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"Tres días intensos que nos hablan de la misericordia de Dios". El Triduo Pascual en la Catequesis del Papa

Papa_Francisco(RV).– En la Audiencia General del miércoles santo, el Papa Francisco reflexionó sobre la misericordia de Dios, que “en este día introduce al Triduo Pascual”, y se detuvo a explicar detalladamente el “gran misterio de amor y de misericordia de Dios”, advirtiendo que “nuestras palabras son pobres e insuficientes para expresarlo en plenitud”.

“Queridos hermanos y hermanas: Nuestra reflexión de hoy nos introduce en el Triduo Pascual. Tres días intensos que nos hablan de la misericordia de Dios, pues hacen visible hasta dónde puede llegar su amor por nosotros. El Evangelio de san Juan dice: «Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo», los amó hasta el fin. El Triduo Pascual es el memorial de un drama de amor que nos da la certeza que nunca seremos abandonados en las pruebas de la vida”.

“Un amor que va hasta el fin sin fin”. Citando a San Agustín, el pontífice especificó que la pasión de Jesús dura “hasta el fin” porque es un “compartir con” los sufrimientos de toda la humanidad, y es una “presencia permanente” en la vida de cada uno de nosotros.

“El Jueves Santo, con la institución de la Eucaristía y el lavatorio de los pies, Jesús nos enseña que la Eucaristía es el amor que se hace servicio”. El Papa explicó que la Eucaristía es la presencia sublime de Cristo, porque precisamente en el darse a nosotros como alimento, testimonia que debemos aprender a compartir este alimento con los demás, para que se convierta en una verdadera comunión de vida “con cuantos tienen necesidad”. Jesús enseña en primera persona a los discípulos cómo deben actuar, y así, “se dona a nosotros, y nos pide que permanezcamos en Él, para que hagamos lo mismo”.

“El Viernes Santo, llegamos al momento culminante del amor, un amor que quiere abrazar a todos sin excluir a nadie con una entrega absoluta”. El Santo Padre reiteró que la muerte de Jesús en la cruz, para ofrecer la salvación al mundo entero, expresa el amor donado “hasta el fin”. “Si Dios nos ha demostrado su amor supremo en la muerte de Jesús – dijo- entonces nosotros, regenerados por el Espíritu Santo, podemos y debemos amarnos los unos a los otros”.

“El Sábado Santo, es el día del silencio de Dios, Jesús comparte con toda la humanidad el drama de la muerte, no dejando ningún espacio donde no llegue la misericordia infinita de Dios. En este día, el amor no duda, como María, la primera creyente, ella no dudó, guardó silencio y esperó. El amor espera confiado en la palabra del Señor hasta que Cristo resucite esplendente el día de Pascua”. Leer más

Catequesis del Papa: Pascua, experiencia plena y definitiva del amor misericordioso de Dios

(RV).- “Dios no está ausente, ni siquiera hoy en estas dramáticas situaciones, Dios está cerca, y hace obras grandes de salvación para quien confía en Él. No se debe ceder a la desesperación, sino continuar a estar seguros que el bien vence al mal y que el Señor secará toda lágrima y nos liberará de todo temor”, es el anuncio de consolación del Papa Francisco en la Audiencia General del tercer miércoles de marzo, donde explicó la relación entre “misericordia y consolación”.

Continuando su ciclo de catequesis sobre la misericordia en la Sagrada Escritura, el Obispo de Roma recordó la historia del pueblo de Israel durante el exilio, descrito en el “libro de la consolación” del profeta Jeremías, en el cual “la misericordia de Dios se presenta con toda su capacidad de confrontar y abrir el corazón de los afligidos a la esperanza”. El Pontífice agregó que “el exilio había sido una experiencia catastrófica para Israel. La fe había vacilado porque en tierra extranjera, sin el templo, sin el culto, después de haber visto el país destruido, era difícil continuar creyendo en la bondad del Señor”.

También nosotros podemos vivir a veces una especie de exilio – afirmó el Sucesor de Pedro – cuando la soledad, el sufrimiento, la muerte nos hacen pensar de haber sido abandonados por Dios. Cuántas veces hemos escuchado esta palabra: “Dios se ha olvidado de mi”. Y ante las dramáticas situaciones que suceden en nuestro tiempo, dijo el Papa, uno puede preguntarse: ¿Dónde está Dios? ¿Cómo es posible que tanto sufrimiento pueda golpear a hombres, mujeres y niños inocentes?

El profeta Jeremías – señaló el Santo Padre – nos da una primera respuesta. “El pueblo exiliado podrá regresar a ver su tierra y a experimentar la misericordia del Señor. Es el gran anuncio de consolación: Dios no está ausente, ni siquiera hoy en estas dramáticas situaciones, Dios está cerca, y hace obras grandes de salvación para quien confía en Él. No se debe ceder a la desesperación, sino continuar a estar seguros que el bien vence al mal y que el Señor secará toda lágrima y nos liberará de todo temor”. Porque el Señor es fiel, no abandona en la desolación. Dios ama con un amor sin fin, que ni siquiera el pecado puede frenar, y gracias a Él el corazón del hombre se llena de alegría y de consolación.

Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco puntualizó que “el regreso de los exiliados es un gran símbolo de la consolación dado al corazón que se convierte”. Y es el Señor Jesús, dijo el Pontífice, quien ha llevado a cumplimiento este mensaje del profeta. “El verdadero y radical regreso del exilio y la confortante luz después de la oscuridad de la crisis de fe, se realiza en la Pascua, en la experiencia llena y definitiva del amor de Dios, amor misericordioso que dona alegría, paz y vida eterna”.

http://es.radiovaticana.va/news/2016/03/16/catequesis_papa_francisco_misericordia_consolacion_jubileo/1215706

Reflexión de Fin de Año.

Santos, Ahora Mismo.

Lo que hace falta hoy, son santos. Tal es una convicción actual de gran eficacia, repitiendo palabras frecuentes del “dulce Cristo en la tierra”.

Una silueta moderna del santo actual, fue configurada por el gran teólogo H. de Lubac, a raíz del Concilio Vaticano II. La tituló “Los Santos de mañana”. Este mañana es ya hoy. Decían así aquellas humildes sugerencias:

Los santos de mañana escapan a toda previsión y a toda mirada profética.

No es difícil, sin embargo, aventurar cierto número de rasgos que los caracterizarán: No serán ideólogos. No buscarán definir en sí mismos un nuevo tipo de santo, de sacerdote, de laico.

Si realizan grandes hazañas, no lo harán disertando sobre el valor de atreverse. Si aportan algo nuevo, si abren perspectivas inéditas, no las abrirán con generalidades verbales sobre la necesidad de crearlas e inventarlas.

No imaginarán que ceden una necesidad infantil de seguridad al unirse a la tradición de la Iglesia; esa tradición no será para ellos un peso sino una fuerza.

Quizá algunos de ellos serán reformadores. Quizá tendrán que mostrarse severos; pero no serán reformistas. Sus severidades no serán negativas, y su obre de reforma no será a base de resentimiento.

No cederán a la facilidad engañosa y esterilizante de las oposiciones puestas por hombres sin experiencia y sin conocimiento de la historia, entre el amor de Dios y el del prójimo, entre la oración y la acción, entre la vida interior y la presencia en el mundo.

No confundirán la apertura a la vida con la disolución del pecado, ni la idolatría del hombre con la caridad fraterna: no pretenderán superar el Evangelio.

Estos santos del mañana sabrán que pensar, si llegan a ocuparse de las fraseologías que nuestra época, como las demás, echa infatigablemente al mundo; y cuyo fruto más claro es arrancarnos la divina sencillez de la fe y de la vida cristiana.

Habrá sin duda entre estos santos algunos sabios y otros que no lo sean. Pero aún los más sabios, y los más espontáneamente a tono con todos los progresos humanos de su tiempo, no abrigarán sentimiento alguno de superioridad en su fe, sobre los creyentes que le hayan precedido. Y en cuanto a los menos sabios, podrán decir a cuantos quieran oirles, sin sufrir ante ellos ningún complejo de inferioridad, lo de aquel cristiano de los primeros siglos : ”Nosotros discurseamos poco, pero vivimos”.

Este boceto negativo inicial no pretende ser un retrato. No es más que la ausencia de algunos rasgos negativos que hay que eliminar desde el principio para evitar errores demasiados crasos.

¿Cómo será, pues, ese santo? Este hombre nuevo, este santo, por diferente que sea de sus antecesores, reproducirá sus rasgos esenciales; será pobre, humilde desposeído. Tendré el espíritu de de la bienaventuranzas. No maldecirá ni adulará. Amará.

Tomará el Evangelio a la letra, es decir, en su rigor. Una dura ascesis le habrá liberado de sí. Habrá heredado toda la fe de Israel, pero acordándose de que ha pasado por Jesús. Tomará sobre sí la cruz del Salvador y se esforzará por seguirle.

A su manera, imprevisible, nos dirá como Clemente de Alejandría: “Una luz ha brillado en nuestro cielo, más pura que la luz del sol, y más dulce que la vida de aquí abajo” . Y ese santo de mañana hará penetrar en nuestra noche un rayo de luz.

Intelectual o de poca cultura, será siempre ejemplo y estímulo. Dócil al Espíritu, no se dejará seducir ni sorprender por novedades, ni tampoco asustar por renovaciones audaces.

Quizá padezca sufrimiento, abandono, soledad.

Será otro Cristo. A través de él veremos el rostro de Dios.

Colofón del libro “LOS SANTOS” Noticia diaria de Valeriano Ordoñez, s.j. pp.448
1980 Editorial Herder S.A. Barcelona.

Homilía del papa Francisco en la fiesta de la Sagrada Familia

Icone of Holy Family during the vigilia of pray before the Synod of familyEn el marco del Jubileo de las Familias, celebrado con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia en la basílica de San Pedro, el papa Francisco señaló este domingo la misión de la célula fundamental de la sociedad sobre la cual se construyen los Estados y la Iglesia.

Durante su homilía, el Pontífice destacó el papel formativo que desempeña la familia especialmente en lo que se refiere a la fe, la oración y el perdón. Además, invitó a caminar juntos a los padres y a los hijos, para alcanzar la misma meta.

A continuación, publicamos las palabras del Santo Padre:

Las Lecturas bíblicas que hemos escuchado nos presentan la imagen de dos familias que hacen su peregrinación hacia la casa de Dios. Elcaná y Ana llevan a su hijo Samuel al templo de Siló y lo consagran al Señor (cf. 1 S 1,20- 22,24-28). Del mismo modo, José y María, junto con Jesús, se ponen en marcha hacia Jerusalén para la fiesta de Pascua (cf. Lc 2,41-52).

Podemos ver a menudo a los peregrinos que acuden a los santuarios y lugares entrañables para la piedad popular. En estos días, muchos han puesto en camino para llegar a la Puerta Santa abierta en todas las catedrales del mundo y también en tantos santuarios. Pero lo más hermoso que hoy pone de relieve la Palabra de Dios es que la peregrinación la hace toda la familia. Papá, mamá y los hijos, van juntos a la casa del Señor para santificar la fiesta con la oración. Es una lección importante que se ofrece también a nuestras familias. Es más, podemos decir que la vida de la familia es un conjunto de pequeñas y grandes peregrinaciones.

Por ejemplo, cuánto bien nos hace pensar que María y José enseñaron a Jesús a decir sus oraciones, y esta es una peregrinación, la peregrinación de la educación a la oración. Y también nos hace bien saber que durante la jornada rezaban juntos; y que el sábado iban juntos a la sinagoga para escuchar las Escrituras de la Ley y los Profetas, y alabar al Señor con todo el pueblo. Y, durante la peregrinación a Jerusalén, ciertamente han rezado cantando con las palabras del Salmo: «¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén» (122,1-2). Leer más

Niños en situación de riesgo de Vargas tienen un aliado.

El Nacional – DALILA ITRIAGO – 13 DE OCTUBRE 2015 – 12:01 AM

En 1999 la montaña se vino abajo y arrasó con la costa de Vargas. Con la misma fuerza de la naturaleza nació en el sector Las Tunitas, Catia La Mar, la Casa Hogar Padre Luciano. Su vocación es de siembra y arraigo, y tiene el propósito de dar cobijo, alimentación y educación a niños de entre 0 y 12 años de edad.

PbroLucianoEl padre salesiano Luciano Costalunga, oriundo de la provincia de Verona, Italia, fue párroco de la iglesia María Auxiliadora de Las Tunitas entre 1986 y 1991. Conocía los problemas de la comunidad y había observado cómo la lluvia destrozó cientos de casas. Por ello, le confió a su grupo de catequistas la urgencia de crear un proyecto de ayuda para los más necesitados: los niños huérfanos.

Con esa inquietud viajó a Italia. Les comentó la iniciativa a familiares, así como al sacerdote de su pueblo, en Verona. Gracias a la ayuda que recibió de ellos y de su amigo Mario Fochesatto, Costalunga compró “un rancho pequeñito de cuatro tablas”, en Las Tunitas. Luego, gracias a “la divina misericordia” y al aporte de la empresa privada, la casa inicial fue sustituida por una infraestructura más espaciosa, añade.

Zenaida Noguera, directora de la institución, refiere que en 15 años de trabajo han atendido a cerca de 100 niños. No se ufanan por las cifras. Al contrario, lamentan que el espacio físico solo les permita ofrecer una atención de calidad a un máximo de 20 niños.

“Buscamos que ellos sientan que esta es su casa, su familia. Acá los alimentamos, los vestimos, les garantizamos sus estudios y les damos mucho amor porque nos mueve la vocación de servicio. De hecho, las seis personas que laboran acá lo hacen de manera voluntaria”, indica Noguera,  maestra de preescolar.

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8 de Marzo–2ª Lectura.

  • 2ª Lectura: Iª Corintios (1,22-25): Dios habla desde la sabiduría de la cruz

II.1 La segunda lectura nos propone la sabiduría de la cruz. Es un pasaje de la carta en donde Pablo afronta el problema de la división de la comunidad en distintas facciones que se remiten a personajes del cristianismo primitivo; unos a Pablo, otros a Pedro, otros a Apolo; e incluso otros (muy probablemente el mismo Pablo) a Cristo como el único que puede dar consistencia a nuestra fe. El texto de hoy forma parte de un gran conjunto (1Cor 1-4) que el apóstol afronta por informaciones de las “gentes de Cloe”, quizás una de las comunidades domésticas. Y en vez de una reprimenda moralizante y sin sentido propone, para la unidad y la comunión de la comunidad, que “crux sola nostra theologia”, como decía Lutero. En la cruz, las divisiones, los partidos, los grupos de élite de una comunidad, quedan a la altura de nuestras propias miserias.

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Miércoles de ceniza. Meditación.

Hoy, miércoles de ceniza, comenzamos la cuaresma. Un tiempo litúrgico fuerte caracterizado por la penitencia y la práctica de la limosna, la oración y el ayuno. Pero, ¿qué sentido tienen los signos externos? ¿Son reflejo de la vivencia interior?

  • «Convertíos (a mí) de todo corazón»

El profeta Joel nos presenta un texto cargado de penitencia: ayuno, llanto, luto… Sin embargo, leído pausadamente, dejando que cada verso cale en nuestro interior, nos llama la atención que el que es voz de Dios nos está diciendo que nos convirtamos y que lo hagamos de corazón, desde dentro. Es decir, nos interpela a que siendo cristianos nos convirtamos al cristianismo. Dicho así es como decirnos que siendo “x” nos convirtamos a “x”. Entendamos el planteamiento pues si ya soy algo no puedo convertirme de nuevo en ese algo que ya soy.
¿De dónde procede el nombre de la religión que profesamos? De Cristo. Entonces, ¿siendo cristiano puedes convertirte a Cristo? Sí, siendo “x” puedo convertirme a “X”. Eso es lo que pretende decirnos el profeta Joel cuando dice que nos rasguemos los corazones y no las vestiduras. Si estamos dispuestos a convertirnos a Cristo de corazón, entonces sí tienen sentido todos los signos externos que hagamos. De otra manera ayunar, llorar o ir cubierto de saco y ceniza sería lo mismo que no hacer nada.

Esta es la primera penitencia que debemos hacer: reconocer nuestro pecado, el alejamiento de Dios. Un distanciamiento de Él que hemos provocado nosotros mismos al no querer escucharlo en el clamor del pueblo, en los signos de los tiempos, en nuestros anhelos… Sólo cuando nos damos cuenta de ese alejamiento es cuando somos capaces de pedir misericordia (el amor que nace del corazón de Dios); pedimos que Dios cree en nosotros un corazón puro renovado desde dentro con espíritu firme y generoso.

Cuando nos convertimos a Cristo, nuestro corazón late sincronizado con el de Dios y sentimos de nuevo la alegría de la salvación.

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La Virgen de Coromoto y el bautismo.

REFLEXIONES PARA LA CATEQUESIS DEL DÍA 17 DE SEPTIEMBRE, PRIMER DÍA DEL TRIDUO EN PREPARACIÓN A LA CELEBRACIÓN DE N. S. DE COROMOTO.

 

Esta parte es un preámbulo para saber cuál es la fuente bibliográfica inspiradora:

Si hay algo que tenemos que reconocer, como católicos, es que el diálogo de la Iglesia ha estado permanentemente abierto sobre el camino que debe seguir. En una alocución dirigida al Clero de Roma, Juan XXIII  previene de los peligros de algunas formas de piedad locales a las que se da demasiada importancia y de una tendencia exagerada al puro sentimentalismo. Insiste en que la piedad mariana ha de formarse en un sentido verdaderamente católico y que debe concentrarse en los datos bíblicos: virginidad, maternidad divina y permanencia al pie de la cruz.

La doctrina de Juan XXIII supone un corte decisivo en la evolución de la Mariología, que venía en una expansión descontrolada , que comenzó por lo menos a partir de la contrarreforma y se convirtió en el transcurso del siglo XIX en un auténtico movimiento mariano. En tiempos de Pío XII se extendió a toda la Iglesia y alcanzó su punto culminante. Después de este período, la Iglesia y la teología  debían comenzar una nueva etapa: la del estudio, la comprensión y la profundización conforme a lo original. Hay en este sentido dos estudios muy valiosos en los que no nos podemos detener. Jungmann reflexiona y remite a la imagen bíblica de María, lo que debe ser el fundamento de toda teología y piedad mariana. Por los mismos años, Laurentin, con una fuerza y admiración más personal desarrolla el problema con mucha sinceridad y con tal riqueza de datos científicos e históricos, y con una gran lealtad en la orientación eclesial, que se convierte  en una obra extraordinaria. Vendrán las discusiones del Concilio y se llega a la conclusión de que las categorías maximalista y minimalista son teológicamente falsas, ya que la teología no trata de lo más y de lo menos, sino de lo verdadero y lo falso.  Si se quiere hacer de la teología una esclava de la cantidad devocional, en vez de que la teología sea la norma de la piedad, entonces se llega a un plano difícilmente aceptable.

Pablo VI sigue con las mismas inquietudes de Juan XXIII , preocupado por la tendencia a

cultivar exageradamente ciertas formas de piedad, incluso en la veneración a la Sma Virgen.  Algunas formas darían satisfacción al sentimentalismo exagerado pero no son suficiente para cumplir los deberes religiosos y mucho menos, los correspondientes a los tres primeros mandamientos del Decálogo, que son de obligatoriedad fundamental. En la alocución que ponía fin al Sínodo romano pondría el acento en las mismas ideas. Juan XXIII, hoy canonizado recoge las inquietudes de Pío XII al final de su vida, expuestas en las dos últimas alocuciones. Tengamos en cuenta que era llamado “el Papa mariano”

Para cerrar esta introducción recordamos la hermosa frase de Pablo VI, en vías de canonización también: “La lámpara es bella si tiene su luz; y la luz de María es Cristo”.

 

Aquí comenzamos con la Catequesis

 

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La Virgen de Coromoto y la Reconciliación.

La Virgen de Coromoto y la Reconciliación. Catequesis

Julio César Arreaza B

Comenzamos dando gracias a Dios, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, por contar como intercesora con Nuestra Señora de Coromoto, Virgen Reconciliadora de los Pueblos. Se trata de la segunda aparición mariana aceptada por la Iglesia en América Latina.

Abran ahora mismo su corazón y pongan a volar su imaginación, para que puedan contemplar la imagen de la Virgen de Coromoto cuando ella toma la iniciativa de aparecerse:

“Al llegar a una quebrada, una hermosísima Señora de belleza incomparable que sostenía en sus brazos un radiante y preciosísimo Niño, se presenta a los dos indios caminando sobre las cristalinas aguas de la corriente. Maravillados éstos, contemplan embelesados a la majestuosa Dama que les sonríe amorosamente, y dirigiéndose al Cacique le habla en su idioma diciéndole que saliera a donde estaban los blancos para recibir el agua sobre la cabeza y así poder ir al cielo. Estas palabras iban acompañadas de tanta unción y fuerza persuasiva, que enajenaron el corazón del Cacique y le dispusieron a cumplir los deseos de tan encantadora Señora.”

Paso a comentarles. La Virgen se hace transparente en esta aparición para que brille su hijo que lleva en su regazo. Habla con pocas palabras, sus frases cortas y claras son suficientes. La alegría fruto del Espíritu reflejada en su semblante, les abre la confianza a los indios. Cuando todavía resonaban en sus oídos la dulce voz de la Virgen que los envuelve con su luz y les cambia el sentido de sus vidas, el Cacique y su mujer comunican con alegría lo que han visto y oído. Se puede comparar esta actitud de la pareja con la de la mujer samaritana que va en busca de los suyos a dar la buena noticia de su encuentro con Jesús.

El testimonio vivo de la pareja aborigen ayudó a los miembros de la tribu a cambiar de vida dejando la selva para vivir junto a los blancos. Es curioso apreciar la fe simple y sencilla de aquella comunidad indígena que como Abraham el padre de todos los creyentes, dejan sus tierras y van en busca de la tierra, indicada en esta oportunidad por la Madre de Jesús: donde habitan los blancos. La tribu es una comunidad pobre, humilde, obediente, en camino, que respeta la autoridad de los suyos y espera encontrar una vida mejor.

Ahora pasamos a señalar algunas consideraciones sobre las apariciones en lo tocante a la reconciliación.

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