Polémica sobre la Pontificia Universidad Católica de Perú
La Iglesia insta a que adecúe su estatuto a la “Ex Corde Ecclesiae”
LIMA, miércoles 24 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal Cipriani y otras autoridades de la Iglesia han instado a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) a que se adecúe a las normas vaticanas.
La Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede dictaminó, al examinar los estatutos de este centro académico de la Iglesia que debía introducir cambios para adaptarlos a la constitución Ex Corde Ecclesiae. El asunto ha despertado polémica en este país, con la resistencia del rector y algunos profesores, y se ha querido politizar.
La Asamblea Universitaria de la PUCP tiene la facultad de designar una terna de candidatos para el cargo de rector y el gran canciller, que es el arzobispo de Lima, elige a uno de ellos. Esta norma es la que cuestiona el actual equipo de gobierno del centro académico. Para ellos, sólo a la Asamblea compete esta facultad.
El cardenal Cipriani, en declaraciones a los medios, dejó entrever que las autoridades de la PUCP estarían buscando politizar el asunto mediante el ministro de Justicia Francisco Eguiguren para torcer un fallo judicial que ya ha sido favorable a la norma eclesial.
“Hay que decirlo, porque el actual ministro de Justicia proviene de sus canteras. ¿Qué pretenden? ¿Utilizar el poder político para cambiar un fallo judicial?”, se preguntó. Y luego agregó: “¿Quieren dejar de ser católica y pontificia? Que lo dejen con sus consecuencias”, subrayó.
El cardenal explicó que la PUCP nació en un contexto de emergencia del pensamiento liberal alejado de la fe, a principios del siglo XX, ante el que la Iglesia quiso dar una alternativa fundando una universidad propia, tomando en cuenta el Concilio Plenario Latinoamericano de 1899.
La PUCP se fundó en 1917, previa aprobación eclesiástica con el carácter de “persona moral pública de Derecho Eclesiástico”, cuyos bienes, cualquiera fuera la forma en que los adquiriera, constituyen bienes eclesiásticos, según la normativa canónica vigente en el momento de su fundación.
Esta vinculación a la autoridad eclesiástica de la PUCP se vio bendecida cuando el papa Pío XII, en 1942, previa solicitud de la PUCP, decretó su erección pontificia, y se instituyó en 1943 el oficio de gran canciller de la misma en el arzobispo de Lima.
Cuando la PUCP, en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, se consolidó como universidad de ámbito nacional, sigue el cardenal, “no se diluyó en absoluto su vinculación con la Iglesia; prueba de ello es que el artículo cuarto de su Estatuto de 1956 precisó: ‘La Universidad Católica del Perú se rige por los presentes Estatutos, en entera conformidad con las leyes de la Iglesia y las del Estado Peruano, con absoluto acatamiento de las resoluciones de la Santa Sede, de la cual depende’”.
El 15 de agosto de 1990, el papa Juan Pablo II promulgó la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae, disponiendo que toda universidad católica en el mundo adecuara su estatuto a ella.
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