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Cantaremos – II Domingo de Adviento /A

El Reinado de Dios nos pide un cambio de mentalidad.

El texto de Mateo propone los elementos en el que podían coincidir: “convertíos porque ha llegado el reinado de Dios”. Esta expresión es cristiana por los cuatro costados, aunque el redactor ha querido incardinar estrechamente a Juan el Bautista con el proyecto y mensaje de Jesús de Nazaret. La “conversión” ( metánoia ) sí es coincidente. Pero debemos estar atentos a no entender esta expresión simplemente como “hacer penitencia”. Es algo más radical y profético: es un cambio de mentalidad de mucho alcance, que sin duda Juan proponía a sus seguidores frente al judaísmo oficial. El que no predicara en Jerusalén, ni en el templo (como tampoco hizo Jesús normalmente) muestra esa radicalidad apocalíptica que algunos han comparado con los sectarios judíos de Qumrán. No está claro que Juan perteneciera a esa secta. pero. podía haberse dado algunos contactos. Elegir el desierto y el Jordán para el bautismo era como querer vivir la experiencia de un nuevo éxodo, de una nueva entrada en la tierra prometida, de recomenzar las relaciones con Dios con una nueva vivencia de alianza. Estos símbolos no son despreciables significativamente. y por eso Jesús se acercó a Juan que tenía fama de profeta entre el pueblo sencillo.

El caso de Juan es típico del hombre que está en desierto, que anhela una historia nueva y renovada, pero que usa para ello las armas propias de los apocalípticos: el hacha que corta la raíz, que destruye para renovar ¡Eso asusta! En todo caso, sus discurso es absolutamente teológico -desde la teología de un evangelio tan característico como el de Mateo -; de nada vale ser un hijo de Abrahán, tener el privilegio de pertenecer al pueblo escogido como los fariseos y saduceos que venían a bautizarse, porque Dios puede hacer hijos de Abrahán de las piedras. Efectivamente, el que debe venir, traerá el Espíritu, y con el Espíritu, todos pueden tener el privilegio del que se habían adueñado unos pocos. Y eso vuelve a repetirse siempre en los ámbitos institucionales religiosos. Es necesaria una conversión radical para que lo santo tenga sentido. Juan no tenía, así lo confiesa, las soluciones a mano; pero él sabe que Dios sí las tiene, y así las propone por medio de Jesús. La conversión, en este caso, es lo mismo que Isaías manifestaba en torno al “conocimiento de Dios”. Con Juan se cierra el Antiguo Testamento, desde la visión cristiana; con Juan acaba la historia de privilegios que el judaísmo oficial había montado en torno a lo santo y lo profano. El solamente diseña la última posibilidad de subsistir: un cambio, una nueva mentalidad, un nuevo rumbo, porque a partir de ahora Dios no va a dejarse manejar de cualquier manera.

 Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Cantaremos–XXXIV Domingo . Festividad de Jesucristo Rey del Universo .

El Salvador crucificado, ese es nuestro rey

Este relato majestuoso tiene muy poco de deshonor. Lucas no entiende la muerte de Jesús como un fracaso. Y no lo es en verdad. Es el momento supremo de la entrega a una causa por la que merece dar la vida. Cuando todos los que están al lado de la cruz le han retado a que salve tal como ellos entienden la salvación, Jesús se niega a aceptarlo. Cuando alguien, destrozado, aunque haya sido un bandido o malhechor, le ruega, le pide, le suplica, ofrece todo lo que es y todo lo que tiene.

Desde su impotencia de crucificado, pero de Señor verdadero, ofrece perdón, misericordia y salvación.

Esta teología de la cruz es la clave para entender adecuadamente a Jesucristo como Rey del universo. Es un rey sin poder, es decir, el “sin-poder” del amor, de la verdad y del evangelio como buena nueva para todos los que necesitan su ayuda. “Hoy estarás conmigo en el paraíso” es la afirmación más rotunda de lo que este rey crucificado ofrece de verdad. No es la conquista del mundo, sino de nuestra propia vida más allá de este mundo.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • Un pueblo que camina por el mundo ………………………….. 207
      • Una espiga …………………………………………………………….. 265
        • A Ti levanto mis ojos
      • Señor Dios nuestro …………………………………………………. 169
      • Tú reinarás ……………………………………………………………. 184

Cantaremos. XXXII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Hemos sido creados para la vida, no para la muerte.

Es verdad que sobre la otra vida, sobre la resurrección, debemos aprender muchas cosas y, sobre todo, debemos “repensar” con radicalidad este gran misterio de la vida cristiana. No podemos hacer afirmaciones y proclamar tópicos como si nada hubiera cambiado en la teología y en la cultura actual. Jesús, en su enfrentamiento con los saduceos, no solamente se permite desmontarles su ideología cerrada y tradicional, materialista y “atea” en cierta forma. También corrige la mentalidad de los fariseos que pensaban que en la otra vida todo debía ser como en ésta o algo parecido. Debemos estar abiertos a no especular con que la resurrección tiene que ocurrir al final de los tiempos y a que se junten las cenizas de millones y millones de seres. Debemos estar abiertos que creer en la resurrección como un don de Dios, como un regalo, como el final de su obra creadora en nosotros, no después de toda una eternidad, de años sin sentido, sino en el mismo momento de la muerte. Y debemos estar abiertos a “repensar”, como Jesús nos enseña en este episodio, que nuestra vida debe ser muy distinta a ésta que tanto nos seduce, aunque seamos las mismas personas, nosotros mismos, los que hemos de ser resucitados y no otros. Debemos, a su vez, “repensar” cómo debemos relacionarnos con nuestros seres queridos que ya no están con nosotros y hacer del cristianismo una religión coherente con la posibilidad de una vida después de la muerte. Y esto, desde luego, no habrá teoría científica que lo pueda explicar. Será la fe, precisamente la fe, lo que le faltaba a los saduceos, el gran reto a nuestra cultura y a nuestra mentalidad deshumanizada. No seremos, de verdad, lo que debemos de ser hasta que no sepamos pasar por la muerte como el verdadero nacimiento. Si negamos la resurrección, negamos a nuestro Dios, al Dios de Jesús que es un Dios de vivos y que da la vida verdadera en la verdadera muerte.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • Vienen con alegría ………………………………..    
      • Una espiga …………………………………………..205   
      • Pescador de hombres ………………………….…128  
      • Viva Cristo ………………………………………….. 218

Cantaremos. XXXI Domingo del Tiempo Ordinario /C

La Liturgia nos invita a no tener miedo de ir a lo más interno de nosotros mismos para descubrir la necesidad de transformación que llevamos dentro.

Zaqueo es un hombre que sólo ha servido al Dios dinero. Por eso mismo es una persona insatisfecha. Su vida se ha quedado atrapada en la inhumanidad. El Evangelio lo describe como bajo de estatura. ¿Será que la estatura humana tiene el tamaño de la dignidad, libertad y generosidad que poseamos? Pero este hombre encontró en Jesús un nuevo motivo para vivir.

El encuentro con Jesús lo cambió por completo. Su estatura también cambió. De ahora en adelante su estatura será la alegría, la generosidad y la libertad. Y es que si permitimos la entrada de Dios en nuestra vida, a nuestra familia, a nuestro trabajo y a nuestra comunidad eclesial o religiosa, todo se transformará. La amistad con Dios sólo da lugar a la comunión, fraternidad y solidaridad.

Muchas veces nos dejamos atrapar por nuestras rutinas dañinas, aunque no las veamos, ni midamos el daño que producen. Con el paso del tiempo terminamos acostumbrándonos a lo que somos y hacemos. Incluso, llegamos a convencernos que es demasiado tarde para cambiar. Y por ello nos cerramos a la novedad de Dios y a la novedad de la vida. Que rompamos nuestros cercos para exponernos al fuego de la Palabra, para que nos convirtamos en auténticos hijos de Dios y hermanos de los demás.

P. Gustavo Albarrán, sj. (Pan Diario de la Palabra)

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ………………………….     
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino ………………………………………………..    
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Pescador ………………………………………………………..    
      • Señor tu eres nuestra luz …………………………………    
      • Alabaré …………………………………………………………     

Cantaremos–XXX Domingo del Tiempo Ordinario /C

Lo que para Lucas proclama Jesús delante de los que le escuchan es tan revolucionario que necesariamente debía llevarle a la muerte y, sin embargo, hasta un niño estaría de parte de Jesús, porque no es razonable que el fariseo “excomulgue” a su compañero de plegaria. Pero la ceguera religiosa es a veces tan dura, que lo bueno es siempre malo para algunos y lo malo es siempre bueno. Lo bueno es lo que ellos hacen; lo malo lo que hacen los otros. ¿Por qué? Porque la religión del fariseo se fundamenta en una seguridad viciada y se hace monólogo de uno mismo. Es una patología subjetiva envuelta en el celofán de lo religioso desde donde ve a Dios y a los otros como uno quiere verlos y no como son en verdad. En realidad solamente se está viendo a sí mismo. Esto es más frecuente de lo que pensamos. Por el contrario, el publicano tendrá un verdadero diálogo con Dios, un diálogo personal donde descubre su “necesidad” perentoria y donde Dios se deja descubrir desde lo mejor que ofrece al hombre. El fariseo, claramente, le está pasando factura a Dios. Esto es patente y esa es la razón de su religiosidad. El publicano, por el contrario, pide humildemente a Dios su factura para pagarla. El fariseo no quiere pagar factura porque considera que ya lo ha hecho con los “diezmos y primicias” y ayunos, precisamente lo que Dios no tiene en cuenta o no necesita. Eso se han inventado como sucedáneo de la verdadera religiosidad del corazón.

El fariseo, en vez de confrontarse con Dios y con él mismo, se confronta con el pecador; aquí hay un su vicio religioso radical. El pecador que está al fondo y no se atreve a levantar sus ojos, se confronta con Dios y consigo mismo y ahí está la explicación de por qué Jesús está más cerca de él que del fariseo. El pecador ha sabido entender a Dios como misericordia y como bondad. El fariseo, por el contrario, nunca ha entendido a Dios humana y rectamente. Éste extrae de su propia justicia la razón de su salvación y de su felicidad; el publicano solamente se fía del amor y de la misericordia de Dios. El fariseo, que no sabe encontrar a Dios, tampoco sabe encontrar a su prójimo porque nunca cambiará en sus juicios negativos sobre él. El publicano, por el contrario, no tiene nada contra el que se considera justo, porque ha encontrado en Dios muchas razones para pensar bien de todos. El fariseo ha hecho del vicio virtud; el publicano ha hecho de la religión una necesidad de curación verdadera. Solamente dice una oración, en muy pocas palabras: “ten piedad de mí porque soy un pecador”. La retahíla de cosas que el fariseo pronuncia en su plegaria han dejado su oración en un vacío y son el reflejo de una religión que no une con Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • Reunidos en nombre del Señor ……………………………….. 159
        • Ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Los frutos de la tierra………………………………………………     
        • Santo – Padre nuestro
        • Dame la Paz hermano – Cordero de Dios
      • Vaso nuevo …….……………………………………………………. 221
      • Por Ti Señor ………………………………………………………… 134
      • Viva Cristo …………………………………………………………… 218

Cantaremos – XXIX Domingo del Tiempo Ordinario/C

El evangelio de este domingo nos hace escuchar el grito de todos los que piden justicia. La viuda, símbolo del desamparo y la impotencia, representa hoy a tantas víctimas sepultadas en las cárceles, abandonadas al autoritarismo totalitario del Poder, a la carencia absoluta de moral de los jueces y a la violencia de sus carceleros.

Bíblicamente, la viuda es símbolo de la persona desamparada. Está sola, no tiene quien la ayude ni quien la defienda. Su súplica es la de todos los pobres y oprimidos…. como la de tantos de los que abundan en nuestra tierra y deambulan por nuestras calles….. Por otra parte, al juez sin principios ni religión no le importa para nada el sufrimiento de las víctimas ni el de su familia. Su interés está centrado en la jugosa remuneración material que recibe. Sólo piensa en enriquecerse más.

Para muchos de los que habitan este planeta, la vida es una larga noche en el más oscuro calabozo. El mensaje de Jesucristo resucitado de una muerte injusta, es la mejor señal de la victoria del bien sobre el mal. Lamentablemente, mientras tanto, los humanos esperamos impacientes ante el silencio de Dios….y escuchamos por todos lados frases llenas de desilusión. Tal vez nuestra oración es cómoda y equivocada: pedimos a Dios que intervenga y haga lo que nos toca a nosotros: trabajar para construir un mundo más justo y solidario, no a punta de limosnas populistas, sino entregando a los hermanos las herramientas para construirse una vida digna que tenga su continuidad en una eternidad feliz. Hemos de comenzar por repartir Valores, no paupérrimos valores.

CANTAREMOS:

      • Que alegría cuando me dijeron ………………………………….. 141
      • Te vengo a ofrecer
      • Con nosotros está …………………………………………………….  45
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………… 193
      • Viva Cristo …………………………………………………………….. 218

Cantaremos–XVIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Levántate, vete; tu fe te ha salvado

El relato de los leprosos curados por Jesús, tal como lo trasmite Lucas, que es el evangelio del día, quiere enlazar de alguna manera con la primera lectura, aunque es este evangelio el que ha inducido, sin duda, la elección del texto de Eliseo. Y tenemos que poner de manifiesto, como uno de los elementos más estimados, la acción de gracias de alguien que es extranjero, como sucede con Naamán el sirio y con este samaritano que vuelve para dar gracias a Jesús. El texto es peculiar de Lucas, aunque pudiera ser una variante de Mc 1,40-45 y del mismo Lc 5,12-16. No encontramos en el territorio entre Galilea y Samaría, cuando ya Jesús está camino de Jerusalén desde hace tiempo. Lo de menos es la geografía, y lo decisivo la acción de gracias del extranjero samaritano, mientras que los otros, muy probablemente judíos (eso es lo que se quiere insinuar), al ser curados, se olvidan que han compartido con el extranjero la misma ignominia del mal de la lepra.

Es, pues, ese maldito samaritano quien muestra un acto religioso por excelencia: la acción de gracias a quien le ha dado vida verdadera: a Jesús y a su Dios. El Dios de Jesús, desde luego, no siempre coincide con el Dios de la ley, de los ritos y de los mitos. Es el Dios personal que, con entrañas de misericordia, acoge a todos los desvalidos y a todos los que la sociedad margina en nombre, incluso, de lo más sagrado. La lepra en aquella época, por impura, alejaba de la comunidad santa de Israel. Pero en el evangelio se nos quiera decir que no alejaba del Dios vivo y verdadero. Por eso el samaritano-hereje -sin religión verdadera para la teología oficial del judaísmo-, expresa su religión de corazón agradecido y humano. Porque una religión sin corazón, sin humanidad, sin entrañas, no es una verdadera religión.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • Iglesia peregrina ……………………………………… 108
        • Ten piedad- Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Tu pones lo demás ………………………………….. 190
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Vaso nuevo ……………………………………………. 221
      • Tan cerca de mi …………………………………….. 193
      • Alabaré …………………………………………………   17

Cantaremos – XXVII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Jesús es realmente sorprendente.. viene a este mundo para enseñarnos al Padre, para mostrarnos cómo es realmente Dios. Nadie lo pudo hacer antes, ni lo hará después mejor que él. Llama a un grupo de hombres para entrenarlos y entregarles la misión de continuar su obra. Aquellos hombres, no son ciertamente, ni por preparación, ni por talento lo más destacado de este mundo. Cualquiera de nosotros que intente decir lo contrario, estaría haciéndole un flaco favor a la incomparable labor que hizo el Señor con tan pobre materia prima.

Aquellos hombres, limitados en las categorías humanas, amaban al Señor.  Tal vez no le comprendieron en vida, y su muerte los dejó más desorientados y aturdidos de lo que podemos imaginar. Pero cuando Jesús hablaba, cuando enseñaba – ¡todo en su vida era una enseñanza!-  ellos le contemplaban, le admiraban y a un cierto momento, ante el reto que se les plantea, le hacen al Maestro una petición: “Señor, auméntanos la fe”. Se dan cuenta que su fe es débil, demasiado pequeña para lo que ya en cierta manera intuían como una misión  superior a su capacidad y a sus fuerzas.

Han pasado poco más de veinte siglos, y su iglesia tiene una abultada historia de encuentros y desencuentros, de entregas y traiciones, de luces y tinieblas…. La Iglesia cuenta con historia de vidas hermosas y edificantes, con hombres y mujeres de recia virtud, pero no está ausente la lastimosa miseria humana. En una empresa de dimensiones eternas contamos con el terrible límite de lo humano… Caminar al ritmo de Jesús no es nada fácil.. y tenemos que aprender el difícil arte de caminar a su lado, el arte silencioso de la escucha de su palabra que a veces retumba inquietante y otras se pierde en el silencio de la soledad interior.  ¡Tenemos que aprender a vivir una vida más evangélica y menos atada a los cálculos humanos, el amor del discípulo y la pasión por la misión del apóstol!  Necesitamos una Fe contagiosa,  porque nuestro mundo está seco y nuestras comunidades necesitan su gracia para contagiar la luz de su evangelio y creer en la verdad de sus promesas.

CANTAREMOS:

      • Que alegría cuando me dijeron ………………………………… 141
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te vengo a ofrecer …………………………………………………     
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Pescador de hombres …………………………………………….     
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………. 193
      • Viva Cristo ……………………………………………………………  218

Cantaremos–XXVI Domingo del Tiempo Ordinario /C

La tragedia de los ricos consiste en que su exceso de bienestar junto a los que pasan hambre es incompatible con el reino de Dios, que quiere ver a todos sus hijos disfrutando de una vida digna. Jesús habla en su parábola de un rico que pertenece al más alto sector de privilegiados Es de los que vive disfrutando la vida mientras afuera de su mansión se la pasa un mendigo, Lázaro “aquél a quien ayuda Dios”, no se viste de lino y púrpura, sino de llagas desagradables. Ya ni siquiera se atreve a pedir ayuda.

La mirada fuerte del Señor está desenmascarando la injusticia de aquella sociedad: los ricos están dentro disfrutando, los pobres están fuera padeciendo. Lázaro muere y entra al seno de Abraham para tomar parte del banquete. Epulón muere y es enterrado con todos los honores pero va al lugar de las sombras donde son conducidos todos los muertos por igual.

Con su parábola Jesús no estaba descubriendo la vida del más allá, sino lo que sucede en Galilea, en el más acá…Por todos lados ve a hombres, mujeres y niños con la necesidad dibujada en sus rostros. Ve a los campesinos llorar de impotencia porque los recaudadores le han quitado lo mejor de sus cosechas. Debemos entender que el reino de Dios no es una buena noticia para todos por igual….. Ni en Galilea, ni en ninguna parte del mundo podrá construirse la vida como la quiere Dios, sino es redimiendo a la humanidad del hambre y la miseria. El lenguaje de Jesús estremece a unos e incomoda a otros…pero no deja  a nadie indiferente.

CANTAREMOS:

      • Somos un pueblo que camina ………………………………… 174
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino ……………………………………………………..  91
        • Santo – Padre nuestro
      • Donde hay caridad y amor ……………………………………..  65
      • Señor, Tú eres nuestra luz ……………………………………. 171
      • Si viene conmigo …………………………………………………. 179