San Andres Apostol

19 de Febrero. Comentario a la homilía.

Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto

En qué se nota que somos cristianos? Las creencias, si son auténticas, se traducen en una determinada conducta. Pero una determinada conducta no garantiza de por sí la autenticidad de ciertas creencias. Sabemos bien que Jesucristo subordinó toda norma religiosa al mandamiento del amor, de modo que no tiene sentido cumplir un precepto, por heroico que este sea, si no se hace por amor.

En nuestro itinerario hacia la Cuaresma continuamos escuchando el sermón de la Montaña, que hoy nos habla de no responder al mal con mal y de amar a los enemigos. Jesús lleva a plenitud los mandamientos del Antiguo Testamento introduciéndolos en la lógica de la caridad. Advierte Santo Tomás de Aquino de que la ley nueva es más exigente en lo interior, pero más liviana en lo exterior, que la ley antigua. El problema es que en ocasiones los cristianos hemos acogido con facilidad la parte liviana, pero nos hemos olvidado de la exigente.

A los cristianos debería notársenos que lo somos en que verdaderamente tratamos de orientar nuestra vida desde la exigencia del amor porque confiamos en que el desbordante amor de Dios manifestado en Cristo nos hace capaces de ello.

D. Ignacio Antón O.P.
Fraternidad de Atocha (Madrid)

19 de Febrero – VII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según san Mateo (Mt 5,38-48)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda.

Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque, si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.

La alternativa de Jesús a la Ley

Evangelio (Mateo 5,17-37): La alternativa de Jesús a la ley

Con el evangelio de hoy nos introducimos en la dinámica de las antítesis, que quieren poner de manifiesto la justicia cristiana frente a la justicia del judaísmo que Jesús combate con la pretensión de dejar muchas cosas obsoletas. El próximo domingo culminará este conjunto, uno de los más difíciles del Sermón de la Montaña. Estamos ante una de las partes más significativas del Sermón de la Montaña, que tiene su correspondencia en el Sermón del Llano de Lucas (6,20-49). Sabemos que Jesús no pronuncia este conjunto así, sino que es una composición de la “escuela judeo-cristiana” con que se designa, a veces, el resultado final de la redacción de nuestro evangelio de Mateo. Son distintas fuentes las que le suministran, pero hay que resaltar muy especialmente la fuente de “dichos” (los logia, del famoso documento o evangelio Q). En el caso que nos ocupa nos encontramos con un material muy específico como son las famosas “antítesis”, de las que en este caso se nos ofrecen cuatro. Estas de hoy no las encontraremos en el texto de Lucas, por lo que se piensa en un material que no podemos identificar. En este evangelio, pues se apunta claramente a la praxis cristiana, tal como lo necesita o lo entiende la misma comunidad mateana, que no puede desprenderse de su “judaísmo”, aunque éste sea ya un judaísmo verdaderamente cristiano.

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VI Domingo del Tiempo Ordinario. Comentario bíblico.

“No he venido a abolir, sino a dar plenitud”

Creo que conviene siempre, al iniciar una celebración litúrgica, situarse en posición apropiada y tener en cuenta el gran misterio en el que se pretende participar. Para ello hay que dar todo el relieve a la presencia del Señor (Palabra/Sacramento) actualizando su acción salvífica. En la Const. Sacrosantum Concilium del Vaticano II se nos precisa la potencia de su Acción: “Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en la Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica… presente en el sacrificio de la Misa… en su Palabra, pues cuando se lee en la Iglesia las Sagradas Escrituras, es El quien habla… y en la Comunidad congregada”; y es así como podemos precisar lo que ahí se celebra: “la liturgia como ejercicio del sacerdocio de Cristo” Ciertamente esta reflexión sirve para todas las celebraciones, hecha, claro está, según momento y participantes.

Una palabra más para subrayar la actitud del Pueblo allí reunido: participativa, mentalidad abierta, espíritu de búsqueda, fidelidad al hallazgo… Ya Isaías nos dejó un mensaje en el nombre de Dios: “Y ¿en quién voy a fijarme? En el humilde y abatido que se estremece ante mi Palabra” (66,2).

Estamos ahora en el principio del año litúrgico en el que abundan las enseñanzas de Jesús sin un orden temático, pero sí con la profundidad enteramente nueva del gran Maestro/Pedagogo instruyendo a sus discípulos y a todo el que se encontraba con El. Estamos en el ciclo A y es el evangelista San Mateo el que nos va llevando al feliz encuentro, como le pasó a él.

Después de los capítulos del Nacimiento 1 y 2, nos lleva al encuentro con Juan Bautista (su predicación, el anuncio del Mesías, el Bautismo de Jesús, las tentaciones…) y a la predicación de Jesús (en Galilea, Nazaret, llamado a los 4 primeros discípulos…) y curaciones. Comienza con la predicación profunda: las Bienaventuranzas, los valores de los auténticos discípulos –sal y luz- y la ley, que es la propuesta de hoy.

Fray Francisco Mª. García O.P.
Casa de Ntra. Sra. de Montesclaros

12 de Febrero–VI Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 5,17-37)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno”.

Cantaremos – 5 de Febrero. V Domingo del Tiempo Ordinario /A

Continuamos en el Cap 5 de Mateo. El Evangelio está repleto de vivencias llenas de simbología, que solamente profundizando en ellas es como vamos comprendiendo las enseñanzas de Jesús. Por eso la Iglesia nos va llevando cada día, por medio de la liturgia, a través de los hechos y de la enseñanzas del Señor, para que meditando en su novedosa propuesta nos decidamos a dar respuesta a su llamado para formar parte del reino de Dios.

El reino de Dios, es Dios y su proyecto sobre la historia humana. Jesús lo sabe muy bien, por eso desde pequeño, observa cómo se desenvuelve la vida en la familia, en la aldea donde le tocó vivir. Cuando sea grande, al predicar, enseñará a partir de esas vivencias cotidianas que todos entienden. Desde niño observaba cuál era el lugar más apropiado para colocar el candil, de manera que su luz fuera bien aprovechada en la casa. Más tarde le dirá a sus seguidores: “Ustedes son la luz”…y les recuerda que la luz se enciende para ponerla encima del candelero de manera que ilumine… La luz es la fe, el amor y la vida de cara a la verdad. Las tinieblas son la incredulidad, la cerrazón ante el bien y el Amor.

Explica además: “Si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará?…. En nuestro país, azotado por la escasez, la sal es el producto más barato y cuesta poco. Hoy tenemos refrigeradores, pero en tiempo de Jesús no, y la sal era necesaria para conservar los alimentos. Por eso al pedirnos que seamos Sal, nos está diciendo que debemos ser conservantes para que el mundo no se pudra en la corrupción y en los vicios. Vivimos en la carne, pero no debemos vivir según la carne. Vivimos en la tierra pero estamos llamados a ser ciudadanos del cielo.

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ……………………………………… 272
        • Señor ten piedad- Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino Señor ……………………………………………………  91
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Señor, tu eres nuestra luz ……………………………………………… 171
      • Señor Dios nuestro ………………………………………………………. 169
      • Alabaré ………………………………………………………………………..  17

V Domingo del Tiempo Ordinario. Meditación.

“ Alumbre así vuestra luz a los hombres ”

¿Estamos tranquilos con la manera de vivir la fe en Jesucristo? ¿Contentos con nuestros pastores? Éstas y otras preguntas se hacen oportunas para el día de hoy. Hay muchas personas que necesitan apagar tu luz, tus valores, porque así creen que brillarán más ellos, pero lo cierto es que no es más que una mirada desproporcionada del otro. Sartre en su metafísica decía que el infierno es la mirada del otro.

Lo cierto es que hay muchas maneras de ocultar la luz: las críticas, el rechazo, la envidia, los celos… todo generado por esa mirada desproporcionada que no siempre señala tu realidad personal.

El evangelio de hoy nos invita a ofrecer tu luz por encima de todo. Ser una ciudad habitable en lo alto de un monte donde se pueda admirar junto al paisaje. Sí, digo bien, admirar que es justo lo que adolecemos. Hemos de admirar al otro como criaturas de Dios, imagen y semejanza suya, y como sujeto del amor que merece, sustentado en Cristo Señor nuestro.

Fr. Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

5 de Febrero – V Domingo del Tiempo Ordinario/A

Evangelio según san Mateo (Mt 5,13-16)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.

Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”.

Cantaremos – 29 de Enero . IV Domingo del Tiempo Ordinario /A

En el Sermón de la Montaña, Cristo desborda su corazón revelándonos los misterios del Reino. Nos comunica una chispa de la sabiduría de Dios y nos da la clave de la felicidad. Sólo que con nuestra mentalidad todo lo queremos al instante, de todo pretendemos la respuesta inmediata, todo debe producirnos ganancia, placer y éxito inmediato. Queremos los frutos sin el trabajo de la siembra y de la cosecha. Sin embargo, en la montaña, Jesús nos habla de manera diferente. Nos dice que luchemos hoy para triunfar mañana…que nos neguemos hoy para recibir los frutos después.

Allí Jesús va perfeccionando mandamiento por mandamiento, pues si la Ley de Moisés trataba de hacer bueno al hombre, el Señor quiere algo más: nos pide ser perfectos como su Padre Celestial es perfecto. Estas enseñanzas de Jesús, son algo más que un simple código de ética. Expresan más bien una manera de ser, y la conciencia de esta manera de ser, estalla en las Bienaventuranzas. El Señor nos trazó un programa de vida proponiéndonos una fortaleza que sólo con su gracia es posible. Desde la Montaña nos dejó en claro que el reino de los cielos no se consigue por palancas e influencias…cada uno debe trabajar y ganarse su cosecha.

CANTAREMOS:

      • Vienen con alegría ……………………………………….. 219
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este es el momento ……………………………………..   73
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Otras bienaventuranzas ……………………………….   126
      • Al atardecer de la vida …………………………………      3
      • Si me falta el amor ………………………………………  178