Parroquia San Andres Apostol

Vaticano: Publicado el Estatuto de la Secretaría para la Comunicación

Se publicó este 22 de setiembre el Estatuto de la Secretaria para la Comunicación, (SpC) instituida por el Papa Francisco con el Motu proprio “El actual contexto comunicativo” en junio del 2015, en el ámbito de la reforma de la Curia Romana. El nuevo dicasterio vaticano – se lee en el preámbulo – responde al “actual contexto comunicativo caracterizado por la presencia y el desarrollo de los ‘media’ digitales, por los factores de la convergencia y de la interactividad”. Esta nueva situación comporta una reorganización de los organismos vaticanos y de los entes vinculados con la Santa Sede, para su “integración y gestión unitaria”. El Estatuto, de carácter experimental, tiene una duración de tres años.

Por la tarde, el Papa mantuvo un encuentro con el Prefecto de la  Secretaria para la Comunicación, mons. Dario Edoardo Viganò y con mons. Lucio Adrián Ruiz, Secretario del nuevo dicasterio, junto al Consejo para la Comunicación. Durante el coloquio, caracterizado por la gran cordialidad, el Pontífice entregó el Estatuto de la Secretaria para la Comunicación, que regirá desde el 1° de octubre.

Naturaleza y competencia

El capítulo 1 sobre la “naturaleza y competencia” de la nueva Secretaría para la Comunicación remarca el objetivo principal de unificación de “todas las realidades de la Santa Sede que se ocupan de la comunicación, para que todo el sistema responda de manera coherente a las necesidades de la misión evangelizadora de la Iglesia”. Asimismo la SpC acogerá en el futuro “otros modelos e innovaciones técnicas y formas de comunicación”.

Leer completo el documento en : http://es.radiovaticana.va/news/2016/09/23/publicado_el_estatuto_de_la_secretar%C3%ADa_para_la_comunicaci%C3%B3n/1260183

Cantaremos–XXVI Domingo del Tiempo Ordinario /C

La tragedia de los ricos consiste en que su exceso de bienestar junto a los que pasan hambre es incompatible con el reino de Dios, que quiere ver a todos sus hijos disfrutando de una vida digna. Jesús habla en su parábola de un rico que pertenece al más alto sector de privilegiados Es de los que vive disfrutando la vida mientras afuera de su mansión se la pasa un mendigo, Lázaro “aquél a quien ayuda Dios”, no se viste de lino y púrpura, sino de llagas desagradables. Ya ni siquiera se atreve a pedir ayuda.

La mirada fuerte del Señor está desenmascarando la injusticia de aquella sociedad: los ricos están dentro disfrutando, los pobres están fuera padeciendo. Lázaro muere y entra al seno de Abraham para tomar parte del banquete. Epulón muere y es enterrado con todos los honores pero va al lugar de las sombras donde son conducidos todos los muertos por igual.

Con su parábola Jesús no estaba descubriendo la vida del más allá, sino lo que sucede en Galilea, en el más acá…Por todos lados ve a hombres, mujeres y niños con la necesidad dibujada en sus rostros. Ve a los campesinos llorar de impotencia porque los recaudadores le han quitado lo mejor de sus cosechas. Debemos entender que el reino de Dios no es una buena noticia para todos por igual….. Ni en Galilea, ni en ninguna parte del mundo podrá construirse la vida como la quiere Dios, sino es redimiendo a la humanidad del hambre y la miseria. El lenguaje de Jesús estremece a unos e incomoda a otros…pero no deja  a nadie indiferente.

CANTAREMOS:

      • Somos un pueblo que camina ………………………………… 174
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino ……………………………………………………..  91
        • Santo – Padre nuestro
      • Donde hay caridad y amor ……………………………………..  65
      • Señor, Tú eres nuestra luz ……………………………………. 171
      • Si viene conmigo …………………………………………………. 179

25 de Septiembre – XXVI Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según San Lucas (Lc16,19-31)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’.
El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto'”.

Orden de Predicadores. Lectio Divina.

Descubra la Lectio Divina #OP800

Domingo, Septiembre 18, 2016

Dominica XXV per annum (http://www.op.org/es/lectio/2016-09-18 )

Salir de nuestro egoísmo para pensar en los otros. 

Lectio

Oíd esto, los que pisoteáis a los necesitados y arruináis a los pobres de la tierra,  diciendo: “¿Cuándo pasará la luna nueva, para que vendamos el trigo; y el sábado, para que abramos los almacenes del trigo; para que reduzcamos el peso y aumentemos el precio, falsificando fraudulentamente las balanzas;  para comprar a los pobres por dinero y a los necesitados por un par de zapatos; para que vendamos los desechos del trigo?”  El Señor ha jurado por la gloria de Jacob: “¡No me olvidaré jamás de todas las cosas que han hecho! (Amos 8, 4-7)

Meditatio

Hoy en día los unos aprovechan anchas coyunturas favorables mientras que a los otros se les quita sus posesiones. Muy a menudo nos encontramos corriendo tras beneficios personales sin pensar en los otros. Lo que vale son nuestros intereses propios y los de nuestros familiares. Y todos los medios son buenos para conseguir tal fin incluso si se trata de “sacrificar” vida humana. Los juegos políticos y la salvaguardia de intereses egoístas y privados han vaciado la sociedad de sus valores humanistas y del respeto a la persona, criada a la imagen y al parecido de Dios (cf. Gn 1, 26).
Dios no se mantiene ni sordo ni mudo frente a las injusticias de nuestro tiempo. Desde lo alto del Cielo el Señor mira la raza de los hombres que explotan a los pobres. Y Dios pasa por nosotros para ofrecer justicia a los oprimidos. El mensaje de Amos recuerda nuestro compromiso bautismal puesto que por nuestro bautizo somos sacerdotes, reyes y profetas. Por eso tenemos que tener conciencia de nuestra misión profética en la sociedad actual. Tras Amos, como predicadores, tenemos esta noble misión de denunciar el descuido de ciertas clases que solo piensan en sus beneficios y la rapacidad de todas las personas que hacen altos beneficios a costa de los pobres. Somos llamados a reclamar el respeto del derecho y de la justicia antes que multiplicar la ceremonias religiosas. Así lo dice el sabio de los Proverbios : “ practicar la justicia y el derecho vale, para el Señor, más que el sacrificio” (Pr 21, 3).

El «terremoto cotidiano» de Alepo

Ibrahim Alsabagh  –  16/09/2016. revistahuellas.org

Queridísimos amigos:
Con gran amargura en el corazón recibimos la triste noticia del terremoto en Italia. Inmediatamente ofrecimos nuestras misas, oraciones, sufrimiento y fatiga por las almas de los fallecidos, por los heridos, por los familiares y amigos de las personas y familias afectadas. Seguimos rezando por todos vosotros.
En Alepo vivimos como si hubiera un terremoto continuo que no da señales de ir a acabar, una crisis absurda que dura ya más de cinco años. Continúa nuestro Via crucis y la larga agonía del pueblo sirio. Una agonía lenta. A esta parte del Cuerpo místico de la Iglesia cada vez le falta más aliento, las fuerzas decaen, consumadas por la flagelación de los cuerpos.
El último periodo, concretamente, ha sido de una tristeza infinita por las atrocidades y daños sufridos a causa de las bombas y misiles que siguen cayendo sin tregua en las casas y en las calles. Al visitar las casas afectadas, vemos cómo los daños cada vez son más ingentes, provocados por armas cada vez más sofisticadas y capaces de destruir cada vez más profunda y “cualitativamente”.
El sufrimiento toca cada vez más cerca a los habitantes de Alepo. Para que os hagáis una idea, os cuento tres hechos que han ocurrido últimamente.

Para leer la totalidad del texto, invito a ir a enlace siguiente :

http://www.revistahuellas.org/default.asp?id=418&id_n=8268

Cantaremos – XXV Domingo del Tiempo Ordinario /C

Jesús no pretende alabar las artimañas del administrador  cuanto hacer ver a sus discípulos la sagacidad de aquél hombre  para prever la suerte que tendrá que enfrentar como consecuencia de sus equivocaciones. En diversas ocasiones, Jesús hace reflexionar a sus discípulos para que aprendan a ser astutos y a vivir dentro de la dinámica del reino, en medio de una sociedad bien complicada. Precisamente en tiempos de Jesús, sólo las ricas familias de Jerusalén y los grandes terratenientes de Séforis y Tiberíades podían acumular grandes riquezas; los campesinos apenas lograban ganar algunas monedas de poca denominación y conseguían lo esencial para vivir echando mano del trueque. Es por eso que Jesús habla del dinero con un lenguaje muy personal, como si no conociera el dinero limpio. Sabe muy bien cómo amasan las grandes riquezas aquellos terratenientes y cómo la disfrutan sin la más mínima compasión por los hambrientos.

Lucas recoge las frases de Jesús sin dejar perder su contenido: ” Y Yo les digo que con el dinero sucio se ganen amigos para que cuando les falte, los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es deshonesto en lo mucho”.- Utilicen su riqueza para ayudar a los pobres; gánense su amistad compartiendo con ellos sus bienes, para que a la hora de la muerte, cuando de nada sirven las riquezas, sean acogidos en la casa del Padre.

Las palabras del Señor no fueron bien recibidas.Lucas comenta que había unos fariseos amantes de la riquezas escuchando y se burlaban de él. Sin embargo a ellos sólo les interesaba “cumplir la ley”….La riqueza la consideraban como un signo de que Dios bendecía su vida. Sin embargo, esta larga tradición bíblica no es evangélica y así hay que enseñarlo. Un verdadero seguidor de Cristo no debe hacer lo que le venga en gana con su dinero. Para Jesús, es evidente que, hay una manera justa de hacer dinero, de gastarlo y de disfrutarlo. Y otra manera injusta que es la de olvidar el hambre y la necesidad extrema de muchos.

Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. “No pueden servir a Dios y a la riqueza”.

CANTAREMOS:

      • Reunidos en el nombre del Señor …………………………………. 159
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te ofrecemos Señor …………………………………………………… 186
        • Santo – Padre nuestro
        • La paz – Cordero de Dios
      • Con nosotros está ………………………………………………………  45
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………….. 143
      • Viva Cristo ……………………………………………………………….. 218

18 de Septiembre – XXV Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 16,1-13)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
–¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.
El administrador se puso a echar sus cálculos:
– ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:
¿Cuánto debes a mi amo?
Este respondió:
– Cien barriles de aceite.
El le dijo:
– Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe «cincuenta».
Luego dijo a otro:
– Y tú, ¿cuánto debes?
El contestó:
– Cien fanegas de trigo.
Le dijo:
– Aquí está tu recibo: Escribe «ochenta».
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.

Y yo les digo: Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo.

El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes?

No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”.

La Alegría de la fiesta por el Perdón es lo que la liturgia vive y celebra este domingo

Vos y yo ¿que alegría tenemos y buscamos?, ¿hemos probado ya la alegría del perdón de Dios y del perdón del hermano y al hermano, en este Año de la Misericordia?

Jesús en el Evangelio habla de la alegría del pastor de 100 ovejas cuando encuentra la oveja extraviada. Nos hace pensar en la alegría de la mujer que encuentra la moneda que perdió.  Y en el mismo capítulo 15 de san Lucas, Jesús nos conmueve con la alegría del padre bueno que recibe con los brazos abiertos al hijo pródigo, que se fue mal de la casa paterna. Intenta explicarte a vos y a mí, la alegría que hay en el cielo por un solo pecador que se convierte.

Son experiencias muy concretas de la realidad humana cotidiana, profunda, afectiva. Vos y yo ¿preferiremos quedarnos al margen como simples espectadores del trabajo, las renuncias y riesgos que otros sí asumen para alcanzar la alegría del perdón con la oportunidad que Dios y el hermano nos ofrecen?, ¿no estará incluso la posibilidad de que profundicemos y aumentemos la alegría espiritual del perdón, si ya lo tenemos?

En su exhortación “la alegría del Evangelio” Francisco nos invita a probar la alegría del Encuentro con Jesús, frente a la tristeza que nos deja buscar y probar solamente el sentirse bien que nos vende el mercado.

San Pablo se nos ofrece como testigo de la alegría del perdón. Confiesa haber sido blasfemo, perseguidor y violento, pero fue “misericordiado” para que se conociera la paciencia y magnanimidad de Jesucristo.

¿Seguiré buscando atajos a la felicidad o me pondré finalmente en camino como el Hijo pródigo?, ¿me dejare encontrar por Jesús como esa oveja pérdida o como la moneda? @jesuitaGuillo

http://es.radiovaticana.va/news/2016/09/10/la_alegr%C3%ADa_de_la_fiesta_por_el_perd%C3%B3n_celebra_la_liturgia_/1257099

11 de Septiembre – XXIV Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc  15, 1-32)

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.
¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”.
También les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte que me toca de la herencia’. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a pasar necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.
Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo, y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ “.