Etiqueta: Evangelio

9 de Marzo. I Domingo de Cuaresma /A

Evangelio según San Mateo (Mt 4,1-11)

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el demonio. Paso cuarenta días y sus cuarenta noches sin comer y, al final tuvo hambre.
Entonces se le acercó el tentador y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.»
Jesús le respondió:  «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.”»
Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo:  «Si eres el  Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: “Mandará a sus ángeles que te cuiden , y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.”»
Jesús le contestó: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios.”»
Luego lo llevo el diablo a un monte muy alto y,desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.»
Pero Jesús replicó: «Retírate, Satanás, porque está escrito: “Adoraras al Señor, tu Dios, y a él solo servirás.”»
Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles para servirle.

2 de Marzo–VIII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 6,24-34)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque odiará a uno y amará al otro; o, al contrario, obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por la vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo,que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas?
¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Por qué se preocupan del vestido? Miren como crecen los lirios del campo que no trabajan ni hilan. Pues bien yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo que hoy florece y mañana es echada al horno ¿no hará mucho más por ustedes,hombres de poca fe? No se inquieten , pues, pensando: Qué comeremos o que beberemos o con qué nos vestiremos?. Los que no conocen a Dios se desviven por esas cosas; Pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas.
Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios, y todas esas cosas se les dará por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día mañana traerá sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas. »

23 de Febrero. VII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (MT 5,38-48)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente." Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica; dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.
Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

16 de Febrero. VI Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 5,17-37)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «No crean que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud.
Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la Ley.
Por lo tanto, el que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero el que los cumpla y enseñe eso a los hombres, será grande en el reino de los cielos.
Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán en el reino de los cielos.
Han oído ustedes lo que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano será llevado también ante el tribunal. Y el que insulte a su hermano será llevado también ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie ,será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras van todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pues yo les digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno.
Si tu mano derecha te hace caer, córtasela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.
Está mandado: “El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.
Pues yo les digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus votos al Señor”.
Pues yo les digo que no juren en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro uno solo de tus cabellos. A ustedes les basta decir “si” o “no”. Lo que digan de más viene del Maligno.»

9 de Febrero–V Domingo del Tiempo Ordinario/A

Evangelio según San Mateo (Mt 5,13-16)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor?
Ya no sirve para nada y se tira a la calle para  que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte.
Tampoco cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes, ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos. »

2 de Febrero. Domingo, Presentación del Señor.

Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron el niño a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley : "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y también para ofrecer, como dice la ley,  "un par de tórtolas o dos pichones". Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón,varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo.
Cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: " Señor ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido,  porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras.
Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel ,como signo que provocará contradicción para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana.; De jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

26 de Enero. III Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Mateo (Mt 4,12-23)

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
– «Conviértanse, porque ya está cerca el reino de los cielos.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando las redes en el lago, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
-«Síganme, y los haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca remendando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando a la gente de toda enfermedad y dolencias.

19 de Enero- II Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según San Juan (Jn 1,29-34)

En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús que venía hacia él, y  exclamó:
– «Éste es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo he dicho: “El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo.” Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel.»
Entonces Juan dio este testimonio :
– «Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma, y posarse sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquél sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo.”
Pues bien, yo lo vi, y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»

12 de Enero. Bautizo del Señor.

Evangelio según San Lucas (Lc 15-16.21-22)

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
– «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
– «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.»