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Comentario Bíblico. Mc(6,1-6) Nazaret… nadie es profeta en su tierra

III.1. El texto del evangelio de Marcos es la versión primitiva de la presencia de Jesús en su pueblo, Nazaret, después de haber recorrido la Galilea predicando el evangelio. Allí es el hijo del carpintero, de María, se conocen a sus familiares más cercanos: ¿de dónde le viene lo que dice y lo que hace? Lucas, por su parte, ha hecho de esta escena en Nazaret el comienzo más determinante de la actividad de Jesús (cf Lc 4,14ss). Ya sabemos que el proverbio del profeta rechazado entre los suyos es propio de todas las culturas. Jesús, desde luego, no ha estudiado para rabino, no tiene autoridad (exousía) para ello, como ya se pone de manifiesto en Mc 2,21ss. Pero precisamente la autoridad de un profeta no se explica institucionalmente, sino que se reconoce en que tiene el Espíritu de Dios.

III.2. El texto habla de «sabiduría», porque precisamente la sabiduría es una de las cosas más apreciadas en el mundo bíblico. La sabiduría no se aprende, no se enseña, se vive y se trasmite como experiencia de vida. A su vez, esta misma sabiduría le lleva a decir y a hacer lo que los poderosos no pueden prohibir. En el evangelio de San Marcos este es un momento que causa una crisis en la vida de Jesús con su pueblo, porque se pone de manifiesto «la falta de fe» (apistía). No hace milagros, dice el texto de Marcos, porque aunque los hiciera no lo creerían. Sin la fe, el reino que él predicaba no puede experimentarse. En la narrativa del evangelio este es uno de los momentos de crisis de Galilea. Por ello el evangelio de hoy no es simplemente un texto que narra el paso de Jesús por su pueblo, donde se había criado. Nazaret, como en Lucas también, no representa solamente el pueblo de su niñez: es todo el pueblo de Israel que hacía mucho tiempo, siglos, que no había escuchado a un profeta. Y ahora que esto sucede, su mensaje queda en el vacío.

III.3. Sigue siendo el hijo del carpintero y de María, pero tiene el espíritu de los profetas. Efectivamente los profetas son llamados de entre el pueblo sencillo, están arrancados de sus casas, de sus oficios normales y de pronto ven que su vida debe llevar otro camino. Los suyos, los más cercanos, ni siquiera a veces los reconocen. Todo ha cambiado para ellos hasta el punto de que la misión para la que son elegidos es la más difícil que uno se pueda imaginar. Es verdad que el Jesús taumaturgo popular y exorcista es y seguirá siendo uno de los temas más debatidos sobre el Jesús histórico; probablemente ha habido excesos a la hora de presentar este aspecto de los evangelios, siendo como es una cuestión que exige atención. Pero en el caso que no ocupa del texto de Marcos no podemos negar que se quiere hacer una “crítica” (ya en aquél tiempo de las comunidades primitivas) a la corriente que considera a Jesús como un simple taumaturgo y exorcista. Es el profeta del reino de Dios que llega a la gente que lo anhelaba. En esto Jesús, como profeta, se estaba jugando su vida como los profetas del Antiguo Testamento.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Lectura Bíblica . Evangelio (Lucas 1,57-66.80): ¡Juan es su nombre! Dios nos ofrece misericordia

La “historia” del nacimiento de Juan en Lec 1 se ha prestado mucho a la piedad o, por el contrario, es una de las cuestiones históricas más debatidas. En realidad la descripción del nacimiento de Juan se hace en paralelo con la de Jesús, pero con las diferencias pertinentes. No podemos menos de notar lo escueto que es el evangelista para narrar el “nacimiento” de Juan (Lc 1.57-58) en dos versículos, mientras que al nacimiento de Jesús le dedica veinte (Lc 2,1-20). Las consecuencias del nacimiento de Juan y la imposición de su nombre se explican como contrarréplica a la escena del anuncio de su nacimiento y a la mudez de su padre Zacarías. Zacarías debe hablar y escribir para dimensionar el nombre divino y el papel que el niño ha de tener. Lo extraño y curioso es que Lucas concede menos peso al nacimiento de Juan y mucho más al rito judío de la circuncisión y la imposición del nombre (vv. 59-66), mientras que en el caso de Jesús sucede al contrario: el nacimiento y sus consecuencias tienen un peso extraordinario y del rito judío de la circuncisión le basta con una simple evocación (Lc 2,21). Además, se subraya que la imposición del nombre corresponde al padre de la criatura, en el caso de Juan. Pero en el caso de Jesús se le encomienda a María (Lc 1,31). Estas diferencias, sin duda, marcan la teología de lo que Lucas quiere expresar: aunque son dos anuncios y nacimiento paralelos, lo de Jesús es distinto de lo de Juan el hijo de un sacerdote.

Algunos autores no están seguros de que en tiempos de Jesús la imposición del nombre se realizara en el momento de la circuncisión, va que en el AT parece que era en el momento del nacimiento (Cf Gn 21,3). En todo caso, la afirmación de Zacarías: ¡Juan es su nombre! pretendería explicar que la vida de Juan estaría en manos de Dios y no de sus padres o de su familia. Según la tradición que Lucas recoge, Zacarías era de familia sacerdotal, como sabemos, y el futuro de este niño debería ser el mismo: servir al culto y el templo; tenía derecho. Pero como se quiere poner de manifiesto en Lc 1,80, este niño no será sacerdote, sino profeta, aunque un profeta muy especial: en el desierto y llamando a un bautismo de conversión a todo Israel. ¿Qué es histórico en todo esto? No lo sabemos, porque la verdad es que el nacimiento no ocupa mucho interés; casi todo se centra en poner el nombre previo acuerdo entre Isabel y Zacarías después, con la tablilla; todo para contradecir a la gente e imponer un nombre que no sabemos que viene “del cielo”, como el de Jesús, pero lo parece, según la estética de nuestro narrador.

¿Qué significar Juan? Un nombre es muy importante en la Biblia. El nombre es todo un programa, un diseño de vida… Jesús significa “Dios salva o es mi salvador” y su vida estará dedicada a la salvación. Juan (Yóhanan) viene a significar: “Dios es propicio o Dios se ha apiadado” o bien, “Dios es misericordia”. Desde esta explicación y significado es cómo podemos entender el canto del Benedictus que Lucas ha puesto a continuación, donde la visita de Dios a su pueblo es la idea que exhorta a bendecir y a alabar a Dios. Este cántico de Zacarías, sin duda compuesto de Lucas, con todas las resonancias de los cantos del AT viene a mostrar que toda la historia del pueblo de las promesas no ha sido en vano y que ha llegado el momento en que Dios, de nuevo, estará con los suyos. Juan, pues, tiene esa misión en su nombre mismo: anunciar que Dios ha de llegar para visitar, liberar… es lo que hará Jesús, quien con su nombre y su vida ha de llevar a cumplimiento lodo el proyecto salvador de Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Comentario Bíblico. XI Domingo del Tiempo Ordinario. Evangelio según san Marcos.

Las parábolas de Jesús son toda una escusa para hablar del misterioso crecimiento del reino que anuncia. Es verdad que había anunciado con una seguridad inquebrantable que “ya está aquí” o que “en medio de vosotros”. Mc 1, 14-15 lo pone como frontispicio de todo y como programa, a la vez que exige conversión y confianza en ese anuncio. Pero podían preguntarle, como de hecho sucedió ¿dónde está ese Reino? De allí que las dos parábolas del crecimiento, mediante los símbolos de un grano (aunque un grano es pequeño, no se resalta este punto) y una semilla de mostaza (que es como una cabeza de alfiler) vengan a decirnos algo significativo de sus comienzos, de sus logros y de su consumación. Se da una cierta disimilitud y contraste en el final de las dos comparaciones: la del grano en lo que se refiere a lo que, a causa del crecimiento y la consumación final, no tendrá sentido (se desechará) y la de la mostaza nos habla del Final en términos más positivos, porque se hará grande y vendrá a ser “hogar” y protección de multitudes de pájaros.

El reino está ya aquí, pero solo como una semilla que es confiadamente un final grandioso o apropiado. No son parábolas o comparaciones deslumbrantes, pero están llenas de sentido. Debemos aceptar la misma naturalidad de este mensaje en cuando es algo que ya está sembrando, que está creciendo y por eso tiene misterio. Como tiene misterio la comparación de la levadura (cf Mt 13,33; Lc 13,29-21) que poco a poco impregna la masa. Eso quiere decir que está “germinando” y por eso se alumbrará un mundo nuevo, tanto en el caso de acabar algo que no tiene sentido en la historia (y por eso de meterá la hoz) o en el caso de que se construya un “hábitat” donde vengan todas las aves a protegerse. Incluso deberíamos entender que se trata de toda clase de aves y por lo mismo que se estaría apuntando a los paganos. Son los dos aspectos del Reino y de su transformación de la historia: algo quedará caduco, pero lo más importante es la imagen de los pájaros que anidan.

Es ese final bueno y liberador el que debemos proponer como mensaje de las parábolas de hoy. Es verdad que se nos habla de “meter la hoz”, pero es lógico que esta historia humana debe dejar aquí todo aquello que no tiene sentido, que es opuesto al proyecto y a la plenitud del Reino de Dios. Pero en la parábola de la mostaza, que comienza con el sentido de la “nimiedad” de lo insignificante y de lo mínimo, todo se transforma hasta ofrecernos la imagen de un árbol cósmico donde todos puedan encontrar no solamente el hábitat humano, sino la verdadera felicidad del Reino. Así, pues, quiere decirnos Jesús, son las cosas de Dios. Esta es la propuesta de esperanza que forma parle de la entraña del Reino, por insignificante que parezca. En estas metáforas, pues, proponía Jesús un mensaje que llenaba los corazones de los sencillos.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Comentario Bíblico . Evangelio (Marcos 3,20-35): Frente a lo "demoniaco", la familia de los hijos de Dios

De entre las sanaciones de Jesús, merece la pena hablar de la “desdemonización” como clave del anuncio de la presencia del Reino. Pero esto, hoy, no se puede abordar simplemente como de “expulsión de demonios”, fenómeno de “exorcistas” que tanta curiosidad provoca a veces, sino de la liberación de la mente y del corazón de que todo el que sufría y padecía estaba bajo la égida del demonio, de Beelzebul como personalización de todo ello. La cultura de la enfermedad en el judaísmo y en Galilea especialmente, tenía estos tonos tan dramáticos de personas desquiciadas. El drama es que esto se concebía como un castigo y un abandono de Dios. Es ahí donde actúa Jesús con su acción “desdemonizadora”. Y si el Reino de Dios no se queda simplemente en un concepto, sino que es una fuerza que transforma, Jesús libera a toda esta gente estigmatizada por sus vecinos, y deben ser los primeros en experimentar la misericordia de Dios.

Por eso, la acusación de que Jesús actúa en nombre de Belzebú es negarle todo el pan y la sal del Reino que anuncia y de su misericordia. La parábola, pues, es sintomática: no puede actuar en nombre del Belzebú y expulsarlo. Tiene que ser en nombre de una fuerza mayor; pero es eso lo que no le quieren aceptar. No hay poderes mágicos ni ocultos, sino una palabra de vida, de acercamiento, de misericordia, de gratuidad en nombre del mismo Dios que niegan a esos desgraciados. Es una terapia psicológica, pero más que eso, teológica y espiritual, que sus adversarios no pueden resistir. No hace falta entrar en los términos técnicos de esas enfermedades de la mente, porque lo eran también del corazón. En realidad era una enfermedad cultural y también religiosa, de entonces, que Jesús no estaba dispuesto a aceptar frente a su mensaje evangélico de alegría y amor. 

Esa acusación, quiere entender el redactor del evangelio, es justamente lo que viene a ser la blasfemia contra el Espíritu Santo. Se trataría, sin duda, de un “dicho” de Jesús independiente que ahora cobra su sentido aquí: acusarlo de estar de parte de Satanás porque libera a los “endemoniados” es faltar a toda la verdad. Es ponerlo del lado de las tinieblas cuando viene a traer luz; es ponerlo de parte de los cobardes, cuando viene a ser la misma fuerza salvadora y liberadora de Dios; es ponerlo en el ámbito de la cultura malsana de Satanás, cuando todo lo experimenta y lo pace en nombre de Dios y de su bondad. Ese es el pecado contra el Espíritu. 

La escena que leemos de Marcos se remata con esa dosis de maldad hasta el punto de que pretenden responsabilizar a la misma familia de Jesús para que ponga remedio al asunto. “Su madre y sus hermanos” han llegado para llevárselo y convencerle que deje ese camino. Es una noticia escueta, dura, realista, sin duda. El que parte de su familia no le apoyara en su actividad de profeta itinerante, no debe sorprendemos; es uno de los puntos que hoy se dan como asumidos en la aproximación a la vida histórica de Jesús. La sociedad galilea tenía sus propias identidades socioculturales y no se perdona ni a una persona ni a su familia en estos casos. Pero Jesús responde como había de responder. Sin renunciar a su madre y a sus hermanos… extiende su familia a todos los enfermos y desvalidos que han encontrado en su “terapia espiritual” una familia nueva que les acoja y les cuide. Son los seguidores del reino de Dios que liberándose de esa cultura demoníaca inaceptable, sienten que de verdad Dios está con ellos en sus sufrimientos.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Comentario Bíblico . Evangelio: Marcos (14,12-26): La muerte como entrega

III.1. El evangelio expone la preparación de la última cena de Jesús con los suyos  y la tradición de sus gestos y sus palabras en aquella noche, antes de morir. Sabemos de la importancia que esta tradición tuvo desde el principio del cristianismo. Aquella noche (fuera o no una cena ritualmente pascual), Jesús hizo y dijo cosas que quedarán grabadas en la conciencia de los suyos. Con toda razón se ha recalcado el «haced esto en memoria mía». Sus palabras sobre el pan y sobre la copa expresan la magnitud de lo que quería hacer en la cruz: entregarse por los suyos, por todos los hombres, por el mundo, con un amor sin medida.

III.2. Marcos nos ofrece la tradición que se privilegiaba en Jerusalén, mientras que Lucas y Pablo nos ofrecen, probablemente, «las palabras» con la que este misterio se celebraba en Antioquía. En realidad, sin ser idénticas, quieren expresar lo mismo: la entrega del amor sin medida. Su muerte, pues, tiene el sentido que el mismo Jesús quiere darle. No pretendió que fuera una muerte sin sentido, ni un asesinato horrible. No es cuestión de decir que quiere morir, sino que sabe que ha de morir, para que los hombres comprendan que solamente desde el amor hay futuro. La Eucaristía, pues, es el sacramento que nos une a ese misterio de la vida de Cristo, de Dios mismo, que nos la entrega a nosotros de la forma más sencilla.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

Comentario Bíblico : Mateo (28,16-20): El bautismo sacramento del amor trinitario

II.1. El evangelio del día usa la fórmula trinitaria  como fórmula bautismal de salvación. Hacer discípulos y bautizar no puede quedar en un rito, en un papel, en una ceremonia de compromiso. Es el resucitado el que “manda” a los apóstoles, en esta experiencia de Galilea, a anunciar un mensaje decisivo. No sabemos cuándo y cómo nació esta fórmula trinitaria en el cristianismo primitivo. Se ha discutido mucho a todos los efectos. Pero debemos considerar que el bautismo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo significa que ser discípulos de Jesús es una llamada para entrar en el misterio amoroso de Dios.

III.2. Bautizarse en el nombre del Dios trino es introducirse en la totalidad de su misterio. El Señor resucitado, desde Galilea, según la tradición de Mateo (en Marcos falta un texto como éste) envía a sus discípulos a hacer hijos de Dios por todo el mundo. Podíamos preguntarnos qué sentido tienen hoy estas fórmulas de fe primigenias. Pues sencillamente lo que entonces se prometía a los que buscaban sentido a su vida. Por lo mismo, hacer discípulos no es simplemente enseñar una doctrina, sino hacer que los hombres encuentren la razón de su existencia en el Dios trinitario, el Dios cuya riqueza se expresa en el amor.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

El cardenal Joseph Ratzinger y el “tercer secreto” de Fátima.

En el 2000, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicó los signos y los símbolos de las apariciones marianas

Durante todo el siglo pasado, individuos de todas partes del mundo han elaborado teorías para descifrar el mensaje oculto en los “tres secretos” de Fátima, pero sor Lucía dijo que la interpretación pertenecía no al vidente, sino a la Iglesia.

Toca a la Iglesia interpretar los diversos signos y símbolos de Nuestra Señora de Fátima para ofrecer a los fieles una guía clara en la comprensión de lo que Dios quiere revelar.

La Iglesia hizo exactamente esto en el 2000, cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió un largo comentario-interpretación a nivel teológico del famoso “tercer secreto”.

Al cardenal se le encargó que aclarara los signos y símbolos que se encontraban en las visiones de la Virgen, e hizo algunos descubrimientos extraordinarios.

Aquí cinco revelaciones sorprendentes que se desprenden del “tercer secreto” de Nuestra Señora de Fátima tal y como lo interpretó el cardenal Ratzinger (ahora papa emérito Benedicto XVI).

¡Penitencia, penitencia, penitencia!

  1. “La palabra clave de este “secreto” es el triple grito: “¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!”. Nos vuelve a la mente el inicio del Evangelio: paenitemini et credite evangelio (Mc 1, 15). Comprender los signos del tiempo significa: comprender la urgencia de la penitencia – de la conversión – de la fe. Esta es la respuesta correcta al momento histórico, que está caracterizado por grandes peligros, los cuales serán delineados en las imágenes sucesivas”.

El mensaje central de Nuestra Señora de Fátima era “Penitencia”. Ha querido recordar al mundo la necesidad de alejarse del mal y de reparar los daños provocados por nuestros pecados. Esta es la “clave” para comprender el resto del “secreto”. Todo gira en torno a la necesidad de penitencia.

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Comentario Bíblico – 13 de mayo, La Ascensión del Señor.

El evangelio de hoy es una especie de síntesis de lo que sucedió a Jesús a partir de la resurrección; síntesis que alguien ha añadido al evangelio de Marcos cuando ya estaba terminado. Esto se reconoce hoy claramente por su estilo, e incluso, por su teología. Habla de la Ascensión según lo que hemos podido escuchar en el texto de los Hechos de los Apóstoles. Pero lo que verdaderamente llama la atención de este evangelio es el encargo de la misión del Resucitado a sus apóstoles para que hagan discípulos en todas las partes del mundo. Se describe esta misión de la misma manera que Jesús la puso en práctica en el mismo evangelio de Marcos. Por tanto, Él es el modelo de nuestra predicación y de nuestros compromisos cristianos. El Reino, ahora, se hace presente cuando sus discípulos se empeñan, como Jesús, en vencer el mal del mundo y en hacer realidad la liberación de todas las situaciones angustiosas de la vida por medio del evangelio.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

P. Sosa: “Las migraciones interpelan nuestra existencia como cristianos”

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2018-05/arturo-sosa-puentes-solidaridad-migracion-venezuela.html

Este lunes, 7 de mayo de 2018, a las 12:30 en la Sala de Prensa de la Santa Sede, tuvo lugar un “Meeting point” para presentar el proyecto “Puentes de solidaridad – Plan Pastoral integrado para ayudar a los migrantes venezolanos en Sudamérica”, nacido para dar respuestas concretas a los desafíos planteados por la migración masiva que afecta a los venezolanos.

El proyecto cuenta con la colaboración de  la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y en respuesta al Santo Padre, ocho Conferencias Episcopales de Sudamérica han elaborado un plan pastoral para recibir, proteger, promover e integrar a los venezolanos obligados a emigrar, en cada fase de su viaje, desde la partida al tránsito, hasta la llegada y el posible regreso a casa.

En Vatican News, dialogamos con el P. Arturo Sosa Abascal, Prepósito General de la Compañía de Jesús, antiguo rector de la Universidad Católica de Táchira y ex-Director de la revista SIC, quien resaltó la importancia del acompañamiento a los migrantes en las diversas etapas de su itinerario migratorio.

https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2018-05/arturo-sosa-puentes-solidaridad-migracion-venezuela.html